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| Foto: Esteban Vega

ELECCIONES 2018

“Uno no puede decir que no es homofóbico si se rodea de homofóbicos”: Petro a Duque

En entrevista con SEMANA, Petro le habla a los votantes de Fajardo, le contesta a Claudia López. Desde RCN Radio también dio su opinión sobre la decisión del exalcalde de Medellín de votar en blanco.

31 de mayo de 2018

Gustavo Petro sabe que no la tiene fácil para la segunda vuelta presidencial. Aunque se le nota exhausto por lo que ha sido una campaña intensa, duerme pocas horas. Fue tanto el trajín de la campaña y de la plaza pública, que nunca creyó que Sergio Fajardo le fuera a recortar tanta distancia en la intención de votos.

Mientras la senadora Claudia López le lanzaba dardos en redes sociales, Petro se concentraba en las calles y en otros oponentes: Germán Vargas e Iván Duque, esos a quienes considera representantes de la misma oligarquía que ha gobernado hace un siglo a Colombia. Pero Fajardo se le creció y estuvo muy cerca de quitarle el puesto en la cita final.

En entrevista con Yolanda Ruiz, de RCN, Petro se pronunció este jueves sobre la decisión de Fajardo de votar en blanco. “Si yo fuera él (Fajardo), no hubiera hecho eso nunca”. En esa misma cabina de radio dijo que “no tomar decisiones en un momento tan difícil como este no es bueno”.

En entrevista con SEMANA esto fue lo que dijo:

SEMANA: ¿Qué mensaje le daría a los votantes de Sergio Fajardo? Unos han dicho que se irán por Duque, otros votarán en blanco, otros lo apoyarán a usted…

Gustavo Petro: Programáticamente no hay mayor diferencia entre lo que propuso Sergio Fajardo y lo que propusimos nosotros. Temas como la lucha contra la corrupción es común: en las últimas décadas me he dedicado a eso, a riesgo de perder la vida. Usé el voto popular que me dieron para el Congreso de la República para hacer de allí una tribuna de denuncias concretas, no simplemente retóricas que dieron al traste con una estrategia bastante tenebrosa que era la parapolítica. Aun eso existe, pero la golpeamos, sin duda, gracias también a la Corte Suprema de ese entonces. Y con denunciar no sirve, ya lo sabemos. Hay que transformar el tipo de poder y de gobierno en Colombia y de eso se tratan estas elecciones.

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Otro tema fundamental que yo pude observar en los énfasis de Fajardo es la educación. La educación hay que mirarla en varios niveles: la primera es la que tiene que ver con el cuidado de la primera infancia. Nosotros queremos profesionalizarla, tenemos una experiencia alrededor del tema, a través de las ejecutorias que hicimos aquí en Bogotá. En cuanto a la educación media estamos proponiendo un cambio en el pensum jalonado hacia la idea de educar a la sociedad en el trabajo en equipo y en red.

En el tema de educación superior fue que tuvimos algún tipo de distancia, allí se afirma más la idea meritocrática que dio origen a Ser pilo paga, yo en cambio creo que la educación superior es un derecho. Eso es consustancial del ser humano. Saber no es un tema de que uno es un bruto y el otro es un inteligente, no, lo que pasa es que unos quieren una cosa, otros otra, en cada vocación hay experticias, posibilidades, capacidades. Ese sería un tema a discutir. Porque yo sí creo que el eje en la educación superior de carácter público –no nos metemos tanto en la educación privada- es concebirla como un derecho, es decir, la gratuidad como acceso a la educación superior para cualquier joven en cualquier parte del territorio.

Es la irradiación del saber que ya adquiere el joven en la institución académica, hacia la sociedad. Y ahí hay que construir unos lazos de irradiación porque de lo contrario la sociedad no gana. Que el saber sea un factor de producción. En ese tema quiero profundizar más: el Sena nos ayudaría muchísimo. Es un tema en el que programáticamente estábamos casi de acuerdo.

SEMANA: ¿Qué lo diferencia de la propuesta de Fajardo?

G.P.: Yo creo que un poco la diferencia está es en el talante, unas variables que no son propiamente programáticas. Son métodos de hacer las reformas, cosas de ese estilo que tienen más que ver con un método democrático, la posibilidad de que la gente tenga la confianza de que no va a haber imposiciones sino una construcción colectiva y social sobre temas como la educación, que además es el grueso. Yo creo que en ese tema es donde debemos llegar a un acuerdo.  El talante del gobierno debe ser dialogante y consensual al máximo posible. Siempre habrá gente que no quiere, pero hay que intentar que la construcción sea social, que sea colectiva.

SEMANA: Díganos tres razones por las cuales no votar por Iván Duque…

G.P.: Digamos que a Duque lo he conocido es a partir de los debates porque no tenía ninguna información previa, como la mayoría de los colombianos. Sí me pareció un joven que busca ser la cara tecnocrática del uribismo, como haciendo ese intento, pero es el uribismo el que está detrás. Uno no puede decir que no es homofóbico y se rodea de homofóbicos, pues el gobierno va a ser homofóbico, ¡eso sí, olvídese! Uno no puede decir que son las fuerzas del Congreso las que determinarán la reforma de la justicia, no…Pues si las fuerzas del Congreso las va a dominar. Apenas el pedazo del Partido Liberal, de la U o Cambio Radical, pasen, ya manejará y controlará el Congreso.

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No es que la reforma a la justicia va a ser democrática. Todos sabemos que lo que buscan es la impunidad porque los criminales no son solamente los de las Farc, que es lo que han tratado de vender, sino que también son los que ejercieron el poder. Son criminales en Hidroituango, son criminales en la parapolítica, son criminales en los falsos positivos, que es más reciente. Y entonces lo que quieren es que la justicia no investigue eso. Por eso la lucha contra la Justicia Especial para la Paz porque es la que tiene en sus manos la posibilidad de saber la verdad. No de castigar, porque yo estoy convencido de que la justicia no es un instrumento de venganza sino de reconciliación, pero esa es la realidad.

SEMANA: Y si eso lo saben, ¿por qué ese apoyo mayoritario?

G.P.: Ahora, los colombianos que votan por ellos saben eso, no están engañados. Habrá uno que otro, pero el grueso de siete millones de habitantes que votaron por Duque saben qué son los falsos positivos, saben qué es la parapolítica, saben qué es la corrupción de Hidroituango, saben de Odebrecht ¡Total! Pero los prefieren. Es decir, siempre habrá quien escriba estas páginas de la historia. ¿Por qué prefieren eso a intentar cambiar el miedo? Por odio y por miedo. En unos el odio y en otros el miedo. El miedo entonces porque es mejor ser amigo del victimario, el miedo al cambio porque este puede traer supuestamente cosas peores. ¿Qué cosas peores puede haber en Colombia que eso? Si es que hemos llegado al fondo de la corrupción y del genocidio. Todo lo que puede suceder en Colombia sería una construcción mejor. En Colombia estamos en condiciones de vida muy malas desde el punto de vista de desigualdad, de oportunidades. Nuestro modelo de salud tampoco funciona, nuestra educación excluye a la mayoría de la juventud. Así no se hace nación, así no se hace paz, así no se hace democracia, y perseverar en ese camino que ya llevamos de metástasis de la corrupción, de estas maquinarias sanguinolentas es un suicidio social.

SEMANA: Claudia López le dedicó muchos trinos en esta campaña y creo que usted nunca se los contestó. Ella le decía castrochavista y lo cuestionaba por Venezuela ¿Qué le diría hoy a ella?

G.P.: Pues yo entiendo la estrategia. Yo no puedo criticar a una campaña porque tiene una estrategia, más bien critico la mía porque no nos dimos cuenta del ascenso de Fajardo. Nosotros estábamos en el 30 por ciento. La verdad entramos a la segunda vuelta con una derrota porque eso nos hizo daño. Yo nunca puse en cuestión que entrábamos, pero ellos sí. Esa era su estrategia, ver cómo me pasaban. No era cómo derrotaban a Duque sino ver cómo me pasaban y tenían su razón: veían una segunda fase de enfrentamiento ya con Duque. No fue así y entonces terminé con un ala medio rota, pero no dejé que esa estrategia me ganara de rencores porque la entendí.

SEMANA: ¿Se contenía a veces?

G.P.: Sí, claro. Lo entendí más bien como una autocrítica nuestra porque no detuvimos eso a tiempo, se hubiera podido contener sin necesidad de entrar en el conflicto. Porque es finalmente hablarle a una sociedad  que también quiere el cambio y coincide con nosotros en temas fundamentales, pero que no quieren a Petro porque es mucho más ‘entralón’ y frentero entonces eso puede dar miedo. El otro no. El otro tiene otro estilo, otro talante, y es que así es la gente. La gente tiene sus talantes y ninguno es mejor que otro.

SEMANA: ¿Pero ahora qué?

G.P.: Ahora se trata es de ver cómo todos esos talantes funcionan juntos. Colombia tiene un problema grave del trabajo en equipo y eso no es de la izquierda, o de los verdes, o de  nosotros, o de la derecha, eso es en todas partes. Ellos hicieron un esfuerzo de coalición y yo hice otro. Nosotros queríamos que entrara de una una coalición más amplia. De haber sido así, creo que tendríamos la presidencia ya en la mano, asegurada. Es más, yo creo que hubiéramos podido sacar el 50 más 1 en primera vuelta, entonces esto ya se hubiera resuelto. Y no hubiera sido yo el candidato, fíjese. A la postre, si uno mira,  hubiera sido Humberto de la Calle o hubiera sido Sergio, pero no sé, esa incapacidad de trabajo en equipo no permitió la confluencia a tiempo. Ahora vuelve a saltar el tema, yo quiero trabajar en equipo en el gobierno de la Colombia Humana. Quiero que sea un gobierno pluralista y, de hecho, demostré en la Bogotá Humana pluralismo. No hice un gabinete de mis amigos, vinieron académicos, vino gente de otros partidos, pero que se querían sintonizar con el programa. Y demostramos que sí se puede, que se puede gobernar y trabajar en equipo.

SEMANA: Pero hay parte de los votos fajardistas que insisten en quedarse en el voto en blanco…

G.P.: Ahora, puede surgir –y espero que no- tesis como el purismo, esa que dice que no nos juntamos con nadie y nos preservamos para ganar en cuatro años, cualquiera que gane ahora. Si gana Uribe, Uribe sabe para qué es el poder y no con un criterio democrático. Él sabe que no es solo para destruir la justicia y salvarse, es para perpetuarse. Va a poner presión para que se reforme la Constitución y él pueda ser elegido, va a llevar a Duque a una situación difícil si queda de presidente: ‘no es usted, soy yo’. Duque va a tener que hacer ahí una traición, una vaina difícil para el país, la traición significa dejarlo encarcelar, o supeditarse y dejar que Uribe continúe el otro periodo. O sea que no habría una oportunidad para Fajardo, ahí hay una equivocación enorme. Es la posibilidad de un gobierno plural hoy que transite hacía la democracia lo que va a permitir que Fajardo mismo, o gente como Fajardo, puedan gobernar el país por los siguientes cuatro años y de ahí para adelante unas generaciones que ya están surgiendo y que, en ese momento, ya tendrán toda la oportunidad de gobernar a Colombia.