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Denuncias por ‘entierros clandestinos’ también han rondado por estos días, alertando a la ciudadanía en general y a la comunidad internacional sobre la situación real que puede estar viviendo este país. | Foto: AP

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Coronavirus: el sospechoso repunte de contagios en Nicaragua

El país centroamericano pasó de tener 25 casos a 254 en una semana y muchos creen que el Gobierno no es transparente con las cifras de la pandemia.

20 de mayo de 2020

Hasta hace pocas semanas Nicaragua era uno de los países de la región aparentemente menos afectados por el coronavirus. Desde el 19 de marzo, cuando se confirmó el primer caso, las cifras nunca habían aumentado de manera exponencial. De hecho, solo un mes después reportaron 10 casos y hasta hace exactamente una semana registraron su primer ‘repunte’ con 25 casos. Sin embargo, este martes el Ministerio de Salud nicaragüense confirmó 254 casos nuevos, una cifra que ha causado toda clase de críticas.

Y no es para menos. El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, ha sido uno de los negacionistas de esta pandemia. Desde hace tres meses, cuando el virus empezó a causar estragos en el mundo, el mandatario afirmó en varias oportunidades que se trataba de una simple gripa y que no era necesario decretar cuarentena para frenar su propagación. Declaraba con seguridad que en Nicaragua no había de qué preocuparse porque tenían solo un par de casos, e incluso, tanto él como su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, invitaban a multitudinarias marchas en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Ahora, sin embargo, el mandatario parece estar entrando en razón y su Gobierno poco a poco empezó a reportar más contagios, los cuales (en número) discrepan ampliamente con los reportados por organizaciones independientes. Algunas, como Observatorio Ciudadano, denunciaron que a la fecha hay más de 1.500 casos y cerca de 360 fallecidos, algo totalmente alejado de las estadísticas oficiales, que registran solo 17 decesos.

Por su parte, varios hospitales han denunciado un colapso en su capacidad por la cantidad de pacientes que reciben con síntomas muy similares a los de la covid-19. Incluso el Hospital Alemán Nicaragüense publicó recientemente fotos de la morgue repleta de cuerpos que, según ellos, son por el nuevo coronavirus.

El presidente Ortega incluso estuvo desaparecido por más de un mes en medio de la pandemia mientras su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, estuvo al frente del país. 

Denuncias por ‘entierros clandestinos’ también han rondado por estos días, alertando a la ciudadanía en general y a la comunidad internacional sobre la situación real que puede estar viviendo este país. Varias personas han reportado que las autoridades sanitarias recogen de manera inmediata a sus seres queridos fallecidos, siguiendo todos los protocolos de seguridad y salubridad para los casos de covid-19 cuando en el registro de defunción las muertes son por diabetes u otras causas. Además, las denuncias apuntan a que las autoridades recogen muchos cuerpos de los hospitales a altas horas de la noche o en las madrugadas, como si fuera a escondidas.

Varias familias también se han quejado abiertamente porque cuando las llaman a avisar que su familiar murió, este ya está enterrado y ni siquiera se alcanzan a despedir. 

El Ministerio de Salud, en cabeza de Martha Reyes, recientemente nombrada, afirmó también que se han registrado numerosas muertes por complicaciones respiratorias que, por supuesto, no atribuye a la covid-19.

La situación preocupa a los expertos y epidemiólogos del país, que difícilmente logran hacer proyecciones precisas porque las cifras que dan el Gobierno y el Ministerio de Salud en cuanto a número de pruebas realizadas, muertes, contagios y hasta capacidad hospitalaria, no son transparentes. No dan un número exacto para poder saber a ciencia cierta cómo está el país y qué tan grave será la situación ante un pico de contagios. 

El repunte de contagios se conoció coincidencialmente luego de que la Organización Panamericana de Salud (OPS) criticara al Gobierno nicaragüense por no entregar cifras de contagios bajo los estándares internacionales, razón por la cual este organismo también sospecha que las cifras reales pueden ser mucho más altas que las oficiales.