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El aparato estaba cargado con 300 kilos de cocaína al momento de ser encontrado por la policía.

NARCOTRÁFICO

El narcohelicóptero del Clan del golfo

Esa organización reemplazó a los cargueros humanos en la ruta a Panamá, en las selvas de Urabá, por una de estas aeronaves que compró en Estados Unidos y ensambló en Colombia. Esta es la historia.

6 de octubre de 2018

Durante 2018 las autoridades dejaron al descubierto las ingeniosas tácticas que los narcos han empleado para tratar de exportar la mayor cantidad de cocaína corriendo el menor riesgo de perder los cargamentos.

Primero, fue el famoso narcojet, una lujosa aeronave privada con la que intentaron sacar 5 toneladas de droga a Inglaterra. Después vinieron los narcoveleros. Costosas embarcaciones que, bajo la fachada de turismo por el Caribe, partían desde Cartagena hacia Europa con 500 a 800 kilos de coca escondidos en el casco. Posteriormente, llegaron los narcobananos, una vieja pero reeditada táctica para esconder 10 toneladas de droga en cargas de plátanos en contenedores hacia Alemania y Holanda. Continuaron los narcociclistas, hombres que simulaban ser deportistas que recorrían desde Colombia a Chile en bicicleta, con 100 kilos de estupefacientes en sus alforjas. Poco después una tragedia, en la que más de 10 personas perdieron la vida en un accidente de tránsito, dejó al descubierto los llamados narcobuses que llevaban escondidos en la carrocería cientos de kilos rumbo a Chile. Ahora, se sumó otra modalidad más a esta lista: narcohelicóptero.

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El miércoles de la semana pasada, la Dijín y la Policía Antinarcóticos, junto con las autoridades de Panamá, terminaron una operación en las selvas de Urabá. Después de varias semanas de seguimientos e intercambio de información de inteligencia, los comandos llegaron a un lugar en la manigua cerca al municipio de Acandí. En una parte deforestada y bajo una inmensa carpa negra de plástico encontraron un helicóptero Robinson R44 cargado con casi 300 kilos de coca. Era la primera vez que los curtidos agentes se encontraban con algo así.

En un día realizaban tres a cuatro recorridos y podían llevar hasta más de una tonelada de forma segura.

El aparato estaba prácticamente nuevo. Se trata de una aeronave fabricada en Estados Unidos, donde es posible comprarla en unos 400.000 dólares. Puede cargar un poco más de 400 kilos y tiene una autonomía de vuelo de 560 kilómetros. Normalmente la usan ejecutivos, reemplazados en ese caso por los hombres del Clan del Golfo.

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“Siguiendo las directrices del señor presidente de atacar todas las organizaciones criminales, realizamos esta operación dentro del marco de la campaña policial y militar Agamenón II en conjunto con las autoridades de Panamá”, explicó el director de la Dijín y comandante de la Operación Agamenón, general Jorge Vargas. “Se trata de un importante resultado operativo con el cual estamos afectando las finanzas del Clan del Golfo y debilitando su estructura criminal”, dijo el director de la Policía Antinarcóticos, general Fabián Cárdenas.


Un  helicóptero Robinson R44  cuesta 420.000 dólares. Uno similar a este fue el descubierto en las selvas del Urabá.

El caso comenzó meses atrás cuando la Policía Antinarcóticos detectó que los narcos contrataban cargadores de droga, personas que desde Cauca atravesaban en grupos de 10 la cordillera y la selva hasta llegar a la frontera con Panamá. Cada uno llevaba 20 kilos de cocaína a la espalda en una travesía de varias semanas. Arrestaron a varios de ellos, decomisaron los alijos en un trabajo conjunto con autoridades panameñas.

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Por eso, los narcos optaron por no arriesgar la droga. En adelante, los cargadores llegaban a un punto lejos de la frontera hasta el lugar donde encontraban el helicóptero. Habían traído el aparato de Estados Unidos por partes y lo transportaron por tierra hasta la selva panameña. Allí un ingeniero colombiano lo ensambló y lo trasladó al país. Volando a baja altura, y por el borde de la costa del golfo de Urabá, los narcos empezaron a llevar cargamentos de 300 a 400 kilos por viaje. En un día realizaban tres a cuatro recorridos y podían llevar hasta más de una tonelada de forma segura. Lo hicieron durante algunos meses hasta cuando el constante vuelo de la aeronave, que rompía el silencio de la selva, llamó la atención de las autoridades. Así terminó la carrera del narcohelicóptero.