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Escándalo de Odebrecht: Los Buldócer en la mira

SEMANA revela mensajes, cheques y testimonios que muestran cómo habría operado el grupo de senadores señalado por la Fiscalía de trabajar para Odebrecht a cambio de jugosas coimas.

25 de noviembre de 2017

Desde hace una semana la Fiscalía causó gran revuelo al revelar que Odebrecht, hoy una reconocida multinacional de corrupción, habría contado con los servicios de varios congresistas en Colombia. Se trataría del grupo Los Buldócer, llamado así por su capacidad para presionar y “abrir camino a las distintas aprobaciones de una manera exprés”, en función de los intereses de la firma brasileña.

La vicefiscal María Paulina Riveros hizo la revelación al informar que el ente acusador había dado traslado de un compendio de evidencias a la Corte Suprema de Justicia para que este órgano, competente frente a los senadores con fuero, se encargara de investigar y juzgar a los congresistas en cuestión. La Fiscalía señaló que Los Buldócer serían los senadores Bernardo ‘Ñoño’ Elías, Musa Besaile, Antonio Guerra, Álvaro Ashton y Armando Benedetti.

La reacción vehemente y por momentos desentonada del senador Benedetti, para señalar que todo era una tramoya política del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, puso en entredicho si realmente existió el llamado grupo Los Buldócer. La revelación también sorprendió porque, tras casi un año de intensas pesquisas sobre la corrupción de la firma brasileña en Colombia, por primera vez se señala a Los Buldócer, vinculando a los líos de Odebrecht nombres de políticos como el propio Benedetti y el también senador Álvaro Ashton. Así como la mención de otros congresistas como Sandra Villadiego, Martín Morales y Ape Cuello, además del actual contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados.

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Uno de los testigos que entregó a la Fiscalía la información es el ingeniero civil Federico Gaviria Velásquez, detenido en la cárcel La Modelo y recientemente trasladado a una guarnición militar. Las primeras evidencias están saliendo a la luz pública. La voluminosa compulsa de copias contra Los Buldócer se apoya en su testimonio, aunque no es la única evidencia que contiene el expediente conocido por SEMANA.

Testigo clave

Como ejecutivo, Federico Gaviria llegó a vicepresidente de la ETB. Pero se trata de un personaje con diplomas tan prestantes como su voluminoso y cuestionado pasado. Cursó estudios en la Escuela de Ingeniería de Antioquia y tiene posgrados de la Universidad de los Andes y en Northwestern University, en Chicago, Estados Unidos, donde se especializó en mercadeo. Su primer lío judicial data de 2005 cuando era directivo de la compañía OLA y afrontó un juicio por la compra irregular de 50.000 teléfonos que resultaron remanufacturados. Luego, se vio envuelto en otro expediente y aceptó cargos por el delito de cohecho en un contrato de servicio de ambulancias por 67.000 millones de pesos, firmado por una empresa distrital que representaba como alto ejecutivo.

Una vez Gaviria resolvió esos líos se dedicó a los negocios inmobiliarios, y desde 2009 y hasta el año pasado asesoró a Odebrecht Colombia. Aunque lo capturaron en junio de este año, solo desde hace unas semanas decidió convertirse en delator del megaescándalo.

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En su rol de testigo, Gaviria ha rendido tres extensas declaraciones a los fiscales que investigan el caso. En esas diligencias salió a flote el nombre de Los Buldócer. Según Gaviria, corría 2012 y Luis Antonio Bueno, presidente de Odebrecht en Colombia, no había logrado avanzar para conseguir que se firmara el “contrato de estabilidad jurídica” que le permitiera a la compañía blindar la concesión de la Ruta del Sol 2 con condiciones tributarias estables. Odebrecht estimaba que lograr ese propósito podría significarle un ahorro de 60 millones de dólares. Por esto, el presidente de la firma consultó a su asesor Gaviria y este a su turno acudió al exsenador liberal Otto Bula, hoy también detenido, para buscar una forma de influir en el Congreso en favor de Odebrecht.

El quid de este punto es que el plazo para suscribir el contrato de estabilidad jurídica era 31 de diciembre de 2012, pues a partir de entonces entraría en vigencia la reforma tributaria que eliminó esa posibilidad. “El señor Otto Bula y el senador Bernardo Elías conformaron un grupo de senadores: Elías, Musa Besaile, Antonio Guerra, Armando Benedetti, para tener la fuerza suficiente en lograr que esta gestión fuera exitosa. A este grupo le puso Luis Bueno el nombre de Los Buldócer, un poco describiendo la característica que esta máquina tiene: lo que aparezca lo tumba”, dijo Gaviria. El testigo además señaló que tras una negociación entre Bueno y Bula se definió que a cambio del éxito de la gestión Odebrecht pagaría 3 millones de dólares así: “2 millones de dólares para el grupo de senadores gestionados por Otto Bula, 500.000 dólares para Bula, y 500.000 para mí”.

El testigo Gaviria fue aún más allá. Aseguró que en paralelo a la gestión de Los Buldócer, Odebrecht montó otro frente de presión por medio de la llave Eder Paolo Ferracuti, el brasileño presidente de la concesionaria Ruta del Sol 2, y Luis Fernando Villegas, exsecretario de Movilidad de Bogotá. El testigo explicó que Villegas tenía muy buenos contactos en la Agencia Nacional de Infraestructura (una de las instancias por las que debía pasar el contrato) y que los aprovechó para despejar el camino de los intereses de la multinacional. “No sé de qué tamaño fue el valor de la comisión que (Ferracuti) pagó a Villegas”, dijo Gaviria.

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Con nuevo jefe

Pero Gaviria sí dio cuenta detallada de cómo se concretó el pago de los 3 millones de dólares por lograr la firma del contrato de estabilidad jurídica. Dijo que esa operación estuvo en cabeza del nuevo jefe de Odebrecht en Colombia a partir de 2013, Eleuberto Antonio Martorelli. Este impuso tres requisitos para no tratar de evadir el cerco de las autoridades: primero, que se usara la fachada de empresas serias; segundo, que los pagos se hicieran en el exterior; y tercero, que las transferencias no superaran los 300.000 dólares a fin de no llamar la atención. Atendiendo a esos parámetros Otto Bula referenció tres empresarios amigos con cuentas en Panamá: Hernando Mario Restrepo (dueño una firma de telefonía celular), Álvaro Peláez (compañía de jabones La Jirafa) e Iván, alias el Turco, de quien Gaviria no pudo dar mayor detalle. Según el testigo, esas firmas obtuvieron el pago de los 3 millones de dólares mediante consignaciones hechas a lo largo del primer trimestre de 2013. Y una vez recibieron el dinero, estos empresarios le giraron cheques a Bula para que este cobrara en pesos y pagara los sobornos.

La Fiscalía, por otra parte, encontró elementos adicionales que refuerzan las afirmaciones de Federico Gaviria. Del teléfono celular de Otto Bula se han extraido centenares de mensajes que muestran una sospechosa cercanía entre el senador Ñoño Elías y los directivos de Odebrecht (ver chats). También se cuenta con el testimonio de José Ignacio Burgos, integrante de la Unidad de Trabajo Legislativo del Ñoño y quien –según Gaviria– fungió como enlace con el grupo Los Buldócer. Burgos ya rindió declaración ante la Justicia y dio cuenta de un episodio revelador ocurrido en 2013: “Una vez Otto Bula me pidió que lo acompañara al banco, fuimos a Unicentro (norte de Bogotá). Él tenía varios cheques y me pidió que le cambiara unos mientas él se iba para otro banco. Me endosó 6 o 7 cheques, de 100 millones de pesos cada uno y yo los cobré mientras él fue a cambiar otros. Otto recibió toda la plata, la puso en un maletín y después nos fuimos en su carro. Me dijo que lo acompañara al apartamento del senador Elías. Otto se bajó con el maletín, subimos, yo me quedé en la sala y él fue hacia el estudio. Luego salió, ya no traía el maletín, y nos fuimos”.

Otto Bula, por su parte, en declaraciones a la Fiscalía, aseguró que por medio de Burgos envió 2.600 millones de pesos al senador Elías. El 2 de noviembre afirmó: “Burgos, funcionario de la UTL del senador Elías, era como el puente entre Odebrecht, Federico Gaviria, yo y Elías (sic). Cuando llegaban los pagos por la gestión realizada en el tema por el contrato de estabilidad jurídica él me colaboraba, me cobraba cheques y llevamos el dinero al senador Elías”. De momento, Bula se ha limitado a decir que contó con la colaboración de un “grupo” de senadores, pero expresamente no ha dicho ningún nombre, salvo el del Ñoño Elías.

Esta semana un juez rechazó el preacuerdo que Bula negoció con la Fiscalía para servir de testigo, así que todavía es incierto si este llegará a revelar quiénes fueron los alfiles de Odebrecht en el Congreso. El senador Ñoño Elías también podría ser testigo delator, pero desde hace un par de meses, cuando lo trasladaron sorpresivamente de celda, todos los acercamientos para una eventual negociación se congelaron. La abogada de Elías, Silvia Margarita Rugeles, dice que radicará peticiones probatorias ante la corte a fin de establecer a dónde fueron a dar los dineros girados por Odebrecht “Hasta la fecha no aparece ninguna actuación concreta del senador Elías, como para haber recibido las sumas exorbitantes de dinero que afirma Otto Bula”, dice.

Relato determinante

Pero no hubo solo corrupción en obtener el contrato de estabilidad jurídica, sino también en la adición de la vía Ocaña-Gamarra a favor de la concesión de Odebrecht. En este caso, Gaviria también juega un papel determinante como testigo, con la gravedad de que en este episodio, según las autoridades, la coima ascendió a la cifra astronómica de cerca de 24 millones de dólares.

Al respecto, Gaviria asegura que Martorelli, presidente de Odebrecht, tras una dura negociación con Otto Bula, acordó pagar 80.000 millones de pesos si lograba que el señalado tramo terminara adicionado sin licitación. El compromiso de la repartija otorgaba 10.000 millones para Bula y Gaviria, y 70.000 para Los Buldócer. Gaviria dijo que Bula para esa operación tuvo que ampliar el grupo, ya que “si no había un bloque grande y fuerte para pelear el asunto, era imposible lograrlo” por lo que contó con “un grupo de 10 a 12 senadores”. Gaviria mencionó al senador Álvaro Ashton como uno de los refuerzos que entraron al grupo.

Luego explicó que por cuenta de los líos surgidos en el exterior con los señalamientos iniciales contra Odebrecht, esta vez tuvieron que hacer los pagos directamente en Colombia por medio de retorcidos contratos de supuestos servicios y asesorías que nunca existieron. Después, la debacle mundial de Odebrecht impidió pagar la totalidad de la coima pactada. En este sentido, haciéndoles seguimiento a los giros y transacciones de Bula y los empresarios (ver cheques), la Fiscalía ha documentado pagos que suman más de 50.000 millones de pesos en torno a la adición de la vía Ocaña-Gamarra.

En las declaraciones de Gaviria también salieron a flote los nombres de otros personajes como el actual contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados, a quien señala de haber recibido 200 millones de pesos en efectivo de manos de un directivo de Odebrecht para su campaña a la Gobernación de Boyacá. Granados le dijo a SEMANA que no ha tenido contrato alguno con Odebrecht y que jamás se reunió con directivos de la firma. Por su parte, la senadora Sandra Villadiego, del Partido de la U, también mencionada por Gaviria, ha dicho que el trasfondo de todo es una retaliación por los debates de control político que hizo en su momento contra Odebrecht. La Fiscalía decidió compulsar copias para que se abran investigaciones contra todos los políticos salpicados, pues además de las menciones expresas de Gaviria, hay más elementos, como chats extraídos del celular de Otto Bula con sospechosas conversaciones, que se suman a los otros testimonios que han salido.

La Corte Suprema de Justicia tendrá la última palabra. El máximo tribunal deberá determinar cuál fue el verdadero rol de Los Buldócer en el entramado de corrupción de Odebrecht. Dada la exacerbación política, la Justicia deberá tener sólidos elementos para probar si realmente los congresistas señalados estuvieron al servicio de los intereses de Odebrecht en Colombia.