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Chaz Bono se mandó quitar los senos y empezó un tratamiento con testosterona que le ha hecho cambiar de aspecto progresivamente. Aún no ha decidido si se someterá a una operación para ponerse genitales masculinos.

TESTIMONIO

Transformación extrema

A propósito del estreno en Colombia del documental que muestra la transición de mujer a hombre que sufrió Chaz Bono, el hijo de Cher, SEMANA habló con él sobre cómo su cirugía afectó la relación con su mamá.

16 de junio de 2012

Chaz Bono ya no se reconoce en las fotos de cuando era niña y usaba vestidos de lentejuelas como los de su mamá, la cantante Cher. "Sé que soy yo pero no me identifico con esa persona", dijo a SEMANA. Desde pequeña sintió que había nacido en el cuerpo equivocado, pero solo cuando cumplió 40 años se sometió a una cirugía de cambio de sexo.

Para lograrlo se alejó por un tiempo de la diva de los setenta, pues ella nunca estuvo de acuerdo con esa decisión. "Tiene que ser muy complicado ser el papá de un hijo transgénero", reconoce Chaz, que prefirió adelantarse a las especulaciones de la prensa estadounidense y grabar un documental que siguiera paso a paso su transición de mujer a hombre. El resultado es Convirtiéndome en Chaz, una producción estrenada originalmente en el Festival de Cine de Sundance el año pasado, que por fin se podrá ver en Colombia el 19 de junio por Discovery Channel.

"El objetivo era contar mi historia sin pasar nada por alto y ayudar a las personas que están atravesando por un proceso similar", explica. Chaz se mandó quitar los senos en 2009 y ahora debe tomar una dosis de testosterona todas las semanas por el resto de su vida. Los efectos no se han hecho esperar: la voz se le volvió más gruesa, le empezó a salir barba y aumentó su deseo sexual. "Aunque desearía que estos cambios me hubieran ocurrido en la pubertad, me hace muy feliz ver cómo mi cuerpo está tomando la forma que siempre quise".

Su estatus de figura pública lo obligó a guardar silencio por muchos años y por eso dice que la parte más difícil de su transformación sucedió antes de que comenzara a tomar hormonas. A los 20 años ingresó a un centro de rehabilitación para superar su adicción a los fármacos y después incluso llegó a pensar en fingir su muerte para poderse operar sin ser juzgado por su familia ni ser perseguido por los medios. "Alrededor de los 30 descubrí que era transgénero y diez años más tarde empecé la transición. Esperé todo ese tiempo porque tenía miedo de lo que la gente pensara; creía que me iban a rechazar, pero al final decidí poner mis necesidades por encima de las de los demás", señala.

Al principio, aparte de la negativa de su mamá, Chaz tuvo que lidiar con el choque que le produjo la noticia a su novia, Jennifer Elia, a quien había conocido cuando aún era mujer y se llamaba Chastity. Si bien en el documental ella se muestra comprensiva, en la actualidad están separados. "Nuestra relación cambió mucho. No sé cómo explicarlo, pero esto me ha alterado en todos los niveles, no solo física sino emocionalmente. Llegamos a un punto en el que yo sabía que había cosas de fondo que no iban a cambiar, así que resolví seguir adelante".

Entre sus planes a corto plazo está seguir dictando conferencias en colegios y universidades de Estados Unidos. "En el futuro también me gustaría casarme, y si llego a conocer a una mujer que quiera tener hijos, no tendría problema con eso". Además, no descarta la posibilidad de someterse a una cirugía para ponerse genitales masculinos, el último paso que le falta para convertirse en hombre. "Seguro lo terminaré haciendo, pero estoy aguardando el momento adecuado. Hay una parte de mí que cree que mientras más espere, las técnicas serán mejores. Por ahora me siento cómodo y creo que mi cuerpo finalmente refleja mi verdadera identidad".