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| Foto: EFE

CRISIS EN VENEZUELA

Violenta jornada en Venezuela en la celebración de su independencia

Este miércoles, grupos de fieles al gobierno de Nicolás Maduro irrumpieron violentamente a la sede de la Asamblea Nacional y con palos y tubos atacaron a miembros de la oposición venezolana.

5 de julio de 2017

Seguidores del gobierno venezolano hirieron este miércoles a siete diputados, tres de los cuales quedaron sangrando en la cabeza, al irrumpir violentamente en la sede del Parlamento controlado por la oposición, que permaneció unas nueve horas bajo asedio de oficialistas.

Con palos y tubos, un centenar de personas, algunas encapuchadas, entraron al Palacio Legislativo, donde se celebraba una sesión solemne por el Día de la Independencia, y detonaron bombas de estruendo en jardines y pasillos, creando pánico y caos.

Foto: AFP

Entre el humo de los explosivos golpearon a los diputados y a otros funcionarios, y obligaron a periodistas a bajar sus cámaras y abandonar el sitio, sin que fueran contenidos por la Guardia Nacional.

Cinco de los asambleístas debieron ser hospitalizados, el más grave fue Américo de Grazia que convulsionó y sufrió una gran herida en la cabeza.

"Esto no duele más que ver todos los días cómo perdemos el país", declaró Armando Armas en una ambulancia con la cabeza vendada.

Manchas de sangre quedaron en las paredes. Para resguardarse, trancaron las puertas de algunos salones con alfombras y muebles. Varios vehículos sufrieron destrozos y algunos diputados quedaron con las ropas rasgadas. 

El jefe legislativo Julio Borges calificó como un "secuestro" el asedio que hubo tras la incursión, que mantuvo encerradas a unas 350 personas entre legisladores, periodistas e invitados extranjeros hasta caer la noche.

Venezuela vive desde hace tres meses protestas que dejan 91 muertos, en las que los opositores exigen la salida del presidente Nicolás Maduro y rechazan su llamado a una Asamblea Constituyente, en medio de la devastadora crisis económica.

"No nos vamos a intimidar con estos actos de violencia. Aquí nadie se rinde contra esta dictadura. No nos vamos a calar (soportar) una Constituyente comunista", dijo el vicepresidente legislativo, Freddy Guevara.

"Poder secuestrado"

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El vicepresidente venezolano Tareck El Aissami gesticula después de asistir a una ceremonia para celebrar el Día de la Independencia, en el edificio de la Asamblea Nacional en Caracas el 5 de julio de 2017. Foto: AFP

Antes de la incursión, el vicepresidente Tareck El Aissami encabezó un sorpresivo acto en el hemiciclo junto con el jefe de la Fuerza Armada, Vladimir Padrino López, ministros y partidarios chavistas, para conmemorar la independencia.

"Estamos en las instalaciones de un poder que fue secuestrado", dijo El Aissami al convocar a "los excluidos por el modelo capitalista y por esta clase política apátrida (oposición)" a ir al Parlamento a reafirmar su compromiso con la revolución.

Posteriormente, simpatizantes del gobierno se apostaron frente al Legislativo, lanzando consignas contra los opositores y la fiscal general, Luisa Ortega, devenida en la mayor adversaria de Maduro tras años de línea oficialista.

Los incidentes ocurrieron mientras Maduro encabezaba un desfile militar por la fiesta patria, en el que se refirió a los sucesos del Parlamento como "hechos extraños".

"Condeno absolutamente estos hechos, hasta donde los conozco. No voy a ser nunca cómplice de ningún hecho de violencia", dijo Maduro sin admitir que quienes entraron al Legislativo fueran seguidores suyos.

Condena internacional

El diputado Luis Stefanelli (i) y el diputado Jose Regnault (d) permanecen en un pasillo de la Asamblea Nacional luego de una disputa con manifestantes hoy, miércoles 5 de mayo de 2017, en Caracas (Venezuela) EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ

Borges dijo haber informado de lo ocurrido a países latinoamericanos, la Unión Europea, el Vaticano y la OEA. "Hay una condena mundial a lo que sucede en Venezuela", aseguró.

"Es un ataque a los principios democráticos", denunció Estados Unidos, mientras Mercosur lo consideró un "avasallamiento" del Ejecutivo sobre el Parlamento.

En octubre pasado, grupos chavistas entraron a la fuerza al hemiciclo, dejando también varios heridos. El propio Borges recibió el año pasado un botellazo en la cara cerca de la Asamblea.

En el desfile, Maduro exigió a la oposición condenar la violencia en las protestas y el ataque del 27 de junio, cuando un policía lanzó desde un helicóptero cuatro granadas contra el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en Caracas.

"Quisiera que la derecha condenara el ataque terrorista, con bombas y balas, de un criminal que estamos buscando", dijo el presidente.

El piloto del helicóptero, Óscar Pérez, también actor aficionado, reapareció el martes en un video en que llamó a seguir "firmes en las calles". "El momento es ahora", dijo supuestamente desde la clandestinidad.

De la pólvora a los votos

Semana

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, extiende sus brazos para asistir a un desfile militar conmemorativo del Día de la Independencia en Caracas, Venezuela. Venezuela está marcando 206 años de su declaración de independencia de España. (Fotos AP / Ariana Cubillos)

Maduro también resaltó la lealtad de la Fuerza Armada -a la que ha conferido gran poder político y económico- y le pidió mantenerse unida y en apoyo a la revolución y a la Constituyente.

"Cuando se instale la nueva Asamblea Constituyente estaremos reeditando nuestro deseo (...) de ser libres, soberanos e independientes", ratificó Padrino López.

En la sesión legislativa, Borges llamó a la Fuerza Armada a defender la democracia, tras lamentar que el "militarismo se esté imponiendo" por encima de los civiles.

"Queremos pasar de la soberanía de la pólvora a la soberanía de los votos", agregó.

Mientras la tensión aumenta, se espera la decisión del TSJ, a más tardar el próximo martes, sobre un juicio a la fiscal para destituirla.