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La capacidad de curvar la lengua sería indicador del cociente intelectual, según la psicología

Este órgano cumple con diversas funciones.

23 de enero de 2025, 4:38 p. m.
Lengua curvada
La capacidad de realizar diferentes movimientos y trucos con la lengua puede relacionarse con la personalidad. | Foto: Getty Images

La lengua es un órgano que está compuesto principalmente por músculos, y está cubierta con una membrana mucosa. Se caracteriza porque pequeños nódulos de tejido, llamados papilas, cubren su superficie superior y dentro de ellas están las gustativas, las cuales proveen la sensación del gusto.

Además del gusto, este órgano, que se encuentra dentro de la boca, actúa para mover el alimento y es importante para el habla, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Sin embargo, las investigaciones apuntan a que estas no serían sus únicas funciones y que en realidad ayudaría en otros aspectos.

Se dice que los movimientos de la lengua pueden tener mucho que ver con la personalidad y habilidades cognitivas. A través de ciertos movimientos, este órgano refleja conexiones entre genética, ambiente y psicología.

La capacidad que tienen algunas personas de realizar movimientos específicos con la lengua, como curvarla en forma de U o crear figuras complejas como un trébol, no es algo que puedan hacer todos. Los expertos en psicología indican que estas habilidades están determinadas en gran medida por la genética, pero también puede tratarse de habilidades particulares del individuo.

Lengua
Poder realizar movimientos con la lengua puede relacionarse con el cociente intelectual de las personas, según la psicología. | Foto: Getty Images

Se dice que las destrezas físicas que tienen las personas con la lengua están vinculadas a características como la creatividad, la extroversión y la capacidad de adaptación. Por ejemplo, la capacidad de curvar la lengua hacia arriba en forma de “u” refleja no solo una flexibilidad muscular, sino que quienes logran este movimiento serían personas más analíticas, reflexivas y propensas a encontrar soluciones innovadoras a los problemas.

Análisis de la Universidad de Delawere, en Estados Unidos, indican que existe un gran aporte genético entre poder enrollar la lengua y no hacerlo, pero no es el único aspecto determinante, pues también juega un papel importante la destreza y la habilidad motriz a través de la práctica.

En el estudio “Tongue-rolling: The myth”, se determina que la proporción de personas que pueden enrollar la lengua varía entre el 65 y el 81%, con una variación ligeramente mayor en mujeres que en hombres. Uno de los aspectos analizados se relaciona con que es frecuente que los niños no logren enrollar la lengua en el primer intento. Pero, sin embargo, luego de una serie de intentos y pruebas, adquieren la técnica y habilidad necesaria para curvarla.

Lengua
La lengua cumple con funciones determinantes para el organismo. | Foto: Getty Images/Image Source

Una de las conclusiones es que si las personas aprenden a curvar la lengua después de ser incapaces de hacerlo, es porque no se trata de un simple aspecto genético, sino de una habilidad adquirida y ejercitada, que también tiene mucho que ver con la personalidad.

Así las cosas, lo que para muchos puede ser solo un truco o una habilidad física, en realidad es un tema que podría revelar aspectos interesantes sobre cada individuo y las capacidades cognitivas. Sin duda, un punto a tener en cuenta.

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