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N A R C O T R A F I C O

Ojo por ojo

Asesinar a Víctor Patiño era el objetivo del clan de los hermanos de ‘Pacho’ Herrera en su guerra con el cartel del norte del Valle, cuando pretendió volar la cárcel de Cali.

7 de mayo de 2001

Las autoridades han comenzado a atar los cabos de lo sucedido el pasado 21 de febrero, cuando los habitantes del barrio Prados de Oriente, en Cali, se llevaron el susto de su vida. Ese dia un pequeño helicóptero, que sobrevolaba a muy baja altura, dejó caer una pesada carga que impactó en el techo de la vivienda de la familia Yotengo, donde estaban dos pequeños. Repuestos del susto, los habitantes del sector no salían de su asombro cuando descubrieron que la carga que había sido arrojada desde la aeronave era una enorme bomba de 100 kilos de explosivos TNT y un dispositivo para accionarla a control remoto.

La noticia se regó como pólvora por el sector y en menos de 10 minutos el barrio fue evacuado. Los expertos en explosivos de la Policía asumieron el control. Pocas horas después el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, coronel Laureano Villamizar, señaló que había sido un milagro que el artefacto no hubiera explotado. De lo contrario la tragedia que se hubiera vivido en Cali habría sido inmensa.

Dos meses después de aquella riesgosa operación del pequeño helicóptero. que además del piloto llevaba dos hombres encapuchados que dieron la orden de lanzar la bomba en el sector del barrio Prados de Oriente, las autoridades ya están sobre las pistas de lo que ocurrió y quiénes son los protagonistas de este nuevo enfrentamiento que tiene todavía a los habitantes de Cali con los nervios de punta.

La clave la tiene un testigo que hace dos semanas se presentó ante la Fiscalía regional en Cali y pidió protección del ente acusador a cambio de revelar todos los detalles del misterioso vuelo del helicóptero HK-1486. Su testimonio le permitió, en efecto, ingresar al programa de protección de testigos.

Este hombre, de acuerdo con las investigaciones adelantadas por la Fiscalía y las agencias de Inteligencia de la Policía, fue el encargado de adquirir el helicóptero en la Escuela de Aviación de la capital del Valle del Cauca por la suma de 200 millones de pesos.

El clan

Pero ¿quién mandó comprar el pequeño aparato? Según el testimonio del informante, detrás de esta operación está el hermano menor de Helmer Herrera, más conocido en el mundo del narcotráfico como ‘Pacho’ Herrera, quien fue asesinado en la cárcel de máxima seguridad de Palmira el pasado 6 de noviembre de 1998 cuando jugaba fútbol.

En ese entonces José Manuel Herrera Moncada, hermano menor de ‘Pacho’ y quien es minusválido, se encontraba detenido en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Modelo de Bogotá. Allí juró vengar la muerte de su hermano. Ocho días después cumplió su promesa. Una pequeña pistola fue camuflada en su silla de ruedas. Salió de su celda y se dirigió en busca de Orlando Henao, jefe del cartel del norte del Valle del Cauca y quien para la época estaba en guerra con el clan de su familia. Manuel Herrera le disparó a Henao a quemarropa seis veces y éste murió en el instante.

Pero el cobro de cuentas no paró ahí. A lo largo de los últimos tres años esta guerra ha sido ojo por ojo, diente por diente. Y se ha vuelto más cruel en los últimos dos meses, después de que un juez dejara en libertad a José Manuel Herrera Moncada, por vencimiento de términos en el proceso que se le adelantaba no sólo por el asesinato de Orlando Henao sino por sus vínculos con el narcotráfico.

Según las informaciones suministradas por el testigo que se entregó a las autoridades, Manuel Herrera se alió con su otro hermano, Hellman Edison Herrera, más conocido con el alias ‘Yiyi’. Ellos dos iniciaron una guerra abierta contra los demás miembros del cartel del norte del Valle y principalmente contra su nuevo jefe, Víctor Patiño Fómeque, hoy detenido en la cárcel de Vista Hermosa, en Cali, localizada en el populoso barrio de Prados de Oriente. En estos dos meses de enfrentamientos han caído socios de lado y lado. Y como la guerra es a muerte, los hermanos Herrera decidieron montar la espectacular pero fallida operación del helicóptero. Por esa razón compraron la nave y después de cancelar su valor le solicitaron al dueño de la Escuela de Aviación que les concediera un vuelo de prueba.

En la escuela se encontraba ese día el piloto de pruebas Pablo Libardo Bueno Schneider, quien fue asignado para realizar un corto sobrevuelo y así satisfacer a los nuevos propietarios de la pequeña aeronave. Junto al capitán abordaron el aparato dos hombres. Uno de ellos era el actual testigo que está bajo la protección de la Fiscalía. El otro era Layton Giraldo Ruiz Rengifo, más conocido con el alias de ‘Bachiller’ y quien es considerado el jefe militar del clan Herrera.

El helicóptero alzó vuelo y dos minutos después ‘Bachiller’ amenazó al piloto con un arma y lo obligó a desviar su rumbo. Tres minutos después, y muy cerca del aeropuerto de Palmaseca, la aeronave aterrizó en una enorme finca conocida como El Desierto y que, de acuerdo con los investigadores, es propiedad de ‘Pacho’ Herrera. Allí los estaban esperando José Manuel Herrera y Gonzalo Toro, otro de los empleados del clan. Montaron dos canastillas de acero que habían sido fabricadas en el taller Los Cuñados, localizado en la calle 42 número 8A-37 de Cali.

En las dos canastillas los empleados de los Herrera montaron las dos cargas de explosivos TNT, cada una de 100 kilos de peso. El piloto, que en ese momento se oponía a realizar el vuelo, recibió una mala noticia. Al otro lado de una línea telefónica estaba su esposa, quien le confirmó que junto con sus hijos se hallaba amarrada y vigilada por dos hombres que tenían en sus manos enormes armas que apuntaban a sus cabezas.

Sin más remedio, el capitán Bueno Schneider aceptó pilotear la aeronave. Listas las canastillas con los explosivos, abordaron el aparato dos hombres: ‘Bachiller’ y Toro. Pero en el momento de decolar el pequeño helicóptero no pudo despegar por el peso. “Entonces se decidió bajar una de las canastillas con una carga de 100 kilos de explosivos y dejar sólo la canastilla que estaba en el costado del piloto”, contó a las autoridades el testigo protegido.

Minutos después despegaron y se dirigieron hacia Cali. Luego tomaron hacia el oriente en busca de la cárcel de Vista Hermosa. Cuando se estaban aproximando el piloto recibió la orden de perder altura. ‘Bachiller’, quien tenía el control de la carga, cortó con un cuchillo las manilas que la sostenían cuando vio que estaban prácticamente encima del penal.

A medida que la carga bajaba, el helicóptero recuperó altura. ‘Bachiller’ llevaba en sus manos el dispositivo para hacer explotar la bomba. Pero éste no respondió cuando fue accionado. Como la misión había fracasado los hombres de Herrera le dieron la orden al piloto de aterrizar en un potrero no muy lejos de donde cayó el explosivo y desaparecieron del lugar. “Si la bomba hubiera explotado por lo menos hubiera habido en Cali unos 2.000 muertos”, señaló a SEMANA uno de los expertos en explosivos que conoció el caso.

Después de la fallida operación se han presentado otros ajustes de cuentas. Esta vez las balas del clan Herrera se han dirigido hacia quienes conocían la operación de hacer volar en mil pedazos la cárcel de Vista Hermosa. Uno de ellos fue un técnico de la Escuela de Aviación. Otras tres personas están amenazadas de muerte. Y, de acuerdo con el testigo, el clan Herrera no descansará hasta cuando exterminen a sus antiguos socios del cartel del norte del Valle. Estos, a su vez, también han enviado sus mensajes y los dos clanes tiene en claro que la guerra va para rato.