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Alerta en Colombia: ONU confirma que La Niña está retrasada; Bogotá sufrirá desabastecimiento de agua que tendrían topes y racionamientos
Actualmente, según indicaron los funcionarios, el embalse de Chuza está entre el 38 y el 44 %, por lo que de mantenerse el consumo actual, en el mes de diciembre estará ajustando el 22 % y no tendrá el tiempo suficiente para recuperar su capacidad y atender la demanda.
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La ONU modificó el miércoles sus previsiones e indicó que el fenómeno meteorológico La Niña, que suele traer temperaturas más bajas, podría retrasarse y no llegar a finales de este año, como estaba previsto. La probabilidad de que las condiciones neutrales actuales (es decir sin los fenómenos climáticos El Niño ni La Niña) den paso a un episodio de La Niña es ahora del 55 % para el período de septiembre a noviembre de 2024, indicó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
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En su previsión anterior de junio, la OMM estimaba en un 60 % las probabilidades de la llegada de La Niña en julio-septiembre y del 70 % en agosto-noviembre. La Niña provoca el enfriamiento de las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial central y oriental. Este fenómeno va asociado a cambios en la circulación atmosférica tropical, con vientos y precipitaciones.
Sin embargo, los efectos precisos varían según la intensidad, la duración y el período del año en el que ocurre el fenómeno, así como dónde se produce y la interacción con otros fenómenos climáticos. Según la OMM, El Niño y La Niña, que son dos fenómenos naturales, “están ahora ocurriendo en el contexto del cambio climático inducido por el hombre”, que está aumentando las temperaturas y provocando condiciones climáticas extremas.
Lo anterior, ha elevado las alertas del Gobierno. Susana Muhamed, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, habló este martes especificamente sobre Bogotá y la sabana. “Si nosotros llegamos a diciembre con un embalse en 22 % no habrá suficiente capacidad de las reservas para sobrepasar el periodo de temporada seca hasta llegar a la temporada de lluvia”, dijo.
Muhamed confirmó que lo que se viene para los próximos meses, empezando desde octubre, es un “control de la demanda que sea por lo menos de 3m³ de agua por segundo al día”.
De igual forma, la ministra afirmó que las autoridades ambientales deberán implementar estrategias de vigilancia y control en temas de sobreconsumo de agua y el manejo de concesiones.
Por su parte, Ghisliane Echeverry, la directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), señaló que las lluvias que se esperan para la región de la Orinoquía, especialmente para el embalse de Chuza, tendrán una gran reducción en el mes de septiembre y estas condiciones serán muy similares en los siguientes meses.
La directora de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico, Ruth Quevedo, explicó que las medidas que se empezarán a aplicar serán:
- Endurecimiento del cobro del sobreprecio a los usuarios que superen los topes establecidos o incurran en consumos adicionales, teniendo en cuenta que la sequía persiste.
- Incluir un desincentivo al desperdicio para las empresas prestadoras del servicio que no cumplan con las metas de reducción de pérdidas del recurso.
- Incluir a los usuarios no residenciales (comerciales e industriales) dentro de los cobros adicionales por consumo excesivo de agua potable.
Actualmente, según indicaron los funcionarios, el embalse de Chuza está entre el 38 y el 44 %, por lo que de mantenerse el consumo actual, en el mes de diciembre estará ajustando el 22 % y no tendrá el tiempo suficiente para recuperar su capacidad y atender la demanda.
*Con información de AFP.