Estados Unidos
Estados Unidos endurece migración: prohíbe visas a quienes atenten contra la libertad religiosa
La nueva política migratoria impedirá la entrada a cualquier persona que haya participado en persecuciones religiosas.
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En un giro significativo de su política migratoria, el Gobierno de Estados Unidos anunció una nueva condición para la emisión de visas: quienes “dirijan, autoricen, financien, apoyen o lleven a cabo violaciones a la libertad religiosa” podrán ser excluidos del ingreso al país, como lo registra El Heraldo de México.
La medida, presentada por el Secretario de Estado, Marco Rubio, nace en el contexto de la reciente alarma internacional por episodios de violencia extrema contra comunidades religiosas, en donde grupos terroristas y milicias étnicas han sido acusadas de perpetuar secuestros, asesinatos masivos y persecuciones.
Según Rubio, la decisión es una muestra clara de rechazo: “Estados Unidos está tomando acción decisiva en respuesta a las atrocidades y violencia contra cristianos en Nigeria y alrededor del mundo”.
El nuevo criterio migratorio no se limita a ciudadanos de un solo país, sino que tiene carácter universal, abarcando a individuos de cualquier nacionalidad que sean responsables o estén vinculados a violaciones graves de la libertad religiosa.

¿Qué dicen los expertos sobre el tema?
Para algunos expertos en diplomacia y derechos humanos, la medida representa un paso audaz en el uso de la política migratoria como instrumento de presión internacional.
Al negar visas a personas vinculadas con persecuciones religiosas, Estados Unidos busca no solo proteger su territorio, sino también sancionar conductas que considera intolerables.
Este mecanismo de sanción no armada, vinculado al derecho migratorio, abre una nueva vía de acción contra responsables de violaciones masivas, poniendo en alerta a gobiernos y actores no estatales.
La medida se suma a una tendencia más amplia impulsada por la administración norteamericana de revisar, desde un enfoque de seguridad nacional y derechos humanos, las reglas de ingreso al país.
En 2025 ya se había adoptado una proclama dirigida a prevenir amenazas de terrorismo y riesgos a la seguridad pública, que suspendía visas para nacionales de determinados países con problemas documentados de identidad, control migratorio y amenazas sistemáticas.
Para comunidades vulnerables, esta medida tiene un doble valor, pues, por un lado, visibiliza su sufrimiento ante instancias internacionales, pero, por otro, presiona a potenciales persecutores con la amenaza de aislamiento internacional.
También pone sobre la mesa el reto de cómo balancear sanción, justicia y protección real de víctimas cuando la prelación en política migratoria pueda involucrar decisiones discrecionales.
En un mundo cada vez más globalizado, donde los flujos migratorios conviven con crisis humanitarias transnacionales, las políticas como esta reconfiguran la noción de frontera, ya no solo como línea física, sino también como instrumento de valores, derechos y sanciones simbólicas.


