Vergüenza. A esa sola palabra recurrió la desaparecida revista El Gráfico (Buenos Aires) para titular la mayor goleada en contra que la selección Argentina había recibido en la historia de las eliminatorias al mundial. Se la propinó Colombia el 5 de septiembre de 1993, en propio feudo rioplatense, pues fue en el Monumental Antonio Vespucio Liberti (estadio de River Plate) donde los dirigidos por Francisco Maturana le atestaron cinco estocadas a la albiceleste, que ostentaba el título de campeón de Copa América (Ecuador, 1993) y subcampeón del mundo (Italia, 1990).
Una tapa en fondo negro, como si el país estuviera de duelo, y esas nueve letras en color blanco. “Vergüenza”, fue la palabra con la que se encontraron los argentinos en todos los puestos de revistas, en la mañana del lunes 6 de septiembre de aquel año.

No era para menos. Argentina nunca se había quedado fuera de un mundial de fútbol y aquella noche estuvo a punto de hacerlo. Diego Maradona, el mejor jugador argentino de la historia, no estaba en la cancha pero sí en la tribuna, con su mujer, esperando que la albiceleste se clasificara a Estados Unidos, para lo cual tenía que vencer a Colombia en el último partido de aquella eliminatoria.
Maradona había dicho que la historia era tozuda y no se podía cambiar: “Argentina arriba, Colombia abajo”, dijo en un noticiero señalando con sus manos el abismo de diferencia que había, según él, entre el fútbol de ambos países. Luego, esas manos las utilizó para aplaudir al Pibe Valderrama, así como a los verdugos Tino Asprilla, Freddy Rincón y Tren Valencia, autores de los cinco goles que vencieron el pórtico del famoso arquero ‘anti-penal’ Sergio Goycoechea. Colombia sentenció a Argentina a jugarse la clasificación en un repechaje contra Australia, por eso la palabra “vergüenza” fue la única que pudieron pronunciar los argentinos tras aquella noche del 5 de septiembre, que para ellos fue negro, como la tapa de El Gráfico.

Veintiocho años después, otra de las publicaciones referentes de la prensa deportiva argentina, el diario Olé, recurrió a esas mismas palabras para definir lo que sucedió en el Arena de Corinthians (Sao Paulo), también un 5 de septiembre (pero de 2021): “Sin vergüenza”…

Clásico suramericano entre Brasil y Argentina. Expectativa en Europa por ver la ‘revancha’ de la pasada final de la Copa América. Solo cinco minutos de fútbol, el resto un escándalo que aún no tiene epílogo.
Este domingo se escribió uno de los mayores papelones del fútbol mundial. Un hecho inédito. Sin vergüenza... Argentina estaba disputando su encuentro de Eliminatorias ante Brasil, pero a los cinco minutos se metieron al campo las autoridades sanitarias para llevarse a los cuatro futbolistas argentinos de la Premier, acusándolos por no haber cumplido con los protocolos referidos al coronavirus para los extranjeros que llegan desde Inglaterra y por haber dado información falsa cuando entraron a Brasil. En medio de discusiones, empujones y desconciertos, los de Scaloni dejaron el Arena Corinthians. Las 1.500 personas que estaban en el Arena Corinthians no lo podían creer. Los millones que seguían todo por la TV, tampoco. Y, un rato después, la Conmebol anunciaba que se suspendió el partido. Más que un partido, un escándalo”, describió el diario Olé en el primer párrafo de la crónica.

“(…)Increíble pero real... Habrá que recorrer los archivos para encontrar un episodio como éste, en el que un oficial ajeno al juego intervenga en pleno partido para detener todo. Es lo que pasó en San Pablo: cuatro funcionarios de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) y un policía se metieron en la cancha con una orden para deportar a Emiliano Martínez, Giovani Lo Celso, Cristian Romero (que eran titulares) y Emiliano Buendía (que estaba en el banco)”, añadió el diario.
Seguramente, los argentinos no podrán olvidar la fecha del 5 de septiembre, y menos cuando llega a caer en domingo y jornada de eliminatorias al mundial. Si Carlos Salvador Bilardo estuviera en activo y dirigiendo a la albiceleste, es probable que se inventara todo tipo de cábalas para no jugar ese día. Para el fútbol argentino el 5 de septiembre es sinónimo de vergüenza. Dos hechos, así lo confirmaron.









