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ELECCIONES 2018

El abrazo de Ramos: Iván Duque suma un refuerzo a su campaña

El exgobernador de Antioquia es uno de los principales jefes conservadores del departamento. Su respaldo es un mensaje de unidad al interior del Centro Democrático y una jugada importante para su candidato. ¿Qué consecuencias tendrá esta movida?

27 de febrero de 2018

Luis Alfredo Ramos adhirió oficialmente a la candidatura de Iván Duque. No hay nada extraño en la noticia, pues en teoría todos los militantes del Centro Democrático deberían apoyar al candidato de Álvaro Uribe, y como el exgobernador de Antioquia se matriculó en la disciplina uribista (el pasado 7 de octubre), tendría que acatar dicha instrucción. Sin embargo, el apoyo del líder antioqueño no se daba por descontado pues el partido conservador estaba detrás de él y le había pedido ser su candidato. Ahora, será el jefe de debate de Duque. 

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Por eso, a solo dos semanas de que Duque se juegue el pellejo para clasificar a la primera vuelta de las presidenciales, la jugada de sumar a Ramos representa un espaldarazo importante a su candidatura. “Vengo a integrarme a la campaña presidencial de Iván Duque después de estos meses en que me he desempeñado como militante del Centro Democrático, decidí tomar esta decisión. Renuevo mi voluntad y el apoyo al presidente Uribe y seguiremos trabajando por el liderazgo de este país que él siempre ha mostrado”. 

Duque, por su parte, dijo que le honraba contar con el respaldo de Ramos a quien reconoció como un dirigente de mucho liderazgo.  

Cara y sello 

Este respaldo no deja de ser significativo. Se trata de una de las figuras más poderosas del conservatismo antioqueño en las últimas décadas. Fue presidente del Senado, gobernador de Antioquia, alcalde de Medellín, y su nombre ha venido integrando la baraja de presidenciables, concretamente desde 2014, cuando pudo ser el candidato del uribismo, pero la Corte Suprema de Justicia ordenó su captura.

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Antes de eso, Ramos tuvo tanta fuerza tuvo que conformó el partido político Alas Equipo Colombia, una disidencia del conservatismo que se convirtió entre 2002 y 2010 el quinto partido de la coalición uribista.

Ramos representa un apoyo que podría desequilibrar la balanza en una consulta de talante conservador, como esta en la que Duque se medirá con Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez. Por lo menos en Antioquia y el eje cafetero, donde sigue gozando de cierta popularidad.

No en vano hasta hace muy poco su nombre volvía a estar en el abanico de los posibles candidatos presidenciales del Centro Democrático. Incluso se le esperó hasta último momento a la hora de inscripción de precandidatos, en cuya selección se impuso Iván Duque.

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La presencia de Ramos, además, también le servirá a Duque para enviar un mensaje de unidad. Aunque el Centro Democrático es un partido disciplinado, y donde se atiende al pie de la letra lo que diga Uribe, hay sectores poco convencidos de que el expresidente volviera a confiar en un bogotano como candidato presidencial. Hay quienes creen que con Duque se podría repetir la historia de Juan Manuel Santos. Donde más se advierte esa percepción es precisamente en Antioquia, y allí  el respaldo de Ramos puede significar una aplanadora.

Pero fuera de Antioquia, Ramos no deja de ser un dirigente que quedó fuera de carrera desde que la Corte Suprema de Justicia lo mandó a la cárcel, en el año 2013. Por eso, el respaldo también puede ser utilizado para cuestionar a Duque.

Ramos aún tiene abierto un expediente por parapolítica y aunque está en libertad se quedó a la espera de que la corte definiera su situación para ser candidato. La absolución que esperaba no ha llegado. A pesar de que durante su juicio algunos de los testigos fueron declarados falsos y condenados por la justicia, el escándalo del cártel de la toga le quitó credibilidad a estos. 

A Ramos también le han caído interrogantes por el caso del montaje de testigos en que según la corte habría podido incurrir Álvaro Uribe en un proceso contra Iván Cepeda.

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La corte ordenó investigar muchas irregularidades halladas a lo largo de la investigación. Uno de esos hechos es: "El presunto delito de falsedad en el que se pudo incurrir respecto de la carta de Areiza Arango obtenida en esta actuación mediante inspección judicial al proceso que se sigue en contra del doctor Luis Alfredo Ramos Botero", se lee en la página 215 de la reciente decisión. Areiza es uno de los testigos que habló en favor de Ramos. La corte, así mismo, ordenó investigar al juez y el fiscal que participaron en la definición jurídica de este testigo. Aunque ese proceso no ha comenzado, y se demorará en determinar si esos hechos son ciertos, el episodio puede perjudicar la campaña. Al uribismo, por su parte, esta situación no le parece una desventaja pues es justamente el mismo proceso en el que está involucrado su jefe y sus líderes han dejado saber por todos los medios que consideran este eventual proceso parte de la persecución judicial que, según ellos, se incrementa en tiempos de campaña. 

Asi, la presencia de Ramos en esta recta final de la campaña podría, como una moneda, tener dos caras.