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Palacio de Justicia: Popeye dijo a SEMANA que Escobar financió al M-19: “Dio dos millones de dólares”. Vea el video
John Jairo Vásquez Velásquez aseguró que el grupo guerrillero le ofreció al jefe del Cartel de Medellín “matar la mayor cantidad de magistrados y quemar los expedientes”. La Comisión de la Verdad recogió otros testimonios.
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Popeye, el lugarteniente de Pablo Escobar, duró décadas contando con detalle sus andanzas. No es un protagonista aislado de la historia del narcotráfico en Colombia, sino uno de los testigos de excepción de quien fue considerado en su momento el hombre más buscado del mundo.
En una entrevista con SEMANA para los 30 años de la toma del Palacio de Justicia (hace 10 años), John Jairo Vásquez Velásquez narró cómo el patrón había puesto la plata para ese atentado.
“El financiamiento por parte de Pablo Emilio Escobar Gaviria y el Cartel de Medellín a la toma del Palacio de Justicia es una realidad, nótese que no digo supuestamente, sino que lo financió. Dio dos millones de dólares para la toma”.
Popeye aseguró que ese dinero se lo dio Escobar a Iván Marino Ospina, a quien él describe como “el jefe militar del M-19″, quien falleció antes de la toma. También dijo que “Pablo Escobar entregó armas en Medellín para la toma”.

Popeye narró que el patrón, en su afán por frenar la extradición, quería que se hiciera un golpe contundente contra el Gobierno y que le había sugerido un plan al M-19.
“El patrón les decía que no se metieran al Palacio sino al Senado, porque el presidente Belisario Betancur sí iba a pelear por el Senado (...)El plan b era matar la mayor cantidad de magistrados y quemar los expedientes, que fue el que se realizó porque ellos tenían un trabajo avanzado en la Corte, la tenían infiltrada. El M-19 realizó el plan b”, indicó Velásquez.

La Comisión de la Verdad de la Corte Suprema de Justicia sobre los hechos sucedidos el 6 y 7 de noviembre de 1985 también deja clara la presencia de Escobar y la alianza que existió con el M-19.
El documento detalla cómo se dio históricamente ese encuentro de intereses. “Desde la sanción de la Ley 27 de 1980, mediante la cual fue aprobado el Tratado de Extradición suscrito entre Colombia y los Estados Unidos de América, los jefes del narcotráfico desataron una lucha brutal y sangrienta contra dicha ley”, recuerda.
“Al presidente Petro no le es favorable el asesinato de un juez de la Suprema Corte por parte de sus camaradas en forma tan atroz”, J. Mauricio Gaona. https://t.co/if1kX8q65f pic.twitter.com/cFz3QeUdFE
— Revista Semana (@RevistaSemana) November 2, 2025
“A comienzos de diciembre de 1984, el grupo de narcotraficantes denominado Los Extraditables amenazó de muerte al presidente de la República, a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado y a los ministros. Con mayor intensidad, los magistrados de la Corte fueron amenazados a raíz de que la corporación emitió un concepto favorable a la extradición de Carlos Lehder”agrega.
El informe narra cómo, tras la muerte del comandante del M-19, Jaime Bateman, se frustró un encuentro con Pablo Escobar en Panamá. Luego, ocurrió el secuestro, por parte del M-19, de Martha Nieves Ochoa, la hija de Fabio Ochoa, uno de los jefes del Cartel de Medellín. Ese hecho generó la creación del grupo MAS (Muerte a Secuestradores).
Para los años de la toma, la guerra contra la extradición era ya sin cuartel. En 1984, Escobar había mandado asesinar al entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla.
El M-19 no era ajeno a esa causa de la extradición. “Iván Marino Ospina, antes y después de su expulsión como jefe máximo del M-19, sostuvo hasta su muerte, ocurrida en agosto de 1985, estrecha amistad y unidad de acción con Pablo Escobar, y era el único autorizado por el movimiento subversivo para conversar con él. Como comandante del M-19, Ospina coincidió con miembros del Cartel de Medellín en afirmar que por cada colombiano extraditado sería asesinado un ciudadano estadounidense en Colombia”, cuenta el informe.
Ospina es la persona a la que, según Popeye, Escobar le dio los dos millones de dólares para financiar la toma.
Popeye también le dio esa versión a la Comisión de la Verdad, pero le agregó un matiz a la plata. “Él (Pablo Escobar) le entregó dos millones de dólares a Iván Marino Ospina, pero esa plata fue perdida porque Iván Marino Ospina murió antes de la toma y la plata nunca la encontraron… Eso lo decía Pablo abiertamente, para la época él colocaba, más o menos, en viáticos y todas las cosas les dio 40 millones de pesos de la época, que era mucha plata… todo eso lo manejaba Pinina, que era un hombre superclave… Para ustedes hay un hombre muy importante, es el Arete [Carlos Mario Alzate Urquijo]“.
El informe de la Comisión de la Verdad recoge también el relato que hizo Carlos Castaño en su libro Mi Confesión. El exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia aseguró que él estuvo en una reunión en 1985, antes de la toma, a la que asistieron, Carlos Pizarro y el Cartel de Medellín. Allí, según Castaño, Escobar dijo:
“La extradición está caminando y nos están jodiendo. Vamos a hacer una vuelta y aquí todos tenemos que colaborar. Nos encontramos en la obligación de hacer algo para salvarnos. Existen unos procesos jurídicos muy fuertes contra nosotros en el Palacio de Justicia. Es necesario borrarlos y no dejar huella de nada ante la ley. Tendrán que comenzar de cero y al obtener nosotros poder, nadie se atreverá a denunciarnos”. Fidel [Castaño], según el relato del libro, contestó: “Listo. Yo pongo unos fusilitos para lo que se necesite”. Y Escobar replicó: “Yo pongo la plata”.
“Siempre me impactó que un hombre de 43 años de edad con una niña de 10 meses se metiera en semejante lucha contra Pablo Escobar. El sentido de esencia y la integridad moral que tenía eran muy profundos”: J. Mauricio Gaona. https://t.co/if1kX8q65f pic.twitter.com/3sTHTJrrJq
— Revista Semana (@RevistaSemana) November 2, 2025
Según Castaño, en ese momento, Carlos Pizarro, dijo: : “Un millón de dólares para el M-19 por eliminar al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía y un millón de dólares adicionales por destruir todos los archivos”
Popeye narró en su libro de memorias que una de esas reuniones sucedió en Hacienda Nápoles. Y que allí llegaron Iván Marino Ospina y Álvaro Fayad.
“En la larga reunión llevada a cabo allí, le cuentan el ambicioso proyecto que tienen en mente: atacar el Palacio de Justicia. Le dicen que quieren montar un espectacular operativo, frente a los medios de comunicación del mundo, en plena Plaza de Bolívar, para denunciar al presidente de Colombia, Belisario Betancur, por haber incumplido y traicionado un cese del fuego y un diálogo pactado con la insurgencia”, aseguró Popeye.
Fayad, según contó Popeye, fue el encargado de narrarle al patrón los detalles de lo que iban a hacer: “le empieza a explicar con no poco entusiasmo:“La operación la vamos a bautizar Antonio Nariño, por los Derechos del Hombre; contamos con cerca de 50 efectivos. Veintiocho guerrilleros que ingresarán por el sótano, donde ya tenemos un infiltrado quien nos abrirá la puerta. Previamente, seis compañeros estarán dentro del Palacio, haciéndose pasar por abogados, y en la parte exterior tendremos 10 compañeros atentos con la inteligencia y listos para apoyarnos”.
Según Popeye, el capo escuchó con atención y al final les preguntó qué querían de él. “Pablo, pretendemos tu financiamiento de toda la operación; a ti te conviene por lo de la extradición, por eso te buscamos”, asegura que le dijo Iván Marino Ospina.
El lugarteniente de Escobar agrega que Fayad terció para los detalles: “Estimamos necesario un millón de dólares; es preciso traer fusiles de Nicaragua y explosivos C-4″, aseguró que dijo el líder del M-19.
Escobar, según Popeye, ofreció ahí los dos millones de dólares y les prometió cinco más una vez el operativo fuera un éxito. El capo tenía claro que del operativo no podían salir vivos los magistrados Reyes Echandía, Medellín Forero, Medina Moyano y Patiño Roselli.
El relato sobre lo que sucedió en el Palacio de Justicia ha generado enorme controversia estos días por cuenta de unos trinos en los que el presidente Gustavo Petro ha sostenido que al magistrado Manuel Gaona Cruz lo asesinó el Ejército, cuando hay al menos cinco testimonios de sobrevivientes (incluidos dos magistrados) que narran haber visto cómo el M-19 lo asesinó.
“La verdad es inconveniente porque existe una narrativa muy fuerte, y es un hecho documentado y consolidado— incluso en archivos diplomáticos de otros países— que la guerrilla del M-19, Pablo Escobar y Los Extraditables mantuvieron una relación criminal antes, durante y después de la toma del Palacio de Justicia”, aseguró en entrevista con SEMANA Mauricio Gaona, quien recordó que su papá, “dio su vida por defender la justicia y el Estado de derecho contra el criminal más grande de ese tiempo: Pablo Escobar”.




