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Pierluigi Collina, italiano. El mejor árbitro de la historia según FIFA | Foto: Rodrigo Urrego B./SEMANA

MUNDIAL RUSIA 2018

Del hombre de negro al ‘robocop’, el VAR se estrena en un Mundial

Rusia 2018 será el primer Mundial en la historia en el que la tecnología jugará de juez. El video árbitro (VAR) será protagonista. Pierluigi Collina, el árbitro más famoso del mundo, dice que habrá menos árbitros en el paredón. SEMANA desde Moscú.

Rodrigo Urrego Bautista. Enviado SEMANA. Moscú.
13 de junio de 2018

Si los ingleses, además del fútbol, se hubieran inventado el videoarbitraje, ¿tendrían en sus vitrinas la copa Jules Rimet? El 30 de julio de 1966, en Londres, la selección de Inglaterra disputó la final del Mundial contra (la entonces) Alemania Occidental. Los locales se imponían por 2 goles a uno hasta el minuto 89. En el último suspiro, Wolfgang Weber anotó el tanto del empate. Ante la mirada atónita de la reina Isabel, en uno de los palcos del estadio de Wembley, el partido se iba a tiempo extra. La celebración quedaba en suspenso.

Los 22 futbolistas completaron 101 minutos de juego cuando el inglés Geoff Hurst remató a la portería. El balón se estrelló en el travesaño y en el mismo segundo rebotó contra el piso, pero nunca se marchó al fondo de la red. Los alemanes despejaron el susto, pero en las tribunas los aficionados locales celebraban. El suizo Gottfried Dienst, árbitro del encuentro final del Mundial del 66 no sabía qué hacer. Si señalaba el centro del campo los ingleses levantarían la copa. Si en cambio, levantaba ambos brazos para dar continuidad el juego difícilmente saldría ileso del legendario estadio.

Dienst, en cuestión de segundos, decidió no cargar con la responsabilidad en solitario. Corrió hasta donde el juez de línea, el ruso Bakhramov, y tras una breve conversación, el suizo corrió hasta la mitad del campo. Gol. Inglaterra se ponía en ventaja 3-2, minutos después anotó el cuarto. Fue la única vez que los inventores del fútbol se coronaron campeones del mundo.

Si en aquel entonces existiera el videoarbitraje (VAR), la gran novedad del Mundial Rusia 2018, el remate potente de Hurst jamás hubiese subido al marcador. Sencillamente porque la pelota nunca entró en la portería. Tal vez Inglaterra no hubiera dado la vuelta olímpica, y en la historia de los mundiales de fútbol no hubiera un capítulo llamado ‘El gol fantasma’, el mismo del que se sigue hablando, aún 52 años después. Menos mal no había VAR, dirían los hooligans.

Lo que son las cosas. Veinte años después del gol que nunca entró, el 22 de junio de 1986, y en la cancha del estadio Azteca de Ciudad de México, el portero inglés Peter Shilton levantó su brazo y reclamó ante una injusticia. Inglaterra y Argentina disputaban un cupo en las semifinales de México 86, y con el marcador igualado a cero, Diego Maradona, de 1.70 de estatura, se elevó y anticipó al cuidapalos inglés. Metió la pelota en el arco, pero lo hizo con la mano. “Fue con la mano de Dios”, confesó minutos después en el vestuario, cuando los gauchos celebraban el triunfo.

 

De haber existido el VAR, Alí Bennaceur (murió el 1 de junio del 2017), el árbitro tunecino que convalidó el gol más polémico en la historia de la humanidad, no hubiera sido desterrado como un paria del fútbol, probablemente Diego Maradona no hubiera anotado el gol del siglo, el que conquistó minutos después del de la mano, pero con el pie izquierdo, con el que condujo la pelota desde su propio terreno, acostando ingleses, hasta seis rivales dejó en el suelo, incluido el arquero Shilton. Probablemente los argentinos no hubieran cobrado venganza por lo que llaman el robo de las islas Malvinas, y quien sabe si Argentina tendría dos copas del mundo, y si Inglaterra en vez de una, tendría dos.

De lo que la FIFA está segura es que nada de eso volverá a suceder a partir del Mundial de Rusia. Antes, la recomendación de la International Board para los árbitros era “ante la duda, abstenerse”, pero el consejo derivó en jugadas tan polémicas que aún siguen siendo motivo de discusión. Ahora, ante la duda, a revisar en el video.

Pierluigi Collina había nacido en Bolonia, Italia, seis años del gol fantasma de Inglaterra, y estaría a dos años de debutar como árbitro en el Calcio iltaliano cuando Diego Maradona anotó con la mano. Kojac, como le decían por su cabeza rapada (como el famoso detective de la serie de televisión gringa), pitó su primer partido en un mundial de fútbol en 2002, el que se disputó en Corea y Japón. Casualidades del destino, su debut fue impartiendo justicia en el juego Inglaterra – Argentina de la primera fase, día en que los ingleses por fin tomaron revancha de lo sucedido en el estadio Azteca. 1-0 con gol de penal de David Beckham, tras una infracción bien sancionada que  no hubiera necesitado del recurso del VAR.

Collina, quien pitó la final de ese Mundial, en la que Brasil derrotó 2-0 a Alemania y conquistó su quinta copa, es considerado el mejor árbitro de todos los tiempos, y hoy es el presidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA, o lo que es igual, el jefe, el sheriff, el gurú, de los 36 silbatos que pitarán en el mundial, donde uno de ellos es Wilmar Roldán, el exponente del arbitraje colombiano en el campeonato de Rusia.

A dos días del partido inaugural, Rusia-Arabia, que pitará el argentino Néstor Pitana, el juez de fútbol más famoso de la historia compareció en la sala de conferencias del estadio Luzhniki, en Moscú. El pasado 28 de mayo,  este exárbitro italiano aseguró que el Mundial de Rusia no era el mejor momento para instalar el VAR. A pocas horas del inicio del torneo, se ratifica. Aunque asegura que con el video habrá “más justicia” en los partidos de fútbol: “El que pita es un ser humano y puede equivocarse. Si hay una herramienta para corregir ese error, hay que dársela”.

Aunque el fútbol poco ha cambiado, prueba de ello es que el reglamento ha tenido apenas puntuales modificaciones (como la desaparición del fuera de lugar en línea, o la prohibición de que los arqueros utilizaran la mano cuando reciben un pase de uno de sus compañeros, o los tres puntos para el ganador), lo que más ha cambiado ha sido el arbitraje.

Lejos, recuerda Collina, la imagen del hombre de saco y corbata, como la pinta que lució el brasileño Gilberto Rago, encargado de pitar la final del mundo en Montevideo (Uruguay 4- Argentina 2), en 1930, o aquel inri que por décadas llevaron los silbatos por su tradicional uniforme negro. “Los hombres de negro”, los llamaban de forma lapidaria hasta el Mundial de Italia 1990, cuando empezaron a vestir con camisetas amarillas, celestes, blancas o fucsias. Quizás para romper ese estigma.

“Ahora son unos robocops con todo lo que les cuelgan”, bromea Collina haciendo referencia con sus ademanes de volverse un ocho con el auricular, el micrófono, el pito, las libretas y las tarjetas. Todo en busca de acabar un principio de la naturaleza, esa máxima que dice que errar es de seres humanos.

Pero, ¿qué sería del fútbol sin los errores arbitrales? En el mundo, cada domingo, los partidos no terminan con el pitazo final. Ahí es cuando comienzan, en el boca a boca de los aficionados. “Nos robaron”, dicen unos. “Era gol de Yepes”, se convirtió casi que en el “libertad y orden” del escudo colombiano en el mundial del 2014. ¿Qué sería de la historia del fútbol sin el gol fantasma de Wembley, sin la mano de Dios del Azteca? Para Collina, “es mejor que los árbitros ya no sean el combustible” de los más polémicos capítulos del deporte más popular del mundo.