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Viktor Orban, primer ministro de Hungría (izq.), Vladimir Putin, presidente de Rusia, y Recep Tayyip Erdogan, de Turquía. | Foto: BBC

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Cómo algunos líderes europeos usan la pandemia para acumular poder

Los líderes de Hungría, Polonia, Rusia y Turquía son señalados de aprovecharse de la crisis de salud para aumentar sus poderes.

Alianza BBC
20 de abril de 2020

Algunos líderes europeos están siendo señalados de aprovechar la actual crisis de salud pública para reprimir la disidencia y reforzar su poder. Mientras Turquía arresta a cientos de personas por publicaciones en redes sociales y los rusos son amenazados con la cárcel por cualquier cosa que se considere una noticia falsa, existe el temor de que la democracia esté en riesgo en Polonia y que ya haya sido barrida en Hungría.

Los corresponsales de la BBC analizan si el coronavirus se está utilizando como excusa para un abuso de poder.

Hungría: el "suicidio" del Parlamento otorga a Orban poderes extraordinarios

Análisis de Nick Thorpe, corresponsal en Budapest

El poderoso primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ha sido señalado en su país y en el extranjero de utilizar la crisis del coronavirus para obtener aún más poder, en lugar de unir al país.

Primero, su gobierno declaró el estado de emergencia el 11 de marzo, ganando un tiempo valioso para prepararse para la pandemia. Pero luego usó su mayoría parlamentaria para extenderlo indefinidamente, por lo que el gobierno ahora tiene el poder de gobernar por decreto durante el tiempo que sea necesario y puede decidir cuándo el peligro ha terminado.

Los críticos hablan del fin de la democracia en Hungría, pero el ministro de Justicia insiste en que la Ley de Autorización caducará al final de la emergencia y que es tan necesaria como proporcionada.

Viktor Orban en el Parlamento húngaro.

El parlamento húngaro, donde Viktor Orban, tiene mayoría, le dio al primer ministro poderes especiales. Foto: REUTERS-BBC

¿Es el fin de la democracia? El experto en derecho constitucional Zoltan Szente advierte que la pandemia podría utilizarse fácilmente para mantener los poderes extraordinarios del gobierno.

Como es poder exclusivo del gobierno decidir cuándo poner fin al estado de emergencia, Szente dice que el Parlamento en realidad se ha "suicidado" al renunciar a su derecho de control sobre el gobierno.

En teoría, todavía hay tres áreas de control sobre el poder de Viktor Orban:

  • El Parlamento sigue sesionando a menos que la pandemia lo detenga
  • El Tribunal Constitucional aún funciona
  • Las elecciones generales están programadas para 2022

Pero el partido de Orban, Fidesz, tiene una mayoría decisiva en el Parlamento y todas las elecciones parciales y referendos se posponen hasta el final de la emergencia.

El Tribunal Constitucional ya está repleto de próximos a Orban, pero la espina en el costado del primer ministro es el poder judicial, en gran medida independiente.

El partido gobernante necesita mantener su mayoría de dos tercios en el Parlamento para nombrar un nuevo presidente de la Corte Suprema a finales de 2020. Entonces el poder deOrban sería casi inexpugnable.

Turquía: la "oportunidad" para Erdogan

Análisis de Orla Guerin, corresponsal en Estambul

El combativo líder de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, no necesita usar el brote de coronavirus para usurpar poder porque ya tiene mucho. Esa es la opinión de los activistas de derechos humanos aquí.

Recep Tayyip Erdogan

Para los activistas, Erdogan no necesita usar el coronavirus para aumentar su poder, porque ya tiene demasiado. Foto: GETTY IMAGES-BBC

"Existe un sistema tan centralizado que no es necesario obtener más poderes", dice Emma Sinclair-Webb, directora de Human Rights Watch para Turquía. Sin embargo, Sinclair-Webb agrega que hubo un intento oportunista de "tantear el terreno" con propuestas para aumentar el control sobre las compañías de redes sociales.

Fueron "enterradas profundamente" en un proyecto de ley que trata principalmente de medidas económicas para amortiguar el impacto del virus. El objetivo, explica, era "fortalecer las plataformas de redes sociales para someterlas al control y la censura del gobierno". Los proyectos de enmiendas fueron retirados repentinamente, pero Sinclair-Webb espera que vuelvan en el futuro.

La policía multa a las personas que violan las medidas de confinamiento en Estambul, Turquía.

La policía multa a las personas que violan las medidas de confinamiento en Turquía. Foto: EPA

El gobierno de Turquía está decidido a controlar la narrativa durante la crisis. Cientos de personas fueron arrestadas por "publicaciones provocativas" sobre el covid-19 en las redes sociales. 

Pocos médicos se han atrevido a hablar. "Ocultar los hechos y crear un monopolio de información se convirtió desafortunadamente en la forma en que se gobierna este país", dice Ali Cerkezoglu, de la Asociación Médica de Turquía. "Los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud se han acostumbrado en los últimos 20 años".

El abogado Hurrem Sonmez teme que la pandemia sea una oportunidad para el presidente Erdogan. "La sociedad y la oposición son más débiles debido a la pandemia", dice Sonmez, quien ha representado a acusados en casos de libertad de expresión. "Todos tienen la misma agenda: el virus. La prioridad es sobrevivir. Existe una seria preocupación de que la situación pueda ser mal utilizada por este gobierno", dice.

Rusia: la pandemia frustra las ambiciones de Putin

Análisis de Steve Rosenberg, corresponsal en Moscú

En enero, el Kremlin pensó que todo había resultado. Se modificaría la Constitución rusa, principalmente para permitir que Vladimir Putin pudiera estar otros dos períodos más en el cargo.

Luego celebraría un triunfante "voto nacional" el 22 de abril para que los rusos respaldaran los cambios. Los críticos del presidente lo calificaron de "golpe constitucional", pero parecía un trato hecho.

La covid-19, sin embargo, ha dejado todo en pausa. El presidente Putin tuvo que posponer la votación: después de todo, ¿cómo puede llamar a la gente para que salga a votar en medio de una pandemia? El problema para el Kremlin ahora es que aprobar una nueva Constitución puede ser lo último en lo que piensan los rusos.

Las medidas de confinamiento para combatir el nuevo coronavirus están destinadas a diezmar la economía aquí, con predicciones de una recesión que puede durar dos años y millones de pérdidas de empleos.

Los rusos tienden a culpar a los funcionarios y burócratas locales, no a la autoridad central, por sus problemas cotidianos. Pero la historia muestra que cuando las personas aquí experimentan un agudo sufrimiento económico personal, vuelven su ira contra el líder de su país. Tal sufrimiento ahora parece inevitable.

Vladimir Putin en una reunión semanal con su gobierno.

Los partidarios de Putin argumentarán que en momentos de crisis el país necesita un liderazgo fuerte, según el corresponsal en Moscú. Foto: GETTY IMAGES-BBC

Eso puede explicar por qué el líder del Kremlin delegó recientemente el poder a los gobernadores regionales para combatir el coronavirus: ahora comparten la responsabilidad.

Los partidarios del presidente Putin, incluidos medios estatales, argumentarán que, en una crisis nacional, Rusia requiere un liderazgo fuerte y estable más que nunca; en otras palabras: que la era de Putin debería extenderse. En cuanto a los críticos del Kremlin, ya han acusado a las autoridades de utilizar la pandemia para reforzar el control.

Una nueva ley aprobada por el Parlamento impone duros castigos a las personas condenadas por difundir lo que consideran información falsa sobre el coronavirus: multas equivalentes a US$25.000 o hasta cinco años de prisión.

Existen inquietudes acerca de la implementación de sistemas de vigilancia para hacer cumplir la cuarentena. El confinamiento también significa que las protestas de la oposición no pueden tener lugar: las reuniones masivas están actualmente prohibidas para evitar la propagación del virus.

Polonia: ¿está el gobierno arriesgando vidas para mantener el poder?

Análisis de Adam Easton, corresponsal en Varsovia

El partido gobernante de Polonia está siendo acusado de poner en peligro vidas imprudentemente al impulsar las elecciones presidenciales de mayo durante la pandemia.

El presidente Andrzej Duda, un aliado del gobierno, ha visto aumentar su apoyo en las encuestas durante la pandemia y es claramente el favorito para ganar.

El partido gobernante, Ley y Justicia, argumenta que está constitucionalmente obligado a celebrar las elecciones y el voto por correo es la solución más segura bajo el confinamiento.

Una mujer ve el discurso en televisión del presidente Andrzej Duda.

Duda se dirigió a los polacos a principios de este mes por el aniversario del accidente de avión en el que murió el presidente Lech Kaczynski. Foto: EPA

Esa es su opción preferida, pero también respalda una propuesta de cambiar la Constitución para permitir que el presidente Duda ejerza otros dos años, siempre que no pueda buscar la reelección.

La oposición dice que el voto por correo arriesga a votantes, trabajadores postales y personal electoral. La comisión electoral de la UE y la propia de Polonia también han expresado su preocupación por celebrar las elecciones.

Hay una forma legal de esperar, insiste la oposición, declarando un estado de desastre natural que prohíbe las elecciones mientras se aplican medidas extraordinarias y durante los siguientes 90 días. El gobierno dice que declarar medidas extraordinarias lo haría responsable de las demandas de compensación.

Si las elecciones se llevan a cabo en mayo, no serían justas, dicen los grupos de derechos humanos, porque los candidatos han suspendido la campaña mientras el titular todavía goza de una amplia cobertura mediática que ayuda al gobierno y visita a los trabajadores de la salud.

Si las elecciones se pospusieran, Polonia podría estar en medio de una recesión, y las posibilidades de reelección de Duda podrían disminuir sustancialmente. Si se eligiera a un candidato de la oposición, el poder de veto del nuevo presidente podría alterar significativamente la capacidad del gobierno para impulsar su programa durante los próximos tres años y medio.

"Este es un ejemplo sobre cómo obtener el mayor beneficio de la crisis y permanecer en el poder", dijo a la BBC Malgorzata Szuleka, abogada de la Fundación Helsinski para los Derechos Humanos en Varsovia.