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El exdirectivo, que asumió la rectoría del claustro en mayo de 2013, no aceptó los delitos. | Foto: Gustavo Torres / SEMANA

PERFIL

Ramsés o la historia del ‘faraón’ que mandó en la Uniautóma

Ramsés Vargas Lamadrid, con un pasado turbio, se hizo con el control de una de las universidades más grandes de Barranquilla y ahora responde por su desfalco. ¿De dónde salió?

9 de diciembre de 2018

“Estoy firme como un trinquete”. La frase, que podría ser adjudicada a cualquier marino, la pronunció este martes el exrector de la Universidad Autónoma del Caribe, Ramsés Vargas Lamadrid, en una de las audiencias del proceso por el que fue capturado y señalado del desvío de al menos 16.000 millones de pesos hacia su patrimonio personal. La víspera había sido llevado de urgencia desde la URI de la Fiscalía en Barranquilla, donde permanece detenido, a la Clínica Centro por un dolor en el pecho. A las pocas horas regresó.

El exdirectivo, que asumió la rectoría del claustro en mayo de 2013, no aceptó los delitos de concierto para delinquir, corrupción privada, enriquecimiento ilícito, falsedad en documento, omisión de agente retenedor, amenaza a testigos y administración desleal, que comparte con otros nueve exaltos cargos de la universidad.

Ramsés, a quien sus cercanos le llaman ‘faraón’ -a dos generaciones de reyes egipcios se les conoce así-, es único hijo de Eduardo Vargas Osorio, antiguo secretario general de la Uniautónoma y cónsul honorario de Ecuador en Colombia, y de Sonia Lamadrid de Vargas, quien durante la rectoría de su hijo fue miembro de la Sala General del claustro.

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Según conocidos que hablaron con SEMANA a condición de no ser identificados, ambos progenitores son el círculo más cercano de Ramsés, quien pocas veces toma decisiones importantes sin consultarles. Incluso, convivió con ellos ya bastante entrado en la adultez, en su residencia de la carrera 43 con calle 93, en el norte de Barranquilla. Ambos ocuparon altos cargos con abultados salarios en la institución, hasta antes de que se desatara el escándalo en Uniautónoma.

Vargas Lamadrid se graduó en el Colegio del Sagrado Corazón de la capital atlanticense y, por cuenta de su padre, ingresó en el Opus Dei, que le otorgó una beca en una de sus obras, la Universidad de la Sabana, de donde se tituló en Derecho en 1990. Luego, en la Universidad Javeriana se especializó en Gerencia Financiera en 1993.

Quienes conocen hoy a Ramsés y su elegancia al vestir, al punto de obligarse frecuentemente a usar traje y corbata en la calurosa Barranquilla, difícilmente reconocerían a su versión de entonces, cuando tenia sobrepeso (se realizó cirugía de bypass gásrico), usaba barba y vestía de camiseta y jean, aunque ya mostraba inclinaciones por los lujos, evidenciados en sus automóviles.

Trabajo oficial

Al regresar a Barranquilla, aterrizó en la caja de compensación familiar Cajacopi, pero su padre, con íntimas conexiones con la entonces todopoderosa casa Name, lo llevó a la Alcaldía de Barranquilla, bajo la administración de Edgar George. Allí fue secretario general y al iniciar 1995 pasó al frente de la Tesorería Distrital. Tuvo fuertes roces con el sindicato de trabajadores del Distrito, que pedían su renuncia y lo acusaban de “actitud dominante” e imponer obstáculos al funcionamiento de la entidad.

En noviembre de 1996, tras una reestructuración en la Alcaldía, Ramsés pasó a un cargo clave dentro del Distrito: director del Área Metropolitana. En ese entonces, según manifestó a SEMANA una fuente conocedora de la situación, una de las vías de llegada al funcionario fue su madre, quien tuvo trato directo con los contratistas. “Ramsés siempre dejó saber su poder. George y su jefe político, el cura Bernardo Hoyos, lo tenían como comodín y muestra de buenas relaciones con los caciques de la época, los hermanos José y David Name Terán. En especial David”, añadió.

David Name es reconocido por su habilidad de hacer negocios con el Estado, pero también es un destacado miembro de la masonería colombiana y tiene logia propia, Luz Hermética. Según una columna en SEMANA del periodista Daniel Coronell, otros masones creen que se trata de un “club de negocios e intercambio de favores e influencias”, visitado por “funcionarios, militares, magistrados y contratistas”, entre ellos el ex fiscal general Mario Iguarán y -curiosamente- Silvia Gette, exrectora de Uniautónoma. Name abrió las puertas de este círculo a Vargas Lamadrid.

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En su paso por la AMB, Ramsés recibió duros señalamientos por cuenta de un empréstito que la entidad contrató el 27 de noviembre de 1997 con la Caja Agraria por 2.000 millones de pesos y no pagó en el plazo establecido. Tampoco hay soportes de qué se hizo con los recursos, que los barranquilleros debieron pagar luego de que la entidad perdiera un laudo arbitral en 2004.

El dinero terminó de cancelarse en 2010, con altísimos costos en intereses moratorios y reestructuraciones. Denunciaron también que tanto Vargas como George habían comprado lujosas propiedades en Miami (EE UU). “Lo iban a poner preso y el abogado (y exalcalde de la ciudad) Miguel Bolívar lo defendió”, dijo una fuente cercana.

Autoexilio

Desde enero de 1998 lo que siguió para Vargas Lamadrid fue un exilio autoimpuesto, presumiblemente  a la espera de que las aguas se calmaran. En 2000 obtuvo un grado en Banca de Desarrollo de la Universidad de Miami y, en 2001, un máster en Administración Pública de la Universidad de Harvard. Luego, por ocho meses, fue consultor del Banco Interamericano de Desarrollo para proyectos en Guatemala, Panamá, Honduras y El Salvador.

De vuelta en la capital atlanticense, asumió a mediados de 2002 y hasta septiembre de 2005 la dirección ejecutiva de Acopi Atlántico donde, incluso, habría participado a nombre del sector privado en la negociación del TLC con EE UU. Aún así, afirmó en su hoja de vida que estudió entre 2004 y 2005 un máster en Políticas Públicas y Política Económica de la Universidad de Oxford. Por dos años, hasta 2007 trabajó en Colombia con la agencia estadounidense USAid, donde manejó recursos por al menos 11 millones de dólares en asistencia.

Volvió a irse de Colombia y en los siguientes dos años, fue consultor particular tanto en el país como en México y EE UU., y entre 2009 y 2013 trabajó con Naciones Unidas y otras agencias en Afganistán e Iraq, también apoyó un par de proyectos de fundaciones extranjeras en el caribe colombiano.

En medio de todos esos vaivenes se casó con María Helena Hernández, con quien tuvo seis hijos. Ella es psicóloga de la Universidad del Norte con especialización en Desarrollo Familiar de la Universidad de la Sabana y fue profesora en la Uniautónoma.

Paralelamente, se desataba el escándalo de los malos manejos de la Universidad Autónoma del Caribe por parte de la exbailarina exótica Silvia Gette, viuda del fundador del claustro el exsenador Mario Ceballos Araujo. Finalmente, ella había sido obligada a renunciar a la rectoría, lo que sucedió en febrero de 2012, acusada judicialmente de sobornar a un testigo en el caso del asesinato de su yerno. En su reemplazo fue nombrado de forma temporal el exvicerrector Mariano Romero.

Llega el ‘faraón’

Cuando Ramsés Vargas llegó a la rectoría de la Universidad Autónoma del Caribe, la institución no le era ajena para nada. De hecho, la conocía desde chico, pues su padre, Eduardo Vargas Osorio, siempre estuvo empleado en los altos círculos del claustro -ya fuera como secretario general o miembro de la Sala General- gracias a su cercanía al exparlamentario Ceballos. De hecho, sin merecerlo -al decir de muchos-, durante la administración de su hijo le fue dado el trato de fundador, lo que le significó millonarios apoyos de la institución.

Fue él, además, quien junto con el exrector encargado y ex secretario general Tamid Turbay pavimentaron el camino para que Ramsés tomara las riendas de la casa de estudios y lograron convencer de ello a Moreno, quien según la Fiscalía, luego recibió un bono de 100 millones de pesos. Alguien que conoció de cerca la situación señaló que Vargas Lamadrid, por su parte, hizo un intenso lobby ante Silvia Gette para que le permitiera ejercer el cargo. Tamid, en últimas, propuso su nombre ante la Sala General.

Lo cierto es que el 21 de mayo de 2013 Vargas asumió la rectoría de la universidad, sin siquiera cumplir con el requisito de haberse desempeñado como rector o decano al menos por cinco años. De la nada le apareció una especialización en Alta Gerencia de la Uniautónoma, que no está consignada en su perfil de LinkedIn. Una fuente universitaria manifiesta que ese titulo se lo terminó regalando Turbay, quien desapareció del país hace pocos meses previendo el escándalo que se avecinaba.

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Lo demás es historia. Según ha señalado la Fiscalía en las audiencias, Ramsés desde un principio tenía la intención de desfalcar junto con sus cómplices la universidad y lo ha llamado a responder por el desvío de por lo menos 16.000 millones de pesos de matrículas y pagos que los estudiantes hicieron en efectivo y que fueron sacados del claustro en bolsas negras con escolta. Pero nada se sabe aún del destino de los millonarios recursos de la venta de activos de la institución como la ficha del club Uniautónoma FC y de los pases de sus jugadores, así como las hipotecas que penden sobre los terrenos del polideportivo y otra decena de propiedades.

La familia de Vargas Lamadrid se mantiene en el sur de la Florida, mientras el gobierno de Estados Unidos le retiró a él la visa de ingreso. Es allí donde aún posee una ostentosa propiedad de 3,1 millones de dólares, que cuenta con seis habitaciones y nueve baños, piscina, jacuzzi, gimnasio, BBQ y sala de video, entre otras excentricidades, con un área de 730,5 m2 construida en un terreno de 6.000 m2.

El exrector, que renunció a su cargo desde Miami en marzo pasado por medio de un video colgado en YouTube, finalmente fue detenido el 25 de noviembre, en una sencilla habitación de un hotel de paso en Cartagena, mientras huía de las autoridades que ya habían hecho efectivas las ordenes de captura de nueve de sus cómplices mas cercanos. De la grandeza que una vez ostentó, hoy está en las carceletas de las URI en Barranquilla, desde donde añora -según ha declarado- pasar las fiestas de fin de año con su familia, algo que está por verse porque la Fiscalía pidió la cárcel en su caso. La decisión se conocerá el 21 de diciembre.