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| Foto: Archivo particular

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Las luchas de Andrea Álvarez, más allá del taekwondo

La joven que murió el jueves pasado no solo fue una campeona del deporte de combate, además era una clavadista destacada y una estudiante de Medicina brillante. Sus seres queridos le dieron el último adiós.

15 de abril de 2017

En la familia Álvarez, el taekwondo y la medicina son vocaciones de sangre. El padre, Rusbel Álvarez, fue doctor y uno de los actores que impulsaron el deporte cuando apenas se formaban en Colombia los que ahora son maestros del ejercicio, como Mauricio Duque. Mientras que su hija, Andrea Álvarez Arroyave iba por el mismo camino, hasta que un ataque el corazón terminó con su vida el jueves 13 de abril de 2017.

Aunque inició el taekwondo (TKD) desde pequeña, uno de sus primeros amores fue la natación y en particular los clavados olímpicos, en los que obtuvo medallas de bronce juveniles. Luego, siguiendo el ejemplo de su padre, Andrea decidió dedicarse de tiempo completo al deporte de combate, en donde, después de conquistar la escena nacional en la modalidad de figuras o poomsea, llegó a ser la representante de Colombia en el torneo Open Centroamericano de Nicaragua, en el que obtuvo tres medallas, y en el mundial de taekwondo que se desarrolló el año pasado en Perú.

De allí regresó muy cansada, explica Leandro Rodríguez, quien fue pareja y entrenador de la atleta boyacense. Y es que además de su carrera deportiva, Andrea era también estudiante de décimo semestre de medicina en la Universidad Cooperativa de Colombia, en donde mantenía un alto rendimiento académico. De hecho, para sus amigos, esa era una de sus facetas más destacables, la disciplina que siempre mostró y gracias a la cual pudo combinar tantas actividades al mismo tiempo.

Antes de ser novios, Leandro y Andrea fueron profesor y estudiante en la liga de Taekwendo. "Uno no se esperaba que fuera a llegar a ese nivel, pero era una persona tanto física como intelectualmente excepcional, manejaba tres idiomas, etudiaba una carrera demasiado exigente y no le quedaba grande nada" recuerda Leandro, quien le escribió un mensaje de despedida en redes sociales:

“Gracias a todas las personas por sus palabras, nunca entenderé esta circunstancia de la vida. Este dolor me destroza mi corazón, mi alma entera y mi ser por completo, mi espíritu en otras ocasiones me levanta, pero en esta ocasión es incomprensible", escribió Rodríguez.

Al momento de su fallecimiento, Andrea tenía 24 años y ya había alcanzado la cumbre de la carrera de muchos deportistas al participar como representante colombiana de una competencia mundial. El presidente de la Federación de Taekwondo colombiana, Francisco Jiménez, le explicó a Semana.com que ella fue una de las pioneras de una modalidad deportiva que hasta entonces había sido practicada en su gran mayoría por representantes masculinos.

Además del minuto de silencio que realizaron en su honor sus compañeros deportistas durante un campamento en Sogamoso, está previsto un homenaje para el siguiente campeonato de TKD que se desarrollará en Bucaramanga, en el mes de julio.