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Morcilla y chorizo: experto explica por qué se deben consumir con moderación y cuáles son sus aportes al organismo
Conozca el valor nutricional de estos embutidos y por qué algunos expertos recomiendan incluirlos en la alimentación.
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Aunque una dieta saludable suele asociarse principalmente con frutas, verduras, proteínas magras, carbohidratos y otros alimentos que aportan los nutrientes esenciales para el organismo, algunos embutidos como la morcilla y el chorizo también pueden cumplir un rol fundamental como parte de este hábito que busca el equilibrio.
Sin embargo, en el caso de estas dos carnes, los expertos aclaran que sus beneficios se pueden aprovechar siempre que se consuman con moderación, pues cuentan con un contenido nutricional considerable, especialmente en hierro, vitamina B12 y proteína de alta calidad.
Su elevada carga de sodio, grasas saturadas y su clasificación como carnes procesadas conllevan potenciales riesgos para la salud, aún así el nutricionista Luis A. Zamora, citado por el medio El Economista de España, resalta que “son las carnes con más hierro”.
No obstante, debido a los riesgos que podrían representar para la salud teniendo en cuenta su contenido nutricional, también advierte que “no deberíamos comerlas más de 1 o 2 veces al mes”.

“Las carnes rojas, o aquellas preparaciones que tienen sangre como un ingrediente, como es el caso de las morcillas y los chorizos, son las que más hierro aportan al organismo”, menciona el experto.
Según Zamora, por la cantidad y el tipo de grasa que contienen estos embutidos, no son alimentos que se puedan consumir de manera frecuente y ni siquiera incluir en la alimentación de manera semanal.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este tipo de alimentos se incluye en el Grupo 1 de carcinógenos, lo que implica evidencia suficiente de su relación con cáncer colorrectal entre otros riesgos. Además, estudios también han asociado el consumo regular de carnes procesadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y mortalidad prematura.
Por esta razón, el nutricionista recalca la importancia de controlar su consumo, reduciendo a 1-2 raciones de carne roja y/o procesadas al mes. Entre tanto, para complementar de una manera más adecuada la dieta, indica que lo mejor es optar con un consumo de carnes blancas (pollo, conejo, pavo) entre 3 y 4 veces a la semana como mucho.

En caso de consumir con moderación estos embutidos, se aconseja optar por métodos de cocción más saludables como hornear o preparar a la parrilla en lugar de freír. De igual manera, para lograr un equilibrio en la diera, se deben elegir acompañantes como verduras ricas en antioxidantes y fibra.
También se pueden incluir legumbres como lentejas o frijoles. Esta combinación, según el portal Thriving Taste, puede ayudar a crear una comida nutricionalmente más completa y saludable.
Sin embargo, es importante subrayar que controlar las porciones también es crucial, ya que aunque se consuma menos de 1 o 2 veces al mes, puede tener un efecto negativo cuando, al momento de incluirlas en la alimentación, se hace de manera descontrolada.