Cerebro
El cerebro es uno de los órganos más importantes y vitales del cuerpo. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Vida Moderna

Tres vitaminas que fortalecen el cerebro y mejoran la memoria

Para poder obtener los beneficios de estas vitaminas, se recomienda consultar con un nutricionista para que sean incluidas en una dieta balanceada.

8 de noviembre de 2022

La organización Kids Health señala que el cerebro es el órgano del cuerpo que “controla los movimientos voluntarios”. Además de la memoria, las emociones, y la inteligencia, ya que “procesa la información que recibe de los sentidos”.

Es entonces que también necesita de nutrientes para poder funcionar, en los que se encuentran las vitaminas que lo fortalecen y colaboran en las actividades que ejerce o en las que tiene un rol importante, como la memoria, por ejemplo.

Vitaminas que ayudan al buen funcionamiento del cerebro

Aunque la vitamina B, C, D y E son vitales para el cerebro, es de mencionar que el azúcar, pese a que es un componente importante para las células cerebrales, su alto consumo es perjudicial para las mismas.

1. La vitamina D

Esta vitamina tiene como función absorber el calcio. Se obtiene ya sea por una dieta equilibrada, la exposición al sol y/o a través de suplementos. Es de mencionar que, aunque luego de la exposición al sol el cuerpo desarrolla vitamina D, permanecer por un tiempo prolongado bajo él puede producir cáncer de piel o envejecimiento prematuro.

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, explica que entre los alimentos que son ricos en vitamina D se encuentran los huevos, la leche, el pescado y el hígado, por ejemplo. Sin embargo, la falta de ella puede provocar osteoporosis, raquitismo y debilitamiento muscular, entre otras enfermedades.

Pequeñas mujeres comiendo pescado graso, vitamina D, queso y tomando el sol
La vitamina D es indispensable para la salud de los huesos. | Foto: Getty Images/iStockphoto

De acuerdo con la Fundación Dany Cerebral Adquirit, la vitamina D ayuda en la modulación de la plasticidad neuronal, que ante su ausencia en el organismo, dificulta dicha función, aumentando el riesgo de enfermedades cognitivas. La vitamina E también participa en esta función.

2. La vitamina C

Es un antioxidante que puede combatir varias enfermedades y estimular la producción de colágeno, la proteína que le da firmeza a la piel.

Asimismo, esta vitamina se puede encontrar en frutas como la naranja, el limón, las fresas y otros alimentos que ayudan al organismo para su buen funcionamiento. Sin embargo, se recomienda consultar con un nutricionista porque su ausencia puede traer complicaciones en la estructura ósea y funciones cerebrales.

Es entonces que la vitamina C ayuda en el proceso de norepinefrina y dopamina, sustancias químicas que participan activamente en el estado de ánimo de una persona.

Esta fruta es una fuente de vitamina C.
Esta fruta es una fuente de vitamina C. | Foto: Getty Images/iStockphoto

3. La vitamina B

También conocida como ácido fólico, participa a en la producción de glóbulos rojos, en el uso y formación de proteínas, que al ser soluble en agua no se deposita en los tejidos del cuerpo y es expulsada a través de la orina, explica, MedlinePlus.

Entre los alimentos a destacar en la obtención de vitamina B están las verduras, las frutas cítricas, y los huevos. A su vez, los frijoles, los hongos, y la carne, son ricos en vitamina B9, por lo que si se mantiene una dieta balanceada, su déficit no es posible.

Por su parte, la tiamina como vitamina B1, cumple un papel fundamental en el bienestar de las células del cerebro.

¿Qué es la hipervitaminosis?

La entidad americana señala que este trastorno se debe al abuso en el consumo de vitaminas que aunque tienen múltiples beneficios sobre la salud, su ingesta inadecuada puede ser dañina. Vale destacar que cuando un menor consume altas dosis, también se puede enfermar porque es más sensible y tiene un organismo más vulnerable.

Por ejemplo, los alimentos como los lácteos, los vegetales y las frutas contienen vitamina A. Sin embargo, su alto consumo provoca intoxicación.

Entre los síntomas más característicos se encuentran: mareos, dificultad para dormir, visión borrosa, cambios de humor. Además, irritabilidad, dolores de cabeza, vómitos, entre otros.