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Germán Vargas Lleras con Luis Felipe Henao, su fórmula vicepresidencial, en la Registraduría inscribiendo la candidatura. | Foto: Guillermo Torres

ELECCIONES 2018

Con Luis Felipe Henao, Vargas privilegia la confianza a la política

El exvicepresidente inscribirá al exministro de Vivienda como su segundo a bordo en la carrera presidencial. Ahora, que las encuestas no lo favorecen, las alianzas son esenciales para repuntar.

9 de marzo de 2018

Germán Vargas Lleras esperó hasta el último momento para soltar una de las decisiones más definitivas de su aspiración presidencial. En el día en que se vence el plazo para inscribir formalmente la candidatura, el exvicepresidente anunció su fórmula. Hace unos días, en los círculos de la política se hacían todo tipo de cábalas. Se hablaba que en la campaña de Vargas buscaban un copiloto que pudiera dar un golpe de opinión que favoreciera la baja de las encuestas, también que podía ser una mujer de reconocimiento nacional como Noemí Sanín o María Emma Mejía o un cacique electoral que garantizara de una vez una suma considerable de votos.

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Sin embargo, la decisión de Vargas Lleras terminó estando muy lejos de esos tres escenarios. El exvicepresidente se la jugó por no buscar afuera, ni hacer cálculos políticos y terminó ungiendo a su mano derecha, el exministro Luis Felipe Henao. En la campaña cuentan que los asesores les recomendaron una persona joven, de región, sin tacha y con experiencia política. Y finalmente el candidato terminó por preferir a quien siempre ha estado a su lado. Con Henao, Vargas privilegia la confianza a la maquinaria política.

Henao puede ser la persona en quien más confía Germán Vargas. Han estado tanto tiempo con él, que en el estado tiene fama de ser el hombre que más puestos públicos ha ocupado en los últimos años. Se conocieron cuando Vargas era senador y Henao un recién graduado de derecho de la Universidad del Rosario que trabajaba en la oficina de Jaime Lombana.

El exministro comenzó su carrera en la vida pública como secretario general del ministerio de Ambiente, cuando esa cartera la ejercía Juan Lozano (como cuota de Cambio Radical), durante el gobierno de Álvaro Uribe. A los pocos meses, su entonces jefe lo ascendió a viceministro de Vivienda. Henao era considerado desde ese entonces vargallerista. Se dice que cuando se produjo la pelea entre Vargas y Uribe, el entonces viceministro fue el único que sobrevivió pues todos los cercanos a Cambio Radical tuvieron que salir del gobierno.

Así, Henao fue uno de los pocos funcionarios que pasó del gobierno de Uribe al de Santos, sin mayor problema. Vargas Lleras fue nombrado ministro del Interior y Justicia en el nuevo gobierno, uno de los hechos que generaron la ruptura con Álvaro Uribe. Y en esa nueva posición Vargas lo designó como secretario general de esa cartera. Henao se convirtió en el hombre que apagaba todos los incendios. Por ejemplo, sin dejar su cargo, fue el director encargado del Inpec cuando los problemas con los sindicatos hacían que nadie aceptara ese puesto.

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En 2012, Vargas pasó a un cargo particular: el ministerio de Vivienda y se llevó a Henao de viceministro. Con los ojos puestos en la futura contienda presidencial, le apostó a convertirse en el mayor ejecutor del gobierno y cogió las carteras menos usuales para una persona con su perfil, la vivienda y el transporte, pero a la postre las más estratégicas. En la primera, buscó hacer realidad el programa del presidente Santos de construir 100 mil viviendas para los más pobres. Recorrió el país en esa tarea y las entregó personalmente, en actos que sus contendores en la política criticaron por ser parte de su interés en convertirse en presidente. Para muchos, Vargas estaba haciendo campaña con las casas gratis.

Aunque se dice que él habría querido lanzarse en ese momento, el presidente Santos se lanzó a la reelección y llegó a un acuerdo con Vargas para que fuera su segundo a bordo. La decisión era díficil pues giraba entre lanzarse a enfrentar a su jefe o aceptar un segundo lugar. Al final, se fue por ese último escenario y se convirtió en el vicepresidente de la reelección. Una de los temas que le pidió al gobierno fue dejar a Henao como ministro de Vivienda. En ese cargo, el abogado paisa estuvo tres años y en varias ocasiones fue elegido como el mejor del gabinete por algunas mediciones. Una vez Vargas se lanzó formalmente a la presidencia, Henao se retiró del gobierno. 

En los últimos meses, Henao ha sido uno de los mejores termómetros para medir la ruptura entre Vargas y la Casa de Nariño. Sus intervenciones en Hora 20 y su columna en El Tiempo siempre dejan ver hacia dónde está apuntando el hoy candidato presidencial. A diferencia del círculo que acompaña a Vargas, muchas veces cuestionado por temas de corrupción, Henao es reconocido en la opinión pública como un funcionario eficiente y trabajador.

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Este año protagonizó una dura pelea con la senadora Claudia López quien en una entrevista de radio se refirió a él, por ser miembro de Cambio Radical y por haber sido parte del gobierno Santos, como el "ministro de la corrupción". Henao le puso una tutela y un juez le dio la razón. La senadora tuvo que retractarse. Aunque volvió a emprenderla contra ese partido, aseguró que no tenía ningún reclamo particular con Henao. 

Sin embargo, la decisión de Vargas Lleras de nombrar a su mano derecha puede no ser la última palabra. Este viernes vencía el plazo para que los candidatos presidenciales que no se sometieron a consultas interpartidistas se inscribieran formalmente. Pero como este domingo los resultados de las elecciones de Congreso medirán la fuerza de los partidos políticos y determinarán con mayor claridad el juego de las alianzas políticas de cara a las presidenciales.

Cambio Radical, el partido que respalda a Vargas Lleras, aspira a convertirse en el de mayor representación en el Senado, mientras que los conservadores y la U no solo buscan mantener esa condición sino también cotizarse, en vista de que no tienen candidato presidencial. Los liberales sí tienen candidato, pero hay corrientes al interior que se sienten más identificados con la candidatura de Vargas que con la de Humberto de la Calle. Se trata de los partidos que conformaron la Unidad Nacional del gobierno Santos, y quien quita que esta coalición pueda reeditarse en torno a la candidatura del exvicepresidente. 

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Es por eso que la ley electoral les otorga a los candidatos un término de una semana para hacer ajustes o modificar su inscripción. El próximo 16 de marzo es el plazo definitivo para adelantar cualquier variante, como puede ser la de modificar la fórmula vicepresidencial. Un escenario que en la candidatura de Vargas Lleras no está descartado, quien después de las elecciones podría sellar alianzas con los antiguos socios de la Unidad Nacional, y para ello el cargo de vicepresidente puede ser una moneda de cambio. En ese caso, Henao, que ha demostrado su lealtad y que no ha dudado en enfrentarse con el que sea, podría ser igualmente indispensable en otras dignidades dentro de la campaña, una jefatura de debate como la que ha venido liderando, por ejemplo. 

Con la designación de Henao, Vargas Lleras privilegia la confianza pues sin duda es uno de sus colaboradores más cercanos. Probablemente quien mejor entienda y acepte cualquier cambio de funciones en la campaña.