SALUD
Cinco remedios naturales para fortalecer el cerebro
El consumo de proteínas, vitaminas y ácidos grasos es ideal para mantener un cerebro en buen estado.
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El cerebro es una máquina con una estructura compleja que cumple diversas funciones. Mantenerlo sano es determinante y para ello se requiere de muchas materias primas que permitan alimentarlo de una buena forma para garantizar su buena condición.
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El cerebro representa cerca del 2 % del peso corporal y aún así requiere de aproximadamente un 20 % de la energía que el cuerpo necesita para funcionar de manera óptima. Por ejemplo, la demanda de glucosa es muy elevada, para lo cual necesita acaparar hasta el 50 % de la energía extraída de los carbohidratos que una persona consume cada día.
El consumo de proteínas, vitaminas y ácidos grasos es ideal para mantener un cerebro en buen estado. No incluir estos componentes en la dieta puede afectar no solo el rendimiento intelectual a corto plazo, sino la salud general del cerebro en el largo tiempo.
De acuerdo con Harvard Medical School, las personas que consumen una dieta basada en verduras, frutas, pescado, fuentes vegetales de proteínas, nueces, y aceites insaturados, como el aceite de oliva, son menos propensas a desarrollar demencia o deterioro cognitivo.
Pero adicional a llevar una dieta equilibrada y que garantice la salud del cerebro, así como la práctica de actividad física, también es importante no olvidar algunos remedios naturales que pueden ayudar a potenciarlo y fortalecerlo.
1. Nueces: estos frutos secos son ricos en ácidos grasos esenciales omega 3 y vitamina E, los cuales ayudan a fortalecer el cerebro. Según una investigación publicada en la revista Journal of Nutrition, este producto también contiene numerosos fitoquímicos que brindan beneficios para la salud del cerebro.
De acuerdo con el análisis, los compuestos de las nueces ayudarían a disminuir la carga oxidante e inflamatoria en las células del cerebro. Además, favorecen la señalización interneuronal y participan en la neurogénesis, señala una publicación del portal Mejor con Salud.
2. Ginkgo biloba: los extractos de esta planta han sido objeto de ensayos ya que tienen beneficios contra el deterioro cognitivo y los problemas de memoria. Una publicación de la revista médica Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine determinó que el extracto de ginkgo biloba puede contribuir a una mejora de los síntomas del deterioro cognitivo asociado a la edad.
3. Cúrcuma: esta especia contiene curcumina, el pigmento que le da su característico color anaranjado y que posee un reconocido efecto antiinflamatorio. Además, esta sustancia posee propiedades estimulantes y protectoras de las neuronas, razón por la cual se investiga su utilidad para aquellas personas que han sufrido un derrame cerebral o que padecen Alzheimer.
De igual forma, según el portal Cuerpo Mente, diferentes análisis han demostrado que la curcumina puede poseer poderosas cualidades antidepresivas, lo que la convierte en una opción natural y sin efectos secundarios para quienes padecen de depresión leve y moderada.
4. Polen: el polen de abeja es un alimento con múltiples nutrientes que han sido investigados por sus efectos sobre la salud. En lo que tiene que ver con el cerebro, un artículo de Journal of Molecular Neuroscience plantea que este alimento puede contribuir a combatir el estrés oxidativo, la muerte neuronal y otros factores asociados a trastornos neurológicos.
5. Romero: los extractos de esta planta han hecho parte de la medicina alternativa desde hace cientos de años. Sobre su capacidad para fortalecer el cerebro, se ha determinado que contribuye a mejorar la cognición. Según Mejor con Salud, un estudio publicado en Medical Journal of The Islamic Republic of Iran sugiere que la toma de un extracto de romero por 12 semanas puede mejorar el puntaje de memoria.
Adicionalmente, gracias a su capacidad antioxidante, el romero ayuda a inhibir el estrés oxidativo. Este último es responsable de causar daño en las estructuras internas de las células cerebrales e incluso su muerte. Por esto se relaciona con un mayor riesgo de que una persona pueda padecer de Alzheimer y Parkinson.