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El féretro del joven fallecido también fue paseado sobre una motocicleta por uno de los asistentes. | Foto: Archivo Particular

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Baile de champeta y acrobacias en moto, en sepelio en La Guajira

Otro caso de violación de los protocolos se registró en el municipio de Barrancas, durante el entierro de un joven muerto en accidente de tránsito.

2 de julio de 2020

Otro caso de evidente violación a los protocolos establecidos para los sepelios en medio de la pandemia del coronavirus se registró en el municipio de Barrancas, en La Guajira.

Un buen número de personas se reunieron, rompiendo el aislamiento preventivo obligatorio, para despedir a Yeisler Solano, de 20 años, quien falleció en las primeras horas de este miércoles, luego de chocarse en una moto contra un camión en la vía entre Barrancas y Fonseca.

El entierro, que fue realizado la mañana de este jueves, estuvo precedido de una caravana y acrobacias en motocicletas. Además, en la entrada del cementerio algunos de los asistentes realizaron espontáneos bailes de música champeta y el féretro fue paseado en uno de los vehículos.

A través de un mensaje en redes sociales, el alcalde del municipio, Iván Mauricio Soto, hizo un llamado a los habitantes para evitar que se presenten hechos de este tipo, que ponen en riesgo a toda la comunidad.

“Quiero expresar mis condolencias a una de las familias de nuestro municipio por la pronta partida de uno de sus hijos. La pérdida de un ser humano es irreparable, pero que quede claro: el dolor que nos embarga no nos puede llevar a cometer actos imprudentes que ponen en riesgo la vida de otras personas. Me uno al dolor de todos los allegados, pero rechazo los actos que se cometieron. Hago un llamado a la prudencia”, indicó el mandatario.

Este no es el único caso de aglomeraciones que se registra en un entierro en los últimos días en la región Caribe. A mediados de junio, también através de redes sociales, fueron difundidas las imágenes del sepelio de Deimer Patiño Giraldo, alias 80, el jefe de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra o Los Pachencas, quien fue abatido por la Policía Nacional.

La ceremonia, realizada en el cementerio del corregimiento de Guachaca, igualmente fue realizada con música, sin ningún control y violando todos los protocolos de seguridad establecidos por el Gobierno. Otro caso similar se presentó en Barranquilla, en el mes de mayo.