Home

Gente

Artículo

TESTIMONIO

Cinco historias de la lucha contra el cáncer

Antes los pacientes de cáncer vivían su enfermedad en silencio, pero hoy cada vez más deciden compartir su caso. Cinco mujeres con trayectorias muy distintas en el país le contaron sin tapujos a SEMANA por qué le pusieron el pecho a esta experiencia.

13 de septiembre de 2014

Hablar de cáncer hoy es hablar de transformación. Si bien todavía queda un largo camino para entender el mal en todas sus dimensiones, gracias a los avances médicos ya no es necesariamente un sinónimo de muerte. Y eso lo entienden millones de personas que lo padecen y, en lugar de ocultarse, han decidido contarle al mundo cómo la enfermedad las ha cambiado. En Colombia es cada vez más común escuchar a figuras públicas que lo han vivido en carne propia referirse al tema no solo en la prensa, sino en redes sociales. Precisamente en Twitter la actriz argentina Lorena Meritano, quien ha forjado una exitosa carrera en el país, colgó una foto de su experiencia. “Nuevo reto: adiós cabello. Sonriendo y seguimos aprendiendo”, escribió. De inmediato la historia se volvió tendencia y ejemplo de vida.

“Cuando un famoso habla de cáncer permite que la gente de a pie no se sienta tan extraña y se cuestione: ‘Si le dio al presidente o a Sofía Vergara, a mí también me puede pasar’. Eso abre unos espacios para que cualquier paciente se sienta con el derecho a expresarse, despierta solidaridad y sobre todo desmitifica el mal”, explica Carlos Castro, director científico de la Liga Colombiana Contra el Cáncer. En el país las mujeres, especialmente, lideran esta causa y el cáncer de seno, por ser el de mayor incidencia con 7.000 casos nuevos al año, es el que más visibilidad ha adquirido. SEMANA recoge los testimonios de cinco luchadoras que han asumido la enfermedad desde facetas distintas.

“Decidí abrazar el cáncer”




Lorena Meritano, actriz, 43 años

“La vida cambia y uno cambia con ella. Todo empezó en marzo cuando vinimos a Buenos Aires con mi esposo, Ernesto Calzadilla, a comprar una obra de teatro que yo planeaba hacer este año en Colombia. Aproveché para someterme a mi chequeo de salud anual y en ese momento los resultados salieron perfectos, pero en abril noté una bolita en el seno. Gracias a Dios me di cuenta, porque de no ser así, solo me habría vuelto a hacer los exámenes de rutina hasta el próximo año. De regreso a Bogotá me hicieron los estudios correspondientes y entonces nos enteramos de que tenía un tumor. A las dos biopsias nos dijeron que era un cáncer agresivo. Tocaba actuar pronto. Viajamos otra vez a Argentina –donde nací y vive mi familia– y a las dos semanas ya tenía programada la cirugía. Tres días antes del procedimiento ya eran dos tumores. El cáncer se expandía rápidamente. Lograron extirparlos, pero una semana después los médicos me dieron la mala noticia de que tenían que practicarme una mastectomía y extraerme todos los ganglios. Fueron dos operaciones y ahora estoy en quimioterapia: me faltan 14 de 16. Al salir del quirófano quise verme sin seno enseguida. Ya se me cayó el pelo y aunque me da miedo morir, no he dejado que ese temor me gane la batalla un solo día. Tengo fe, fuerza y amor. Decidí abrazar la enfermedad porque, ¿quién soy para luchar contra ella? Acepto la posibilidad de sanarme y de crecer en este proceso. Todavía hay gente que le tiene pavor a la palabra cáncer, pero en mi caso me ha llenado de energía compartir mi experiencia. Espero que los demás aprendan la importancia de prevenir, de informarse y de hacerse el autoexamen y los controles de rutina. Y sobre todo, entiendan que se cura, detectado a tiempo y tratado de manera convencional”.

“Nadie está exento de enfermarse”



Catalina Castaño, tenista, 35 años

“Al principio fue difícil entender por qué me dio un cáncer si siempre he sido tan deportista. Los síntomas aparecieron en febrero mientras participaba en unos torneos de tenis en Brasil. Empecé a sentir unas punzadas en el seno izquierdo y apenas regresé de viaje me mandé a hacer los exámenes. Cuando recibí el diagnóstico, lloré mucho, pero me dije: ‘Toca seguir’. Los primeros días vivía encerrada. Tuve que asimilar la enfermedad antes de dar entrevistas, pues por la quimio me cansaba incluso al hablar y solo decidí salir cuando estuve lista física y mentalmente. Ahora mis prioridades han cambiado. Estoy en la etapa final del tratamiento y quiero que llegue el momento en que pueda levantarme a hacer ejercicio sin inhibirme. Tengo claro que debo luchar y tal vez regrese a las canchas solo para despedirme. A pesar de las dificultades, han pasado cosas muy lindas estos meses. Aprendí, sobre todo, que no estamos exentos de enfermarnos por más sanos que seamos y cuando eso sucede hay que afrontarlo”.

“He sido una guerrera”



Jacquin Strouss de Samper, exprimera dama, 61 años

“Tener una actitud optimista es definitivo en todo el tratamiento. Me diagnosticaron cáncer de seno en febrero del año pasado en un estadio bajo, como resultado de un examen de rutina. Con el apoyo de mi esposo e hijos, empecé el proceso de consultas médicas para sanarme. Nunca perdí la fe aunque el diagnóstico inicial se complicó después de la primera cirugía. Yo he sido una guerrera y en estas situaciones lucho y mantengo la calma. Me hicieron dos operaciones y recibí cuatro meses de quimioterapia. En julio completé un año de haber terminado. Me siento recuperada y continúo, gracias a Dios, cuidándome. Con esta experiencia aprendí a valorar la vida, a protegerla y disfrutarla en todos sus momentos. También reforcé el amor de mi familia y comprendí el verdadero cariño de los amigos. Ahora aprovecho las cosas más sencillas y bellas: desde un paisaje bonito hasta una buena conversación”. 

“Hoy estoy totalmente curada” 



Eva Ardila de Palomino, Presidenta de la Asociación de obras sociales de la Policía Nacional, 53 años

“Cuando me enteré de que tenía cáncer de seno, mi esposo, el general Rodolfo Palomino, estaba en el Catatumbo. Recuerdo que lo llamé y le dije: ‘Chino, tengo un cáncer chiquito’. Se quedó mudo. Le pedí que no se afanara, que cuando tuviéramos que estar juntos, así sería. Primero me operaron el seno izquierdo y luego empezó el calvario. La recuperación de la cirugía y las primeras quimios fueron lo más duro porque sientes que no vas a ser capaz de pasar al otro lado. Después siguieron unas sesiones menos agresivas y 25 radioterapias. Justo en ese momento el presidente nombró a Rodolfo director de la Policía, lo que significaba que yo me convertiría en la presidenta de Obras Sociales. Eso me levantó. Trabajaba mientras me ponían la quimio en el hospital. Me llené de fuerza y ya puedo decir que estoy curada. Hace un mes me hicieron la mastectomía del otro seno porque tenía unos nódulos y para prevenir resolví operarme. Ahora estoy feliz con mi look y escucho mejor, porque cuando uno pasa por una enfermedad de estas, al hablar con alguien que vive lo mismo, aprendes a sentir no desde el corazón, sino desde las entrañas”.

“Me alegra haber vivido esta experiencia” 



Marion Jaimes Señorita Boyacá 2009, 24 años

“Es una ironía: en el reinado me gané el título a mejor cabello y tres años más tarde lo perdí. Me detectaron cáncer después de extraerme un tumor en el ovario derecho a finales de 2012. Mi sueño es ser mamá y, aunque las probabilidades ahora son menores, el doctor no me quitó el izquierdo. ‘Está muy joven’, le escuché decir durante la cirugía. Eso me obligó a someterme a 28 quimios para erradicar todas las células malas. Al principio colgaba mensajes en redes sobre la importancia de prevenir y detectar a tiempo la enfermedad, pero solo el día en que me rapé, decidí dejar de ocultarme. Quitarme el pelo no fue tan duro porque en mi carrera como modelo siempre he tenido que adaptarme a los cambios físicos, y como sabía que se me iba a caer, decidí adelantármele al cáncer. Eso sí, molestaba a mi novio y le preguntaba cómo podía decir que estaba bonita si parecía un extraterrestre. La recuperación siempre depende de tu actitud y los médicos aseguran que eso me salvó. Terminé el tratamiento hace cinco meses y ahora estoy acabando mi carrera de Ingeniería Catastral y Geodesia, tengo varios proyectos pendientes y quiero poner en marcha mi fundación para ayudar a otros. Me siento en mi mejor momento y por eso estoy agradecida con el cáncer. Me alegra haber vivido esta experiencia y seguir aquí para contarla”.