Violencia
Así fue el pacto entre la mafia mexicana y colombiana para ‘exportar’ a los hombres más curtidos de la violencia: militares, policías y guerrilleros
Colombianos están siendo reclutados para batallar en un tenebroso conflicto en México. Los hombres son engañados con falsas promesas de empleo. Hay alarma por su destino.
Colombianos y mexicanos sellaron una alianza para exportar hacia Norteamérica a los hombres más experimentados en la guerra. Militares, policías, guerrilleros y paramilitares están siendo reclutados para defender la soberanía del narcotráfico de los carteles Jalisco Nueva Generación y Los Viagras a cambio de 8 millones de pesos por cada mes que sobrevivan al conflicto. SEMANA accedió a documentos reservados y recogió testimonios claves que muestran la crudeza del pacto que tiene en zozobra a centenares de familias en ambos países.
“Me entregaron un chaleco, un fusil con proveedores, un bolso camuflado y caminé toda la noche”, así arrancó la entrevista un sujeto de 44 años que estuvo en el Ejército Nacional durante dos décadas y que fue atrapado por estas organizaciones delincuenciales en el primer semestre de 2024. En un principio, le prometieron ser vigilante de cultivos de limón en el estado de Michoacán con la posibilidad de regresar a su casa en seis meses y terminó involucrado en una sangrienta confrontación por el control de las economías ilegales.
Recibió la oferta de trabajo mediante una llamada que le hizo un soldado en retiro, lo meditó por más de 20 semanas, aceptó viajar a Ciudad de México para escuchar la propuesta y acogió la invitación. Un día después recibió una pistola de largo alcance y se enfrentó a la pesadilla: “Nos reunimos con una gran cantidad de hombres armados. Vi que eso no era bueno. El objetivo era pelear con los otros grupos para recuperar o abarcar más territorio”. Esa misma semana intentó escapar y le anticiparon que la única salida era la muerte.
En una misión de asalto en Michoacán, el hombre aprovechó un descuido de su tropa para esconderse detrás de un árbol y se fugó: “Duré diez minutos esperando a ver si alguien se devolvía a buscarme. Como vi que nadie se devolvió, decidí emprender la huida con armamento”. Después de caminar una semana bajo intensas temperaturas en una gigantesca selva, exprimiendo el jugo de los limones y esquivando los drones que sobrevolaban el sector para ubicarlo, se puso a salvo y fue atendido por las autoridades.
Lo más leído
La misma suerte no la tuvieron los ocho colombianos que perdieron la vida mientras enfrentaban a las fuerzas estatales en diferentes episodios ocurridos este año en la misma zona, según datos de la Fiscalía de México. De los posibles muertos en las confrontaciones de las estructuras delincuenciales no se tienen registros oficiales, pero el sobreviviente reveló que hay fosas comunes repletas de cadáveres y muchas de las víctimas podrían ser los ciudadanos que fueron reclutados con falsas promesas de empleo.
Solo en Michoacán se han presentado siete denuncias por presuntas desapariciones de colombianos en lo que va corrido de 2024. Uno fue rescatado del cautiverio, otro apareció con vida, uno fue hallado bajo tierra y sigue la búsqueda de los restantes. SEMANA estableció que tres de estas víctimas son exmilitares que fueron llevados a ese estado con la misma fórmula de mentiras: prestar servicios de seguridad en plantaciones de cítricos y aguacates; ellos son José Gabriel Sáez, Eduban Rodríguez y José Fernando Cataño.
En una denuncia que reposa en la Fiscalía colombiana sobre estos últimos uniformados, se alertó que fueron contratados por medio de la compañía VIP Logistic Group S. A. S., cuyo domicilio está ubicado en el municipio de Bello, Antioquia, de acuerdo con el registro de la Cámara de Comercio de Medellín. Los familiares sostienen esto con una serie de contratos y carnets que les entregaron horas antes de abordar hacia Michoacán. El dueño de la empresa, Luis Carlos Pacheco, indicó que desconoce esta situación.
Uno de los allegados de los desaparecidos, quien pidió omitir su identidad por motivos de seguridad, comentó que la búsqueda “ha sido solitaria” porque ni las autoridades colombianas ni mexicanas les estarían dando importancia a lo acontecido. Ellos han recogido pruebas y los casos están trabados. Entre tantas cosas, hay un elemento importante: “Alias Veracruz fue quien los recibió y los llevó”. Se trata de un colombiano que aparece en la historia de cuatro exintegrantes de las Fuerzas Militares como el supuesto reclutador. Él no respondió las llamadas.
Una guerra de alto nivel
Michoacán es el centro de acopio de uniformados en retiro de la fuerza pública colombiana, excombatientes de las Farc-EP, desertores del ELN y del Clan del Golfo. Uno de los hombres que conoció este entramado describió bajo reserva que estos actores son de interés para los criminales en Norteamérica “por la experiencia en el conflicto, porque no nos da miedo nada, por nuestras técnicas, por el entrenamiento que tenemos”.
Esta hipótesis fue contrastada con fuentes del Ejército Nacional, quienes coincidieron en lo mismo. “La verdad, colombianos en eso hay muchos, muchísimos, tanto guerrilleros de las Farc, del ELN, de los paramilitares, exmilitares, de la Policía. Hay muchos que están allá, yo creería que más de 500 o 1.000. Muchos se quedan allá por el pago o porque no tienen otra posibilidad, porque la única opción es que a uno lo maten”, agregó el sujeto, que también cargó los fusiles de un grupo terrorista en las montañas del occidente del país azteca.
Una de las líneas de investigación que llevan en territorio mexicano es que los principales reclutadores de extranjeros son los carteles Jalisco Nueva Generación y Los Viagras. El primero opera en gran parte de la nación y tiene influencia en el ámbito internacional como distribuidor de drogas, incluso se han detectado alianzas con grupos ilegales del Cauca, Nariño y Antioquia. El segundo nació en Michoacán, se sostiene con la venta de estupefacientes y las extorsiones, y trata de tomar el control de toda la región.
El papel de los colombianos sería clave en la confrontación de estos grupos y así lo demostrarían los operativos judiciales en los que han detenido a 11 ciudadanos oriundos de Huila, Tolima, Bogotá, Medellín, Casanare y Norte de Santander. Fueron sorprendidos con armas de fuego, municiones y manipulando cargas de explosivos. En un informe confidencial, citando datos de las unidades de inteligencia de ese país, se comentó que algunos de los capturados serían “integrantes del grupo criminal Los Viagras”.
El secretario de Gobierno de Michoacán, Carlos Torres, afirmó que las autoridades han recopilado varios elementos probatorios que relacionan el reclutamiento de extranjeros y el conflicto interno de su región; no solo se reportan casos de colombianos, también hay una ola de mercenarios centroamericanos. “El hecho de que en estos enfrentamientos aparezcan posibles ciudadanos de origen colombiano se ve, en la vía de los hechos, que participan en algunas bandas delincuenciales de Michoacán y del país”, puntualizó.