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Los productores del agro garantizan la seguridad alimentaria, mientras las industrias y el comercio trabajan a marchas forzadas para producir y vender insumos que garanticen la sanidad. | Foto: Guillermo Torres

INICIATIVAS

Cómo se adaptan las empresas a la nueva realidad económica

Con la economía global en cuarentena, las empresas buscan hacer lo mejor que saben: reinventarse y seguir adelante.

24 de abril de 2020

La economía mundial entró en periodo de hibernación para preservar la salud de la humanidad. Pero a medida que crece el número de países que ha decidido cerrar sus fronteras y aislar a la gente, también aumenta la preocupación por el futuro de las empresas.

En un escenario tormentoso, las empresas podrían sucumbir ante esas medidas sin precedentes. Pero en medio de este panorama impredecible, algunas firmas colombianas han optado por cambiar su estrategia, reinventarse o apostar a la solidaridad para seguir operando. Es claro que los empresarios tienen en su esencia asumir riesgos y remover obstáculos. Estos son algunos de los casos destacados.

Manos a la obra

Muchas empresas no paran. En este grupo están los productores de alimentos, los encargados de la logística de distribución, también las cadenas de supermercados, las tiendas y los micromercados, las droguerías, los establecimientos de salud, las de telecomunicaciones y call centers, así como las de servicios públicos.

Todas trabajan a marchas forzadas, comenzando por los cultivadores, que en el primer semestre del año tienen una de las épocas más activas en siembras, preparación de la tierra o recolección de las cosechas.

En café y arroz, el primer semestre es crítico. Los cafeteros recogerán entre abril y junio su principal cosecha, que este año emplea a más de 150.000 recolectores para una promisoria producción estimada en 6,5 millones de sacos del grano. Los cultivadores de arroz también avanzan en la siembra de la principal cosecha, para aprovechar el generoso régimen de lluvias del primer semestre. En este periodo, casi 235 municipios que cultivan este cereal están activos y más de 17.000 productores contratarán a miles de jornaleros para garantizar que el alimento llegue a la mesa de los colombianos.

Igual les ocurre a los floricultores, que por esta época cosechan las flores de exportación. El presidente de Asocolflores, Augusto Solano, asegura que “hay flores para exportar, tenemos la capacidad para atender los pedidos y transportarlas hasta los diferentes países, todo depende de que exista demanda”.

Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, cree que en este momento el país debe hacer un ejercicio de construcción colectiva y el Gobierno debe priorizar aquellas que mitiguen los daños a la economía.

Al igual que los productores de alimentos, las cadenas de comercio no paran. En el caso de las cadenas, estas se mantienen operando para suministrar los bienes de primera necesidad. El Grupo Éxito, por ejemplo, decidió aumentar los pedidos a sus proveedores para tener suficiente surtido y adoptó el pago anticipado de $60.000 millones a 875 de ellos –pequeños y medianos– para garantizarles liquidez y facilitarles seguir trabajando. Además, junto con sus proveedores de textiles impulsan estrategias para preservar el empleo y están confeccionando 20 millones de mascarillas faciales en talleres satélites, donde hasta hace un mes fabricaban ropa de las marcas del Éxito. Además, es una de las empresas más activas en donaciones del país.

También el Grupo Phoenix, especializado en fabricar empaques desechables, abrió una línea para elaborar mascarillas para personal médico. Fabricará unas 110.000 diarias en sus plantas de Bogotá y Estados Unidos, para llegar a 3 millones al mes.

En Antioquia cerca de 30 empresas de confecciones se dedican a producir tapabocas, entre otras razones para conservar los empleos. La meta es fabricar unos 20 millones de unidades.

Inorca, una empresa del Cauca especializada en fabricar sillas para vehículos, decidió hacer un giro y ahora produce mobiliario para clínicas y camillas. Logyca, por su parte, trabaja en modelos de economías colaborativas en el transporte de carga, para articular a pequeños generadores de carga de comercio exterior y compartir espacios, de manera que se generen economías de escala.

Pero si de reinventarse se trata, varias empresas afiliadas a la Cámara Colombo Americana dan ejemplo. Su directora, María Claudia Lacouture, destacó algunas iniciativas de sus afiliados como Dupont, especializada en resinas, pero que donó 300 trajes especiales de protección para personal médico. Laboratorios Abbot, por su parte, aumentará a 1 millón el suministro de pruebas para covid-19 para este mes de abril y 350.000 más en mayo.

Por su parte Cisco y DirecTV decidieron apoyar a sus públicos, la primera al facilitar a los gobiernos el acceso a tecnologías críticas de manera gratuita y la segunda, con una plataforma educativa.

Otras empresas han optado por la solidaridad. La minera Drummond ha donado agua y mercados a las familias más vulnerables del Cesar, Alquería espera entregar en 12 meses 10 millones de vasos de leche por medio de los Bancos de Alimentos; Kimberly-Clark donó US$8 millones a nivel global y en Colombia apoya al Banco de Alimentos. P&G donó productos de aseo a hospitales y ancianatos, mientras Unilever entregará 50.000 kilos de detergente a las secretarías de salud.

En materia de servicios públicos, la actividad no para. Camilo Sánchez, presidente de Andesco, asegura que para prestar servicios vitales como el agua, el aseo, la electricidad, el gas natural y las telecomunicaciones, las compañías diseñaron estrategias que permiten que siempre haya funcionarios disponibles para atender los requerimientos.

En medio de las dificultades por la parálisis de muchas actividades productivas, se confirma el talante empresarial y la solidaridad que abren una luz de esperanza para el país.