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Sinatra recibió reconocimientos por su intrigante, poderosa y cálida voz desde los años cuarenta, pero también se destacó como actor. Respetaba ambas artes, pero se tomaba las grabaciones mucho más en serio.

ANIVERSARIO

Frank Sinatra en la pluma de Gay Talese

El cantante del siglo XX cumpliría 100 años este sábado. SEMANA comparte apartes del histórico perfil ‘Sinatra está resfriado’ que Gay Telese publicó en 1966.

12 de diciembre de 2015

1 “Sinatra con gripe es Picasso sin pintura, un Ferrari sin combustible… solo que peor. Porque el resfriado común le roba a Sinatra esa joya no asegurable, la voz, horadando hasta el corazón de su confianza; y no solo le afecta la propia psique sino que parece generar una suerte de secreción nasal psicosomática en las personas que trabajan para él, que beben con él, que lo aman, que dependen de él para su propio bienestar y estabilidad. Sin duda, un Sinatra con gripe puede, en modesta escala, desatar vibraciones por toda la industria del entretenimiento y más allá, tal como un presidente de los Estados Unidos, enfermo de repente, puede estremecer la economía de la nación”.

2 “Como de costumbre, él vestía de manera inmaculada. Llevaba un traje gris oscuro con chaleco, un traje de corte conservador por fuera pero ribeteado por dentro en seda colorida; sus zapatos, británicos, parecían lustrados hasta por las suelas. También llevaba, cosa que al parecer sabía todo el mundo, un muy convincente peluquín. […] Lo más distintivo del rostro de Sinatra son los ojos, azules claros, alertas, ojos que en un segundo pueden ponerse fríos de la rabia o arder de afecto o, como ahora, reflejar un vago desprendimiento que mantiene callados y apartados a sus amigos”.

3 “Y (varios de sus fanáticos) se acordaban de cuando Sinatra era un fracaso y cantaba basura como Mairzy Doats, y se acordaban de su resurgimiento; y esa noche todos ellos se congregaban a las puertas de la taberna de Jilly, decenas de ellos, pero no podían entrar”.

4 “Por un lado él es el swinger, el hombre mundano, como cuando charla y bromea con Sammy Davis Jr., Richard Conte, Liza Minelli, Bernice Massi y demás personajes de la farándula que se pueden sentar en su mesa; por el otro, como cuando saluda con la mano o una inclinación a sus paisanos que le son cercanos, Frank Sinatra es Il Padrone. O, mejor aún, uno de los que en Sicilia tradicionalmente se han llamado uomini rispettati: hombres respetados, hombres que son al mismo tiempo majestuosos y humildes, hombres amados por todos y muy generosos por naturaleza, hombres cuyas manos son besadas mientras caminan de pueblo en pueblo, hombres que personalmente se afanarían por reparar una injusticia”.

5 “… él es un tipo completamente impredecible, de variados humores y amplia dimensión, un hombre que responde al instinto: de repente, de manera dramática, a locas responde, y nadie puede predecir qué es lo que sigue”.

6 “If I don’t see her each day

I miss her...

Gee what a thrill

Each time I kiss her...


Mientras Sinatra cantaba estas palabras, y por más que en el pasado las había cantado una y mil veces, a todos los presentes se les hizo evidente que algo muy especial debía estar sucediendo dentro del personaje, porque algo muy especial salía de él. Cantaba ya, gripe o no gripe, con fuerza y calidez, se había soltado, la prepotencia pública se había esfumado, el lado íntimo estaba en esta canción sobre la chica que, se dice, lo comprende mejor que nadie y es la única persona delante de la cual él puede ser como es con todo desparpajo.

Nancy tiene 25 años. […] Cuando la voz de Sinatra se hizo popular en la radio, excitando a sus fans, Nancy lo oía en casa y se echaba a llorar. Cuando el primer matrimonio de Sinatra se deshizo en 1951 y él se fue de casa, Nancy era la única de los hijos con la edad suficiente para recordarlo en calidad de padre. También lo vio con Ava Gardner, Juliet Prowse, Mia Farrow y muchas otras, pues ha salido con él en citas de dos parejas…

She takes the winter

And makes it summer…

Summer could take

Some lessons from her.


Nancy ahora también lo ve cuando visita en casa a su exesposa, de soltera Nancy Barbato, la hija de un revocador de Jersey City con la que se casó en 1939 cuando ganaba 25 dólares por semana cantando en el Rustic Cabin cerca de Hoboken”.

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“…bautizado Francis Albert Sinatra, nació y por poco muere el 12 de diciembre de 1915. El parto fue difícil, y en su primer momento sobre la Tierra recibió marcas que llevará hasta la muerte: las cicatrices del lado izquierdo del cuello son producto de la torpeza del doctor con el fórceps, y Sinatra ha decidido no disimularlas con cirugía.

Tras cumplir los seis meses se crio principalmente con su abuela. La madre tenía un trabajo de tiempo completo como experta en baños en chocolate en una empresa importante, y era tan hábil que la firma le ofreció un día enviarla a enseñar a otras en la sucursal de París. Si bien algunos en Hoboken recuerdan a Sinatra como un niño solitario que pasaba largas horas en el porche de su casa mirando al vacío, Sinatra nunca fue un peleón barriobajero, nunca estuvo preso, siempre fue bien vestido. Tenía tantos pantalones, que algunos en Hoboken lo apodaban Pantalonudo O’Brien”.

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“(En sus inicios) aunque cantaba la mayor parte de la noche en el Rustic Cabin, se levantaba al otro día para cantar sin cobrar en la radio de Nueva York a fin de atraer más la atención. Más adelante consiguió empleo como cantante de la orquesta de Harry James, y fue con ella, en el mes de agosto de 1939, cuando Sinatra grabó su primer éxito: All or Nothing at All. Se encariñó mucho con Harry James y los músicos de la banda, pero cuando recibió una oferta de Tommy Dorsey, que por esos días tenía la que quizás era la mejor orquesta del país, Sinatra la aceptó. La paga era de 125 dólares a la semana y Dorsey sabía destacar a sus vocalistas. Con todo, Sinatra se deprimió bastante al dejar la orquesta de Harry James, y tan memorable fue la última noche con ellos que, 20 años después, Sinatra podía revivir los detalles para un amigo.

Pero la dejó; como dejaría igualmente otros lugares cálidos en busca de algo más, sin desperdiciar nunca el tiempo, tratando de hacerlo todo en una generación, batallando bajo su propio nombre, defendiendo a los débiles, aterrorizando a los ventajeros. Le lanzó un puñetazo a un músico que dijo algo antisemita, abrazó la causa de los negros dos décadas antes de que se pusiera de moda. También le arrojó una bandeja llena de vasos a Buddy Rich un día que tocó demasiado alto la batería”.

9 “Su voz y su tino artístico estuvieron pésimos en 1952, pero más culpable de su declive, dicen sus amigos, fue su cortejo de Ava Gardner. Ella era entonces la gran reina del cine, una de las mujeres más hermosas del mundo. Nancy la hija de Sinatra recuerda que un día vio a Ava nadando en la piscina de su padre y luego salir del agua con ese cuerpo estupendo, caminar despacio hacia el fuego, inclinarse sobre él por unos segundos; y de un momento a otro pareció que su largo pelo negro estaba seco ya, de modo milagroso y sin ningún esfuerzo otra vez arreglado.

Con la mayoría de las mujeres con las que sale, Sinatra nunca sabe, dicen sus amigos, si lo quieren por lo que puede hacer por ellas ahora… o hará después por ellas. Con Ava Gardner fue distinto. Después no podía hacer nada por ella. Ella estaba por encima. Si algo aprendió Sinatra de su experiencia con ella, quizás fue que cuando un hombre altivo ha caído, una mujer no le puede ayudar. Especialmente una mujer que está por encima”.

10 “Aunque a Sinatra no le importa exagerar la nota en el estudio de cine, es sumamente serio con las sesiones de grabación de un disco. Como le explicaba a un escritor británico: ‘Cuando te pones a cantar en ese disco, estás tú solo y nadie más que tú. Si sale malo y te trae críticas, tú cargas con la culpa y nadie más. Si es bueno, también es por ti. Con una película nunca es así: hay productores y guionistas, y hombres en sus oficinas y la cosa se te sale de las manos. Con un disco tú eres la cosa entera’”.

11 “Cuando su voz se conecta, como esta noche, Sinatra entra en éxtasis, la sala se electriza, la excitación se extiende a la orquesta y se deja sentir en la cabina de control, donde una docena de hombres, amigos de Sinatra, lo saludan con la mano detrás de la ventana”.