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CIENCIA

¿Qué es el ‘latido’ que experimenta la Tierra cada 27 millones de años y qué tiene que ver con las catástrofes naturales?

Para llegar a esta conclusión, la investigación analizó las edades de 89 eventos geológicos importantes bien fechados de los últimos 260 millones de años.

22 de junio de 2021

La actividad geológica en la Tierra parece seguir un ciclo de 27,5 millones de años, lo que le da al planeta un “pulso”, según un nuevo estudio publicado en la revista Geoscience Frontiers.

“Muchos geólogos creen que los eventos geológicos son aleatorios a lo largo del tiempo. Pero nuestro estudio proporciona evidencia estadística para un ciclo común, lo que sugiere que estos eventos geológicos están correlacionados y no son aleatorios”, dijo Michael Rampino, geólogo y profesor del Departamento de Biología de la Universidad de Nueva York, así como autor principal del estudio.

Durante las últimas cinco décadas, los investigadores han propuesto ciclos de eventos geológicos importantes, incluida la actividad volcánica y las extinciones masivas en tierra y mar, que van desde aproximadamente 26 a 36 millones de años. Pero el trabajo inicial sobre estas correlaciones en el registro geológico se vio obstaculizado por las limitaciones en la datación por edad de los eventos geológicos, lo que impidió a los científicos realizar investigaciones cuantitativas.

Sin embargo, ha habido mejoras significativas en las técnicas de datación radioisotópica y cambios en la escala de tiempo geológica, lo que ha llevado a nuevos datos sobre la sincronización de eventos pasados. Utilizando los últimos datos de datación por edades disponibles, Rampino y sus colegas recopilaron registros actualizados de los principales eventos geológicos durante los últimos 260 millones de años y realizaron nuevos análisis.

El equipo analizó las edades de 89 eventos geológicos importantes bien fechados de los últimos 260 millones de años. Estos eventos incluyen extinciones marinas y terrestres, grandes derramamientos volcánicos de lava llamados erupciones de inundación de basalto, eventos en los que los océanos se agotaron de oxígeno, fluctuaciones del nivel del mar y cambios o reorganización en las placas tectónicas de la Tierra.

Descubrieron que estos eventos geológicos globales generalmente se agrupan en 10 puntos de tiempo diferentes durante los 260 millones de años, agrupados en picos o pulsos de aproximadamente 27,5 millones de años de diferencia. El cúmulo más reciente de eventos geológicos ocurrió hace aproximadamente 7 millones de años, lo que sugiere que el próximo pulso de actividad geológica importante queda a más de 20 millones de años en el futuro.

Los investigadores postulan que estos pulsos pueden ser una función de ciclos de actividad en el interior de la Tierra, procesos geofísicos relacionados con la dinámica de la tectónica de placas y el clima. Sin embargo, ciclos similares en la órbita de la Tierra en el espacio también podrían estar marcando el ritmo de estos eventos.

“Cualquiera que sea el origen de estos episodios cíclicos, nuestros hallazgos apoyan el caso de un registro geológico en gran medida periódico, coordinado e intermitentemente catastrófico, que se aparta de las opiniones de muchos geólogos”, explicó Rampino.

Por un lado, tuvieron en cuenta el conjunto de sensores satelitales Clouds and the Earth’s Radiant Energy System (CERES) de la NASA, que mide cuánta energía entra y sale del sistema terrestre. Por otro, los datos de un conjunto global de flotadores oceánicos, llamado Argo, que permiten una estimación precisa de la velocidad a la que los océanos del mundo se están calentando.

Dado que aproximadamente el 90 % del exceso de energía de un desequilibrio energético termina en el océano, las tendencias generales de la radiación entrante y saliente deberían coincidir en general con los cambios en el contenido de calor del océano.

Las dos formas muy independientes de ver los cambios en el desequilibrio energético de la Tierra coinciden muy, muy bien, y ambas muestran esta gran tendencia, lo que nos da mucha confianza en que lo que estamos viendo es un fenómeno real y no solo un artefacto instrumental”, dijo en un comunicado Norman Loeb, autor principal del nuevo estudio e investigador principal de CERES en el Centro de Investigación Langley de la NASA en Hampton, Virginia. “Las tendencias que encontramos fueron bastante alarmantes en cierto sentido”.

La aclaración parte de la publicación de otro estudio de la Universidad de Berkeley, en California, que detectó que el núcleo interno de hierro sólido de la Tierra está creciendo más rápido en un lado que en el otro.

*Con información de Europa Press.