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vanka, de 37 años, creció junto a su padre y hoy es su asesora oficial en la Casa Blanca. Tiffany, de 25, en cambio, lo veía muy contadas veces y ahora pasan meses sin que él la busque siquiera por teléfono. | Foto: JET-SET

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Tiffany, la hija a la que Donald Trump quiere menos que a Ivanka

Mientras que una de ellas ha sido una estrella en el gobierno de su padre y es su asesora más influyente, la otra es la hija olvidada, que no se lleva muy bien con el magnate. Este es un artículo de la revista Jet-Set.

27 de junio de 2019

Ivanka y Tiffany Trump cuentan que son las mejores amigas, a pesar de los graves conflictos familiares que habrían podido enemistarlas de por vida. Aun así, la brecha entre las dos es evidente y refleja lo disfuncional que es la ‘primera familia‘ de Estados Unidos.

La desventaja es para Tiffany, a quien Trump casi no le habla y vive prácticamente en el anonimato. Ivanka, en cambio, siempre ha estado en el ojo público, es la debilidad de su padre y se murmura que lo maneja con el meñique.

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Ivanka, de 37 años, creció muy cerca del mandatario y ni siquiera el virulento divorcio de su madre, Ivana, la separó de él. Lo ha acompañado en su carrera y hoy es su asesora oficial en la Casa Blanca, lo cual no tiene precedentes en la historia presidencial, además de que es una de las pocas personas en quienes él confía. 

Trump se ve a diario con Ivanka, mientras que a Tiffany ni siquiera la llama durante meses.

Para la muestra de su prominencia, en la reciente visita de Estado a Londres, la hija mayor tuvo asiento en la mesa de negocios junto a la primera ministra Theresa May, el presidente y empresarios británicos, quienes le dijeron a Trump que, de todos los presentes, “ella es la que tiene los cojones más grandes”, contó el londinense diario The Times. 

Foto: Tiffany con Trump y su esposa Melania en abril pasado en Palm Beach, Florida. A la izquierda, su novio, el millonario nigeriano Michael Boulos.

Su acceso sin restricciones al jefe de Estado la hace muy poderosa y a veces es crucial para suavizar su radicalismo. En 2018, cuando la crisis por los niños de inmigrantes separados de sus padres en la frontera con México, en el marco de la dura política de Trump al respecto, ella, conmovida, le dijo: “Papi, ¿qué vamos a hacer con esto?”, y su respuesta fue anular la orden. 

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Tiffany, por su parte, nunca ha trabajado con Trump. Se unió también al séquito presidencial en Londres, donde no se involucró en los asuntos oficiales, sino que prefirió hacer las cosas ligeras que cualquier niña rica preferiría a su paso por la ciudad: compras en la tienda de Gucci, en el glamuroso Mayfair, con tenis y cachucha, y almuerzo en un club superexclusivo.

Ivanka es muy protectora con Tiffany, pero no ha logrado que su madre, Ivana, deje de humillar a la mamá de su hermana llamandola ‘la cabaretera‘.

La menor de las Trump, estudiante de Derecho, creció alejada física y emocionalmente de su padre, por el drama que rodeó su nacimiento. Trump se enamoró de la madre de ella, Marla Maples, estando casado con Ivana, la mamá de Ivanka y sus hermanos Don Jr. y Eric.

Fue el mayor escándalo pasional de comienzos de los años noventa y Marla se anotó un hit de popularidad cuando le dijo al New York Post que con el magnate tenía “el mejor sexo del mundo”. Ivana no se lo perdona a Marla y la inquina es tal, que no la llama nunca por su nombre, sino con el despectivo the showgirl (la cabaretera).

Foto: Trump dejó a la madre de Ivanka por Marla Maples, quien aparece con Tiffany en brazos en esta imagen de 1995. El presidente detesta a su ex, lo cual resiente a su hija menor.

El presidente también detesta a su segunda exesposa, lo cual explica la distancia de la hija menor. Tiffany tenía 6 años cuando sus padres se divorciaron. Terminó de crecer en Los Ángeles, a cinco horas en avión de Trump, residente en Manhattan, donde solo lo visitaba dos veces al año. Así, mientras que su hermana se codeaba con el jet set y era famosa desde pequeña, ella llevaba una vida más corriente.

Si para Ivanka la presidencia ha significado un mayor acercamiento a su papá, para Tiffany ha sido lo contrario. Su relación con Trump es tensa, porque las ocupaciones de él no le permiten verla casi nunca y pueden pasar meses sin el mínimo contacto entre los dos.

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Para muchos, ni el propio Donald disimula el desbalance entre sus afectos: cuando protagonizó The Apprentice, Ivanka apareció 86 veces, mientras que su hermana, ninguna.

A la primera, la ve como la versión femenina de sí mismo, jamás la critica y la colma de elogios a cada rato. De Tiffany no ha hablado jamás en público y rara vez la incluye en sus apariciones presidenciales como al resto de sus hijos. Se sospecha que la reciente aparición de ella en el periplo británico fue para conjurar el chisme de que es un miembro d e segunda en la familia.

* Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set. Puede leer otros aquí