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Gobierno de Virgilio Barco

4 de enero de 2004

En agosto de 1987 Colombia estuvo a punto de ir a la guerra con Venezuela por la presencia en las agua en disputa territorial de la corbeta Caldas. Al cabo de una semana de fuerte disputa diplomática el presidente Luis Herrera Camping dio un ultimátum y dio como plazo las 12 de la noche para que el Gobierno retirara la embarcación. El libro relata detalles de la reunión secreta en la casa del canciller Julio Londoño en la que se decide la retirada ante la incapacidad de las Fuerzas Armadas de sostener un conflicto bélico.

"A las 9 de la noche el presidente Barco reunió a los militares y les pidió que hicieran una evaluación real sobre la manera como afrontarían una guerra.

"El general Oscar Botero hizo un diagnóstico devastador: el Ejército solo estaba en capacidad de combatir durante dos días porque no tenía tanques en la zona y porque las unidades de artillería no disponían de los equipos suficientes.

"El almirante Grau informó que la corbeta ARC Independiente tenía todos los misiles disponibles y que los cuatro submarinos existentes no estaban en capacidad de ofrecer una resistencia efectiva.

"Señor Presidente, las otras corbetas no tienen defensa antiaérea... mejor dicho, las pueden hundir a piedra--, resumió el oficial, resignado.

"El comandante de la FAC intervino y reconoció que 14 de los 15 aviones Mirage estaban en tierra por falta de recursos para su mantenimiento.

"El general Rafael Samudio habló y le dijo al Presidente que aunque el panorama no era alentador, las Fuerzas Militares estaban listas para combatir y agregó que en ese instante las tropas de reserva de la base de Tolemaida se dirigían hacia la frontera.

"--Señor Presidente, a pesar de que ellos tienen una evidente superioridad naval y aérea, nuestros soldados tienen una moral alta para enfrentar la guerra--.

"El desastre parecía inevitable. A la 11 de la noche y después de que el embajador en Venezuela, Pedro Gómez Barrero informó que el presidente Lusinchi estaba reunido en el Palacio de Miraflores con los ministros de Defensa, Heliodoro Guerrero y de la Secretaría, Carmelo Lauría, y que según sus datos desde temprano estaban tomando whisky. También supieron que el comandante del Ejército de ese país, el general Italo del Valle Alliegro estaba en la frontera y acababa de alertar a sus hombres acerca de la inminencia del ataque, que empezaría en la Península de La Guajira.

"A las 11 de la noche uno de los asistentes a la cumbre dijo que tenía una idea para evitar la guerra.

"--La situación no ha cambiado. Como los gobiernos no han encontrado salidas a la crisis y ante la evidente precariedad de las Fuerzas Militares, propongo que Colombia acoja la propuesta de algunos gobiernos amigos y anunciemos el regreso de la corbeta y su salida de la zona en conflicto--.

"Los militares se miraron desconcertados y el presidente Barco le dijo al general Samudio que diera las órdenes pertinentes para retirar la embarcación.

"--Señor Presidente, esta es una decisión delicada... claro que la acatamos pero quiero decirle que no voy a dar esa instrucción de manera directa porque el día de mañana la historia juzgará estos hechos--, dijo el ministro de Defensa, que acto seguido le pidió al comandante de las Fuerzas Militares transmitir un mensaje urgente al ARC Independiente para que se dirigiera a Cartagena. Samudio le dijo al general Guerrero Paz que dejara constancia en la bitácora de la embarcación de que la orden había sido impartida por el Presidente de la República.

"A esa hora, 11 y 45 de la noche del 17 de agosto, desde la residencia del canciller Londoño y ante la imposibilidad de montar una transmisión de televisión, Barco ordenó interrumpir la programación habitual de la Radio Nacional y leyó una escueta declaración de 51 segundos en la que dijo que "el gobierno de Colombia ha ordenado las medidas pertinentes para contribuir a la normalización de la situación creada y confía en que el gobierno venezolano hará lo mismo".

A finales de 1988 el presidente Barco se vio precisado a producir un remezón en la línea de mando militar porque su relación con el general Rafael Samudio, ministro de Defensa, había entrado en un franco deterioro después de que el oficial dijo que había que acabar con el mito de Casa Verde, el santuario de las Farc en el Meta.

"El militar asistió a un consejo de ministros que evaluaba la situación, pero antes de ingresar al salón de sesiones del gabinete habló con César Gaviria y Rafael Pardo y les dijo que un día cualquiera iba a acabar con el refugio de Tirofijo en Uribe.

"A las 5 de la tarde de ese día, el general recibió una llamada del presidente Barco, quien le dijo que lo esperaba en su oficina porque quería hablar con él.

"--Me dijeron que usted les dijo a los generales dijo que había que acabar con el mito de Casa Verde y que iba a ordenar el ataque en cualquier momento--.

"--Señor Presidente, no se los dije a los generales... hice esa afirmación antes de entrar al consejo de ministros durante una charla con César Gaviria y Rafael Pardo--, replicó el ministro de Defensa.

"--Bueno, general... lo único que le pido es que cuando lo vaya a hacer me lo cuente a mí primero-.

"Una nueva masacre de 11 soldados en una emboscada de las Farc en el Meta produjo una violenta reacción de Samudio, quien les dijo a los periodistas que "yo no sé de diálogos, no me importan los procesos de paz. En este momento sé que las Fuerzas Militares van a responder con sus armas. El pueblo colombiano tiene que prepararse para pasar a una acción que pareciera que en el campo político no se ve. Desde el ministro de Defensa hasta el último soldado entramos en una ofensiva general contra los guerrilleros".

"En la noche los periodistas que asistían a la celebración de los 20 años de Coldeportes esperaron una respuesta del Presidente, quien se limitó a decir que estaba muy ocupado para escuchar noticias de radio. No obstante, al día siguiente, en el aniversario de la Policía en la Escuela de Cadetes General Santander, el mandatario pronunció un discurso que selló la suerte de Samudio. "Debemos evitar que las opciones que se les ofrezcan al país se limiten a una estrategia de tierra arrasada o a la rendición política del Estado. No nos dejaremos tentar por salidas simplistas. La confrontación armada no es una solución saludable para Colombia y por ello hay que persistir en las alternativas políticas".

"Las palabras del jefe del Estado fueron interpretadas de inmediato como una desautorización al ministro de Defensa, que también entendió que había llegado el fin de su carrera militar.

"En efecto, a las 6 y 30 de la tarde del viernes 4 de noviembre, el ministro fue citado al palacio presidencial.

"--General, usted ha sido un ministro de mis afectos y en muchos episodios ha sido mi consejero... por eso mismo entenderá que esta situación es inaguantable--, le dijo Barco en tono grave.

"--Señor Presidente, esa es mi posición, eso pienso y no voy a crearle obstáculos a su Gobierno. Entonces me voy... renuncio a partir de este momento--, respondió Samudio y se comprometió a tramitar cuanto antes su retiro del servicio activo. Barco le anunció que ascendería a general a Manuel Jaime Guerrero Paz y le ofreció la embajada de Colombia en Chile".