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La visión baja es un problema que no puede corregirse y con el que las personas tienen que aprender a convivir. | Foto: Getty Images

SALUD

Baja visión: el padecimiento que no puede corregirse con el uso de gafas

Las personas más propensas a padecer esta afección son los adultos mayores.

22 de julio de 2022

La baja visión es una afección que les dificulta a las personas realizar sus actividades diarias, pero que además no hay manera de revertirla, lo que termina afectando la calidad de vida de los pacientes.

La Organización Mundial de la Salud define el concepto de “baja visión” como la pérdida de agudeza visual o del campo visual, que incapacita para la realización de las tareas cotidianas.

“La agudeza visual tiene que ser igual o inferior a 0.3 (30 % de visión) y el campo visual igual o menor a 20º. La pérdida afecta a los dos ojos, pero aún queda un resto visual útil. La baja visión no es una enfermedad y por tanto no tiene cura, se trata de un proceso irreversible”, asegura el portal Oftalvist, de España.

Si una persona padece de esta afección, las gafas, lentes de contacto, medicinas o cirugía no ayudan mucho y, por ello, realizar actividades como leer, salir de compras, cocinar, escribir o ver televisión puede resultar muy complejo, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Expertos indican que los errores de refracción, hipermetropía, miopía y astigmatismo provocan la visión borrosa. Foto: Getty Images.
La baja visión es un proceso irreversible que no se puede trtara con gafas u otros procedimientos. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Según el Instituto Nacional del Ojo, de Estados Unidos, el tipo de baja visión que una persona tenga puede depender de varias causas, pues diversas afecciones oculares pueden ocasionarla. Algunas de las razones más comunes son: la degeneración macular relacionada con la edad, cataratas; retinopatía diabética, una afección que puede causar pérdida de visión en personas con diabetes y los glaucomas.

“La baja visión es más común en los adultos mayores porque muchas de las enfermedades que pueden causarla son más comunes entre ellos. El envejecimiento en sí mismo no causa baja visión”, precisa la mencionada institución.

Las lesiones oculares y cerebrales, y ciertos trastornos genéticos también pueden llevar a que se presente esta afección.

Existen diversos tipos de baja visión, entre ellos: pérdida de la visión central (no poder ver cosas en el centro de su visión), pérdida de la visión periférica (no poder ver cosas desde las zonas laterales de los ojos), ceguera nocturna (no poder ver con poca luz) y visión borrosa o difusa.

Cualquiera que sea la causa, la pérdida de la vista no se puede revertir. Sin embargo, puede ser manejada. La pérdida de la vista implica que tal vez la persona tenga que reorganizar su vida y aprender nuevas maneras de hacer las cosas.

“Si aun tiene algo de vista, la ayuda de anteojos especiales y de libros con letras grandes puede facilitarle la vida. También existen dispositivos que ayudan a las personas no videntes, como el software de lectura de textos y libros en Braille”, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina.

Varios factores pueden incidir en la pérdida repentina de la visión.
Utilizar lupas y otras alternativas pueden ayudar a realizar actividades como leer. | Foto: Getty Images

Recomendaciones

Los expertos del Instituto Nacional del Ojo aseguran que si la pérdida de visión de una persona es leve, es posible que pueda hacer pequeños cambios para poder ver mejor. Por ejemplo, puede recurrir al uso de luces más brillantes en la casa o en el trabajo, utilizar anteojos de sol con antirreflejo y usar una lupa para leer y hacer otras actividades en que necesite mirar de cerca.

Si la pérdida de visión afecta las actividades cotidianas, la recomendación es consultar con un especialista sobre la rehabilitación de la visión. Esta persona puede indicar los pasos a seguir para aprender a vivir con la pérdida de visión. Esto puede incluir cosas como: capacitación sobre cómo usar un dispositivo de aumento para leer y orientación para configurar la casa para que el paciente pueda moverse con facilidad.

Para diagnosticar la baja visión, los especialistas realizan diferentes pruebas tendientes a determinar la medición de diversos parámetros tales como: agudeza visual a distancia y de cerca, error de refracción, sensibilidad al contraste, velocidad de lectura, campos visuales, visión del color y sensibilidad al deslumbramiento.