Cultura
Estas son las fortalezas mentales de las personas que crecieron en los años 60 y 70 y que ahora parecen raras, según la psicología
Muchas de esas fortalezas no son frecuentes en las generaciones posteriores.
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Con frecuencia se escucha hablar de las fortalezas mentales de las personas, las cuales se definen como un conjunto de habilidades psicológicas que permiten enfrentar situaciones difíciles, superar adversidades y mantener un enfoque positivo, incluso en momentos adversos.
Algunas de esas fortalezas son, por ejemplo, la resiliencia, que es la capacidad de recuperarse rápidamente de los fracasos o pérdidas, así como la autodisciplina, que ayuda a mantener el enfoque en los objetivos a largo plazo.
Los expertos aseguran que desarrollar estas fortalezas no significa eliminar por completo las dificultades o el estrés, sino ser capaz de manejarlos de manera diferente.
Sin embargo, con el paso del tiempo estas han cambiado e incluso muchas de las que hace algunas décadas eran frecuentes, hoy parecen raras, lo cual tiene mucho que ver con los cambios en los hábitos de vida y en la forma como se percibe hoy el mundo.

De acuerdo con un análisis publicado por el diario francés Ouest-France, en aquella época había menos tecnología y las cosas se hacían sin prisa, lo que habría contribuido a forjar un conjunto de capacidades mentales que, de acuerdo con los psicólogos, hoy no son muy habituales.
Así las cosas, estas son algunas las fortalezas que caracterizan a las personas nacidas y criadas en los años 60 y 70, según la psicología.
- Paciencia ante la incertidumbre. Quienes crecieron en esas décadas sabían que nada era instantáneo, pues los procesos eran lentos y los planes importantes necesitaban meses o años de constancia. Este ritmo pausado fortaleció su paciencia.
- Control de las emociones: Estas personas tienen la capacidad de experimentar emociones intensas sin que estas dominen el comportamiento. Esto se asocia con más bienestar y menos ansiedad.
- Satisfacción con lo que se tiene: La publicación indica que las generaciones que crecieron con menos cosas materiales generaron una perspectiva centrada en el desapego y la valoración de la estabilidad. Por ejemplo, no sienten presión por las últimas modas o tecnología.
- Sentido de responsabilidad: Estas generaciones aprendieron que si quieren algo se lo tienen que ganar. Son personas que crecieron con la creencia de que el esfuerzo personal influye en los resultados y no solo los factores externos.
- Tolerancia al malestar: Aceptar y hacerle frente a cosas incómodas hacía parte de la vida, sin dejarse afectar por las mismas.
- Resiliencia práctica: Las personas en esa época no dependían, por ejemplo, de un GPS. Aprendían a buscar, equivocarse y superar. Esto fortaleció la resiliencia basada en la experiencia directa, la cual termina generando confianza.
- Concentración real: En el pasado las personas se concentraban en cosas como escuchar música o hacer una buena lectura, lo que generó unas fortalezas mentales que hoy parecen raras.
- Resolución directa de conflictos: En una época sin mensajería instantánea ni opciones de bloquear al otro en las plataformas o dispositivos digitales, el arreglo de inconvenientes cara a cara fortalecía las habilidades comunicativas y la interpretación del lenguaje corporal.

Los especialistas citados por el medio francés aclaran que el análisis no pretende idealizar las mencionadas décadas en las que también hubo dificultades y aclaran que la fortaleza mental desarrollada en esos años respondía a prácticas habituales y a las condiciones de vida de la época, más que a talentos excepcionales.


