Parque principal de Monguí, Boyacá.
Parque principal de Monguí, Boyacá. | Foto: Monguí Travels

Regiones

Viaje en el tiempo: el pueblo de Colombia que quedó congelado en el año 1600

Con una arquitectura colonial que preserva intactas iglesias y monumentos cargados de historia, Monguí es uno de los lugares con más historia y encanto de Boyacá.

Redacción Semana
9 de abril de 2024

A dos horas de Tunja, en el departamento de Boyacá, se encuentra el primer fabricante de balones de fútbol del país, un encantador municipio que forma parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia y que parece haber quedado detenido en el tiempo.

Sus calles empedradas y construcciones coloniales bien conservadas reviven momentos de la historia y de la cultura boyacenses que identifican plenamente esta región.

Monguí es uno de los pueblos más lindos de Boyacá y de Colombia, principalmente por el tema arquitectónico; por eso fue declarado un pueblo patrimonio, pues guarda dentro de su centro histórico una arquitectura que data de la antigua época colonial. Digamos que el pueblo se mantiene muy encapsulado en el tiempo. Visitar Monguí es como retroceder muchos años y ver los vestigios de épocas antiguas”, aseguró Diana Ximena Fernández, administradora turística y hotelera, gerente de la agencia Monguí Travels.

Basílica y convento de Nuestra Señora de Monguí, Boyacá.
Basílica y convento franciscano de Nuestra Señora de Monguí, Boyacá. | Foto: Stock.adobe.com / Matthieu

Fundado en 1601, a mediados del siglo XVII Monguí ya era considerado un lugar de gran relevancia para la región. Así lo evidencian las edificaciones que datan de ese tiempo, como el Puente Real de Calicanto, la Capilla de San Antonio de Padua, el Convento de los Franciscanos y la Basílica Menor Nuestra Señora de Monguí, declarados Patrimonio Nacional de Colombia.

Sitios históricos

Calicanto es un puente construido en piedra, con cerca de cinco metros de ancho por 20 de largo y una bóveda de aproximadamente cinco metros de luz. Lo hicieron para facilitar el traslado de las piedras con las que levantaría la Basílica y el convento.

“El puente real de Calicanto se llama así porque fue construido con cal, que es una mezcla de arcilla, arena y estiércol de bestia, que era como el cemento de esa época; se dice de “canto”, porque las piedras eran puestas cara arriba”, explicó Wilson Morales, coordinador de la Oficina de Cultura y Turismo de Monguí.

Puente Real Calicanto en Monguí.
Puente Real Calicanto en Monguí. | Foto: Monguí Travels

En cuanto a la basílica y el convento (hoy museo de arte religioso), su construcción inició en 1603, pero se completó después de 100 años. En su interior se encuentra el lienzo de la Virgen de Monguí, y a lo largo de la iglesia se pueden apreciar algunos cuadros elaborados por el célebre pintor neogranadino Gregorio Vázquez de Arce.

Muy cerca está la primera edificación religiosa del pueblo, una capilla en honor a San Antonio de Padua, que data del siglo XVII.

El convento junto con la basílica alberga utensilios y muebles, pertenecientes a los franciscanos.
El convento junto con la basílica albergan utensilios y muebles pertenecientes a los antiguos monjes franciscanos. | Foto: Monguí Travels

Monguí también cuenta con una variedad de sitios naturales por apreciar. Por ejemplo, “el mirador de la Peña de Oti, el santuario de la virgen de la cascada o de la sagrada familia y el páramo de Ocetá, que es considerado por muchos el páramo más lindo del mundo”, advirtió Fernández. En este lugar es posible apreciar una variedad de frailejones, lúpulos y especies como venados cola blanca, conejos silvestres, aves, anfibios y cóndores de Ocetá.

El Páramo de Ocetá es considerado por algunos como el más hermoso del mundo.
El páramo de Ocetá es considerado por algunos como el más hermoso del mundo. | Foto: Monguí Travels

Este pueblo boyacense también es famoso por su talento para la fabricación de balones de fútbol. “En 1932, Colombia tenía una guerra con Perú por una invasión en la Amazonia colombiana y el país reclutó a jóvenes de todas partes, entre ellos algunos hijos de Monguí, como Froilán Ladino, quien, en medio de la guerra, resultó en Manaos y recogió un balón de fútbol abandonado por unos niños brasileños. Como había aprendido el oficio de hacer zapatos, remendó el balón y años después emprendió la primera fábrica de balones del país que se hacían con cuero de vaca”, precisó el historiador y tallador Óscar Eugenio Merchán.

Finalmente, este pueblo sobresale por sus manifestaciones artísticas como la pintura, la poesía costumbrista y las artes escénicas, debido a la influencia de los monjes franciscanos.

“Todos los pueblos de Boyacá son hermosos, pero a Monguí lo que lo hace más hermoso es esa mezcla que tiene entre patrimonio material e inmaterial, y lo que más resalto es su gente, su empuje y berraquera. Tanto así que entre los siglos XVIII y XIX, sus habitantes compraron dos veces el municipio para ganar su independencia y gobernanza, una vez a los españoles y otra al Colegio de Boyacá. Por eso también Monguí es conocido como la cuna de la Junta de Acción Comunal”, concluyó Morales.