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El presidente de Brasil, Lula da Silva, se desmarca de Nicolás Maduro y pide “verificación imparcial de los resultados” en Venezuela
La Cancillería de ese país se pronunció sobre los polémicos resultados reportados en Caracas.
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El gobierno brasileño pidió este lunes una “verificación imparcial de los resultados” de las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela.
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En un comunicado divulgado por la Cancillería, Brasil también afirmó “seguir con atención el proceso de recuento” de votos y saludó “el carácter pacífico de la jornada electoral de ayer en Venezuela”.
Nicolás Maduro fue reelegido para un tercer mandato consecutivo de seis años, en medio de denuncias de fraude por parte de la oposición, que reivindicó la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea oficialista, proclamó al mandatario para un tercer mandato consecutivo de seis años con 5,15 millones de votos (51,2 %), tras el escrutinio de 80 % de los votos. González Urrutia recibió 4,45 millones de votos (44,2 %), según este primer boletín.
El anuncio de su reelección fue cuestionado enseguida por Estados Unidos, Chile, Perú, Costa Rica, Guatemala, Argentina, España, Uruguay y la Unión Europea, que pidió “total transparencia” en el recuento de votos. Mientras que China, Rusia, Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia lo felicitaron.
En Colombia, que comparte una larga frontera con Venezuela, el gobierno de Gustavo Petro, primer presidente de izquierda de la historia del país, pidió “el conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente”.
En el poder desde 2013, Maduro se proyecta para permanecer 18 años en la presidencia, hasta 2031. Solo el dictador Juan Vicente Gómez habrá gobernado más que él, con 27 años (1908-1935).
“Va a haber paz estabilidad y justicia. Paz y respeto a la ley”, dijo Maduro en sus primeras declaraciones tras el anuncio del resultado, ante centenares de seguidores en el palacio presidencial de Miraflores.
Maduro había planteado esta elección como un encrucijada entre “paz o guerra” y advirtió que un triunfo de la oposición podía llevar a un “baño de sangre”, lo cual le valió críticas de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y de Chile, Gabriel Boric, entre otros.
La oposición venezolana denunció fraude en la votación y se autoproclamó victoriosa con el 70 % de los votos, contra 30 % para Maduro.
“Se han violado todas las normas”, dijo González, representante de la carismática y popular líder opositora María Corina Machado, impedida de postularse debido a una inhabilitación política.
Machado de hecho lo proclamó. “Venezuela tiene un nuevo presidente electo y es Edmundo González Urrutia”, dijo entre aplausos en una rueda de prensa.
“Esto no es un fraude más, esto es desconocer y violar groseramente la voluntad popular”, sostuvo Machado.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, expresó “seria preocupación” por la proclamación de Maduro y exigió un reconteo de los votos.
Costa Rica tachó de “fraudulenta” la elección, el presidente de Chile dijo que los resultados era “difíciles de creer”, y Perú llamó a consultas a su embajador en Caracas.
El mandatario argentino, Javier Milei, reivindicó por su parte la “victoria aplastante” de González Urrutia. “Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que las Fuerzas Armadas esta vez defiendan la democracia y la voluntad popular”.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo por su lado que habló con Maduro para felicitarlo por su “histórico triunfo”.
“Hasta que prevalezca la paz”
Durante la jornada electoral la oposición denunció irregularidades en el escrutinio. Primero porque se impidió que sus testigos accedieran a los centros de votación para presenciar el proceso, y luego porque no pudo obtener copias de las actas que emite la máquina de votación (el sistema es automatizado), a la que por ley tienen derecho los partidos y que sirven para cotejar el resultado oficial.
La oposición denunció asimismo el arresto de unas ciento cincuenta personas ligadas a la campaña, treinta y siete de estas en los últimos dos días.
La mayoría de las encuestas favorecían a la oposición, tras años de una crisis que contrajo el Producto Interno Bruto un 80 % y empujó al éxodo a más de siete millones de personas, según datos de la ONU.
Machado exhortó a su militancia a permanecer en los centros electorales recaudando las actas que aún no recibieron.
“Le pido a todas las comunidades de Venezuela que vayan en familia a acompañarlos en los centros de votación”, señaló la dirigente. “En esta vigilia de celebración cívica seguimos esta noche y seguiremos hasta que prevalezca la paz”.
“Lo hemos dicho: hasta el final es el final”, insistió repitiendo su eslogan de campaña convertido casi en un mantra opositor.
La coalición Plataforma Unitaria se unió en torno a Machado para enfrentar a Maduro tras marginarse de la elección de 2018 por considerarla fraudulenta. Ya antes fue señalada de buscar desestabilizar el país a través de violencia.
“Jaqueo”
Elvis Amoroso, el presidente del CNE, denunció una “agresión en contra del sistema de transmisión de datos que retardó” el conteo.
Maduro también se refirió a un “jaqueo” del sistema electoral automatizado, al salir a celebrar con los seguidores que le esperaban en el palacio presidencial.
La participación se ubicó en 59 %, según Amoroso.
En estos comicios estuvo presente una pequeña delegación del Centro Carter, que indicó no tener capacidad de realizar una “evaluación integral del proceso de votación, conteo y tabulación” como tenía previsto hacer la Unión Europea, excluida como observadora a finales de mayo.
Un panel de cuatro expertos de la ONU también acompañó la votación, aunque su informe es confidencial y solo será compartido con el secretario general, Antonio Guterres.