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Arde el Gran Cañón: estas son las consecuencias del primer megaincendio en Estados Unidos
Las llamas no solo arrasaron estructuras y bosques, sino también la ilusión de que varios íconos naturales estén a salvo en tiempos de crisis climática.
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El pasado 4 de julio, la naturaleza le cambió el panorama a uno de los parques más majestuosos de Estados Unidos. Un rayo originó un megaincendio que no ha parado de arder y que se ha convertido en el terror de Gran Cañón.
El incendio denominado Dragon Bravo, en Arizona, lleva un mes ardiendo y cerca de 46.000 hectáreas ya han sido consumidas, dejando una huella devastadora.
La contención sigue siendo mínima, mientras crecen las críticas por la gestión inicial. La lucha contra las voraces llamas no para.
Un fuego descontrolado en terreno sagrado y turístico
El Dragon Bravo no solo ha arrasado con varias zonas boscosas, sino que ha destruido entre 50 y 80 estructuras, incluyendo el Grand Canyon Lodge, construido en 1927, lugar que era considerado patrimonio histórico, que abrió sus puertas por primera vez en 1928.
También han sufrido grandes daños varias de las instalaciones destinadas a los visitantes como la de North Rim y varias cabañas.
“Este no es un incendio cualquiera. Estamos viendo cómo se borra parte de la historia del parque y del país”, declaró con pesar un portavoz del Servicio de Parques Nacionales.
Las llamas han sido inclementes y ahora amenazan con acabar sitios arqueológicos y culturales para los pueblos originarios del lugar, como los Havasupai y los Hopi, para quienes el Gran Cañón es un lugar sagrado.
Después de haber quemado ya alrededor de 100 estructuras, es el mayor incendio que ha afectado al Parque Nacional del Gran Cañón desde 1984 y es el décimo incendio forestal más grande del estado desde 1990.
El incendio está acompañado por temperaturas superiores a los 40° C, una humedad por debajo del 10 % y por vientos hasta de 65 km/h, según afirman los expertos.
Además, ha generado nubes de pirocúmulo, producidas por el calor generado por los fuegos forestales, capaces de modificar el clima local, producir rayos y generar nuevos focos de fuego.

¿Por qué se cuestiona la acción oportuna de las autoridades?
El incendio de Dragon Bravo se suma a la lista de incendios forestales que últimamente han atacado a Estados Unidos y que han pasado a convertirse en catástrofes en pocos días.
Puntualmente, en este caso, la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, ha pedido una investigación federal independiente sobre la gestión del incendio.
Según Hobbs, el fuego fue tratado inicialmente como una quema controlada, lo que permitió que se expandiera sin intervención inmediata.
El incendio alcanzó oficialmente el estatus de megaincendio el viernes, confirmaron las autoridades.
Ante las acusaciones, el Servicio de Parques Nacionales y el Servicio Forestal han defendido las decisiones tomadas, haciendo énfasis en que lo principal era salvar las vidas humanas y que el comportamiento del fuego en el parque fue impredecible.
Para los expertos, este tipo de fenómenos, que antes eran catalogados como extraños, cada vez se están volviendo más frecuentes, debido al cambio climático y a la acumulación de combustible por décadas.


