Foto: Archivo SEMANA.

INVESTIGACIÓN

Invertir en la primera infancia reduce la desigualdad social

Un estudio español afirma que si los Estados aumentan la inversión en este sector se cerrarán las brechas académicas, así como las económicas.

3 de enero de 2015

“No es exagerado caracterizar el programa Pisa como el verdadero metrónomo que marca el ritmo del debate público sobre la educación”, dice un estudio de la Fundación Bancaria La Caixa, una entidad financiera catalana. Esta afirmación bien podría replicarse para cualquier país que participe en estas pruebas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Tres investigadores de la fundación partieron de esta premisa para indagar sobre los factores que determinan el desempeño de los estudiantes a lo largo de su vida académica. El estudio afirma que invertir en las etapas iniciales del desarrollo infantil (preescolar y primaria) podría reducir las desigualdades en cuanto al desempeño escolar y las oportunidades de los estudiantes en el futuro. Aunque la investigación se enfoca en las particularidades de la educación en España, sus resultados pueden ser pertinentes para otros países desarrollados.

El estudio encontró que la estratificación social es un elemento que incide directamente en los resultados académicos de los estudiantes. Sin embargo, encontraron que este elemento no se tiene en cuenta a la hora de analizar las causas de los resultados en pruebas académicas como las de Pisa.

Además, el análisis resalta que el protagonismo de estas pruebas le ha restado importancia a otros exámenes con mayor tradición y que se enfocan en otros grupos académicos. Los investigadores resaltan el TIMSS (Tendencias en el Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias, por sus siglas en inglés), el PIRLS (Progreso en el Estudio Internacional de Competencias Lectoras, por sus siglas en inglés) o el PLAAC (Programa para la Valoración Internacional de Competencias Adultas, por sus siglas en inglés). A diferencia de Pisa, que analiza el desempeño de los jóvenes próximos a graduarse, TIMSS y PIRLS se enfocan tanto en estudiantes de primaria como de secundaria.

El problema es que por la atención que recibe Pisa las políticas públicas en educación en España se han enfocado en secundaria, cuando según los investigadores, ya es demasiado tarde para resolver las deficiencias en el aprendizaje. Según Héctor Cebolla-Boado, Jonas Radl y Leire Salazar, autores del estudio, es más provechoso invertir en la educación preescolar o primaria.

Los investigadores también resaltan que el estímulo de los padres antes de que los niños ingresen a la vida escolar puede reducir las desventajas que los niños con menos recursos tienen frente a otros de su misma edad con menos obstáculos económicos. Además, el estudio encontró que muchas de las desigualdades o diferencia de oportunidades que enfrentan los jóvenes durante la secundaria o al final del colegio son el resultado de factores que heredan de sus familias. No obstante, consideran poco deseable que se imponga un “estilo de crianza particular” con el pretexto de obtener mejores resultados académicos. Por eso concluyen que la apuesta desde el Estado debe ser por invertir en la educación temprana.

“En la medida en que los estímulos familiares son difíciles de modificar, es por tanto la educación preescolar la mejor herramienta para reducir la desventaja temprana de los alumnos que por su origen familiar se enfrentan a priori a un mayor riesgo de fracaso escolar”, concluyen.

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