Para los creyentes cristianos está prohibida la carne los días jueves y viernes de la semana santa. | Foto: sxc.hu

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Viernes Santo: ¿por qué no se come carne el viernes de Semana Santa?

Los creyentes reemplazan las carnes rojas por el pescado por tradición.

Redacción Vida Moderna
28 de marzo de 2024

La Semana Santa comienza formalmente con el día conocido como el Domingo de Ramos y terminará en la llamada Pascua, día de la resurrección de Jesús.

Pero pese a que para para algunos esta época es temporada de vacaciones y descanso; para otros es tomada como una semana de reflexión y muchos se acercan más a sus creencias religiosas.

Los creyentes viven la semana mayor cumpliendo una serie de tradiciones que respetan y que se siguen repitiendo a pesar del paso de los años. Una de las que más llama la atención es la prohibición de comer carnes rojas en los días que son considerados santos.

Para estos días, los feligreses por tradición no comen ningún tipo de carne roja, específicamente ocurre dos días, el primero es el Jueves Santo, que es cuando se conmemora la Institución de la Eucaristía, lo que es una representación actual de la última cena que tuvo Jesús con los apóstoles.

El otro, es el Viernes Santo, que se recuerda la crucifixión y muerte de Jesús en la cruz, por lo que no se consume carne, pues es un día de duelo en honor al hijo de Dios. Por lo que, por respeto, los creyentes evitan las carnes rojas estos y suelen reemplazarlas por pescado.

¿Cuál es la historia de esta celebración?

Desde el siglo II, después de Cristo, se organizó la Semana Santa como la conmemoración del triduo sagrado: la pasión, la sepultura y la resurrección del Señor. El nuevo calendario litúrgico instituyó la Semana Santa, destinada a recordar la pasión de Cristo, a partir de su ingreso a Jerusalén. Para muchos, el Domingo de Resurrección es el día más importante de la Semana Santa, ya que es el día de la pascua, de la resurrección y de la vida cristiana.

Además, el sábado Santo fue designado como el día del ayuno, con ausencia de celebraciones litúrgicas. Es el paso de la muerte a la vida, que es la pascua. En el siglo IV se le dio importancia al Viernes Santo, que está relacionado con la adoración de la santa cruz, el emblema del cristianismo, que resume en su figura la redención del mundo. Con el tiempo, se institucionalizó la procesión del vía crucis del Viernes Santo.

La última cena de Jesús con los doce discípulos aparece en el siglo V y, desde entonces, se celebra el Jueves Santo. Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles y les dijo: “Yo tenía gran deseo de comer esta pascua con vosotros antes de padecer. Porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios, porque uno de vosotros me traicionará”. La afirmación de Jesús “uno de vosotros me traicionará”, causa consternación en los doce seguidores de Jesús. Al final Jesús realizó el lavatorio de los pies, acto cristiano que es una lección de humildad y servicio.

Por esa razón, el jueves Santo se rememora la Institución de la Eucaristía en la celebración de los Santos Oficios. Por su parte, el Miércoles Santo marca el término de la primera parte de la Semana Santa, día en el que, según los textos, se reunió Judas Iscariote con el Sanedrín para condenar a Jesús.

La Vigilia Pascual es una conmemoración litúrgica especial y muy importante con la cual se celebra la resurrección de Jesús. La Vigilia Pascual marca el final del Triduo Pascual. Esta celebración se realiza en la noche del Sábado Santo durante la víspera del Domingo de Resurrección o Pascua.

La Vigilia Pascual se lleva a cabo con la celebración de una liturgia especial, por lo cual tanto los sacerdotes como los diáconos visten de blanco para festejar la resurrección de Jesús.