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Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. (AP Photo/Eraldo Peres) | Foto: AP

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¿Sin carnaval de Río? Bolsonaro se opone al regreso de la festividad en 2022

A pesar de que se opone al carnaval, el gobernante siempre rechazó las medidas para restringir la circulación de personas durante la pandemia.

26 de noviembre de 2021

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, rechazó este jueves la idea de celebrar el carnaval en febrero, después de que se cancelara a inicios de este año debido a la pandemia de coronavirus, pero aclaró que la decisión recae en gobernadores de los estados y los alcaldes de las respectivas ciudades.

“Por mí, no habría carnaval, solo hay un detalle, quien decide no soy yo. Según el Supremo Tribunal Federal (STF), quien decide son los gobernadores y alcaldes”, dijo el mandatario en una entrevista con Radio Sociedade, del estado Bahía (noreste).

En ciudades como Rio de Janeiro, que celebra el carnaval más famoso del mundo, o en Sao Paulo, se prevén festejos del 25 de febrero al 1 de marzo, aunque las autoridades de estas urbes del sureste brasileño condicionaron su realización a la situación epidemiológica, que mejoró en los últimos meses debido al avance de la vacunación.

Sin embargo, esta semana varias decenas de municipios en zonas rurales del estado de Sao Paulo anunciaron que suspenderían el carnaval por razones sanitarias, mientras otras ciudades alegaron problemas de presupuesto.

“En febrero del año pasado, cuando aún estaba comenzando la pandemia, poco se sabía, prácticamente no teníamos muertes en Brasil. Yo declaré la emergencia y los gobernadores y prefectos la ignoraron, hicieron el carnaval” de 2020, agregó Bolsonaro.

“Las consecuencias llegaron, tuvimos 600.000 muertos y algunos intentan cargarme a mí esa responsabilidad”, se quejó el gobernante.

A pesar de que se opone al carnaval, el gobernante siempre rechazó las medidas para restringir la circulación de personas durante la pandemia.

Las alternativas que busca Rio de Janeiro para realizar su tradicional festival | Foto: AP

Un mes después, la Suprema Corte -máximo tribunal- decidió que la implementación de restricciones era responsabilidad de gobernadores o alcaldes, pero siempre sostuvo que eso no significaba que el gobierno estuviera imposibilitado de tomar sus propias acciones para combatir la pandemia.

A finales de octubre, una comisión de investigación en el Senado recomendó inculpar a Bolsonaro por 10 delitos, entre ellos “crímenes contra la humanidad”, por haber expuesto “deliberadamente a la población a una contaminación en masa” con su discurso anticonfinamiento y su reticencia a comprar vacunas.

“Provocación”

Por otra parte, Bolsonaro calificó este jueves como una “provocación” que su par francés Emmanuel Macron recibiera a su principal rival político, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, en el palacio del Elíseo.

“Macron siempre estuvo contra nosotros, siempre nos atacó por la cuestión de la Amazonía. (...) Parece que es una provocación”, dijo el mandatario ultraderechista durante una entrevista con la Radio Sociedade, del estado de Bahía (noreste).

Macron y Lula, que gobernó de 2003 a 2010, “se entienden bien y hablan el mismo lenguaje”, agregó Bolsonaro.

Como parte de una gira por Europa, Lula fue recibido la semana pasada en el palacio del Elíseo para un desayuno y una reunión con Macron “sobre los últimos desarrollos de la escena internacional”.

Lula “compartió su visión del papel de Brasil en el mundo, constatando que los últimos tres años el país se ha ido retirando del marco multilateral y de los grandes acuerdos internacionales”, señaló el Elíseo en un comunicado.

El exmandatario es el favorito para las elecciones presidenciales de 2022, aunque solo a inicios del año próximo prevé anunciar si se lanzará a un tercer mandato.

En 2019, Bolsonaro protagonizó fuertes confrontaciones con Macron en las redes sociales, después de que el presidente francés lo criticara duramente por el aumento de incendios en la Amazonía.

En enero pasado, el presidente brasileño instó a su homólogo a parar de “decir idioteces” sobre el impacto de la producción de soja en la deforestación.

“Por el amor de Dios, señor Macron, no compre soja brasileña, así usted no deforesta la Amazonía. Compre soja en Francia”, afirmó entonces Bolsonaro con ironía.

Macron es uno de los principales opositores a la ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, principalmente debido a los problemas de deforestación en la Amazonía.

En el tercer año del mandato de Bolsonaro, la deforestación en el área alcanzó niveles récord desde 2006, lo que puso en entredicho la promesa de Brasil de revertir esta tendencia y eliminar la deforestación ilegal para 2028.

A eso se comprometió en la última conferencia de la ONU sobre el clima, la COP26. Desde que asumió en enero de 2019, Bolsonaro ha sido criticado por debilitar la supervisión ambiental y favorecer la autorización de actividades mineras o agrícolas en áreas protegidas.

Con información de AFP