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Así fue el día en que Estados Unidos invadió Panamá para capturar a Manuel Antonio Noriega: también se hablaba de CIA y narcotráfico

El dictador de Panamá, que vivió entre lujos mientras su pueblo se levantaba, terminó de la peor manera posible.

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16 de octubre de 2025, 3:27 p. m.
Manuel Antonio Noriega, exdictador de Panamá, el 7 de marzo de 1988 en Panamá
Manuel Antonio Noriega, exdictador de Panamá, el 7 de marzo de 1988 en Panamá | Foto: Manuel Antonio Noriega, exdictador de Panamá, el 7 de marzo de 1988 en Panamá

Manuel Antonio Noriega fue un temido dictador panameño, muy valorado agente de la CIA, que cayó en desgracia después de ser acusado de narcotráfico y derrocado por una invasión estadounidense.

La vida de Noriega —quien se hallaba recluido en un hospital desde marzo de 2017 tras operarse de un tumor cerebral— fue una permanente fuga hacia adelante. Falleció el 29 de mayo de 2017.

Considerado un militar sin escrúpulos, pudo relacionarse simultáneamente con el capo colombiano Pablo Escobar, el líder cubano Fidel Castro y con múltiples servicios de inteligencia.

Manuel Antonio Noriega, fallecido dictador de Panamá | Foto: AP

En medio de esa carrera hubo opositores asesinados, dudosas fortunas, condenas por narcotráfico, una invasión militar y denuncias de traiciones a repetición.

“Lo más sobresaliente en la vida de Manuel Antonio Noriega es que hizo de la institución (militar) un instrumento, una combinación macabra entre el crimen y el narcotráfico”, dijo a la Agencia France-Press el general Rubén Darío Paredes, a quien el exdictador relevó en 1983 en la Guardia Nacional.

Nacido en la capital panameña el 11 de febrero de 1934 en el seno de una familia humilde, Noriega abrazó muy joven la carrera militar y llegó a dirigir Panamá con mano de hierro entre 1983 y 1989.

Manuel Antonio Noriega, fallecido dictador de Panamá

Tras participar en 1968 en un golpe contra el presidente Arnulfo Arias, su ascenso se volvió meteórico cuando, un año después, el histórico gobernante de Panamá, el general Omar Torrijos, lo puso al frente del servicio de inteligencia G-2.

Se sospecha que fue en esa época que la CIA, omnipresente en Panamá para vigilar el Canal, reclutó a Noriega, quien afianzó su poder tras la muerte de Torrijos en 1981 en un misterioso accidente aéreo.

En 1983 accedió a la comandancia de la extinta Guardia Nacional y comenzó su gobierno de facto. Eran las épocas de gloria, donde vivía con su esposa Felicidad y sus tres hijas (Sandra, Lorena y Thays) en una fastuosa mansión que incluía un minizoológico, casino privado y salón de baile.

En un contexto de guerras civiles en Centroamérica, “Cara de Piña”, como le llamaban sus opositores por las abundantes marcas que le dejó el acné, jugó en varios frentes para mantenerse en el poder.

Todo cambió

Pero todo iba a cambiar y, de aliado fiel de Estados Unidos, pasó a ser un enemigo vinculado al narcotráfico, tras la llegada a la Casa Blanca de George Bush (1989-92), exdirector de la CIA.

En 1986, una filtración de la inteligencia estadounidense llevó al diario The New York Times a señalar el papel de Noriega en el asesinato, en 1985, del opositor Hugo Spadafora.

Noriega siempre negó haber participado en crímenes: “Bajo el nombre de Dios, no tuve nada que ver con la muerte de ninguna de estas personas. Siempre hubo una conspiración permanente contra mí, pero estoy aquí de frente, sin cobardía”, dijo.

El coronel Roberto Díaz Herrera, exjefe del Estado Mayor panameño y segundo del régimen, lo acusó de corrupción, fraude electoral y del accidente que costó la vida a Torrijos.

“Noriega deja una mancha oscura. Es muy difícil hablar bien de él. Fue victimario de mucha gente, pero también fue víctima de la CIA”, dijo Díaz Herrera a la agencia francesa.

Esas acusaciones desencadenaron protestas y un clima de inestabilidad social, lo que hizo que Estados Unidos le exigiera abandonar el poder, a lo que el general se negó con machete en mano.

Invasión

El 20 de diciembre de 1989, en la llamada “Operación Causa Justa”, tropas estadounidenses invadieron Panamá para capturarlo, lo que provocó la muerte de miles de civiles en la que ha sido la última operación de ese tipo de Washington en América Latina.

Tras varios días refugiado en la Nunciatura y bajo el estruendo de música rock que no soportaba, se rindió el 3 de enero de 1990 y fue llevado prisionero a Estados Unidos, donde recibió una condena de 40 años de cárcel por narcotráfico, aunque cumplió 21 por “buena conducta”.

Operación Causa Justa: La Invasión de Panamá y Captura de Manuel Noriega 🇵🇦🇺🇸 (Mini Documental)

Posteriormente, fue extraditado a Francia en 2010, donde fue condenado a siete años por blanquear tres millones de dólares en bancos franceses para el cartel de Medellín.

Noriega fue definitivamente extraditado a su país en 2011. Llegó en silla de ruedas, avejentado, enfermo y “sin odios ni rencores”, según dijo, para purgar tres condenas de 20 años cada una por desaparición de opositores.

Pese a haber pedido perdón y haber sufrido varios derrames cerebrales, complicaciones pulmonares, cáncer de próstata y depresión, las autoridades panameñas siempre le negaron la posibilidad de cumplir sus condenas en casa.