LIBROS
Ken Follett vuelve al pasado con la precuela de ‘Los pilares de la Tierra’
El escritor galés, uno de los más vendidos con sus novelas situadas en épocas históricas, lanzó hace poco ‘Las tinieblas y el alba’, que se sitúa unos años antes de su libro más conocido. Ya está entre los más vendidos en Colombia.
Hace más de 30 años, el escritor inglés Ken Follett se hizo una pregunta: ¿por qué los habitantes de los pequeños pueblos de Inglaterra habrán decidido construir catedrales góticas gigantes durante los siglo XII y XIII, en plena Edad Media? Ese fue el impulso para escribir una de las novelas históricas más vendidas de las últimas décadas y el libro que lo volvió famoso: Los pilares de la Tierra (1989).
A pesar de tener más de 1.000 páginas y de tratar temas históricos, como la guerra civil que asoló el territorio inglés entre 1135 y 1159, el libro se convirtió en un éxito que catapultó a Follett y a su literatura. La forma en la que narraba las vicisitudes y las intrigas de los habitantes de un pequeño pueblo ficticio llamado Kingsbridge en plena época feudal mientras construían la primera catedral gótica de Inglaterra (la historia es ficticia), y mezclaba todo eso con episodios reales de la historia de su país, encantó a millones de lectores y a su editorial.
A partir de entonces ha publicado otras 30 novelas, incluidas dos secuelas del libro que lo volvió famoso, que se terminó convirtiendo en una trilogía (siguieron Un mundo sin fin y Una columna de fuego), y ha vendido unos 170 millones de ejemplares en todo el mundo. Sus historias, de hecho, se traducen a 33 idiomas y se venden en más de 80 países. Todo un récord para alguien que escribe libros largos, bastante descriptivos y sobre temas históricos.
Este año, en medio de la pandemia, Follett decidió regresar nuevamente a Kingsbridge, el lugar que lo hizo famoso, para escribir una precuela de Los pilares de la Tierra. Se llama Las tinieblas y el alba y está ambientada en el año 997 después de Cristo, justo en medio de lo que los historiadores llaman la Edad Oscura de Inglaterra, entre la caída del Imperio Romano y la Edad Media, justo cuando los vikingos y los galeses atacaban la isla y sus habitantes intentaban sobrevivir en medio de las dificultades.
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Los protagonistas son un joven constructor de barcos que quiere huir con la mujer que ama (que está casada), pero que ve su vida truncada cuando los normandos invaden su ciudad; un monje idealista que quiere transformar su pequeña abadía en un centro del saber; la hija rebelde del jefe de los invasores, y, claro, hay un enemigo: un poderoso obispo dispuesto a lo que sea con tal de aumentar cada vez más su poder.
“Tenía mucha curiosidad por saber cómo podría haber sido Kingsbridge cuando todavía no era una ciudad, sino solo un pequeño lugar, que creció y creció durante un tiempo de gran agitación, lo que siempre es fantástico en una novela”, explicó Follett en una rueda de prensa virtual con medios de todo el mundo, incluida SEMANA. “Hay un conflicto entre un grupo de gente que se inclina por el progreso y otro que busca seguir igual. Es el momento histórico en el que Inglaterra (entonces Britania) comienza un cambio”.
Características que, guardadas las proporciones, encuentran similitudes con el mundo actual. Él lo sabe: “Ese tipo de conflicto, precisamente, es el que los lectores del siglo XXI entenderán de inmediato, aunque en este caso se desarrolle en la Edad Media”.
Escribir el libro, como suele suceder en su caso, no fue fácil. En este caso no tuvo que buscar documentación sobre cómo construir una catedral ni tuvo que leer sobre la peste negra, pero sí tuvo que buscar las señales de un tiempo que no dejó mucho para la posteridad. “La Edad Oscura dejó pocas pistas. No se escribió gran cosa, se hicieron escasos dibujos y casi todos los edificios se hicieron con madera que acabó descomponiéndose hace mil años o más”.
En ese sentido, tuvo que remitirse al tapiz de Bayeux, un lienzo del siglo XI con inscripciones en latín que cuentan los sucesos que precedieron la conquista normanda de Inglaterra. Pero además de la información histórica, sus dibujos lo hacen similar a “un cómic que refleja el diario vivir”, por lo que de ahí sacó la información sobre el día a día de las comunidades.
No fue su único trabajo de campo: también visitó varias iglesias anglosajonas, pasó tiempo en Stow (un pueblo de la época que fue reconstruido) y acudió al Museo de Barcos Vikingos de Oslo. “Al final uno puede ver que las vidas de esas personas, por más que fueran diferentes a las nuestras, tenían aspectos similares: ellos también se enamoraron, fueron a la guerra, ansiaban el poder y buscaron venganza”, explica.
Y de eso está lleno su libro, que esta vez tiene 930 páginas. Eso, sin embargo, no ha sido un impedimento: desde hace varias semanas está entre los libros de ficción más vendidos de Colombia. Follett lo ha vuelto a hacer.