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| Foto: Archivo SEMANA

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Nueve propuestas para desempantanar los diálogos con el ELN

Mientras se vence el plazo que el presidente Duque dio para tomar una decisión sobre el futuro del proceso de paz con esa guerrilla, el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional le planteó al Gobierno y al ELN una hoja de ruta con "acuerdos parciales de vigencia inmediata" que podrían oxigenar la mesa.

7 de septiembre de 2018

Sin avances significativos, con el gobierno manifestando públicamente sus dudas al tiempo que el ELN hace otra declaración general en la que culpan de todos los males al Estado; se vence el plazo de 30 días que fijó el presidente Iván Duque  para evaluar qué hacer con la mesa de diálogo mientras decenas de colombianos hacen un llamado para que de nuevo se encarrile la discusión en la mesa.

Aunque se creía que tras la intestina discusión que hubo en el 2016 sobre el secuestro, antes de iniciar la fase pública, el tema temporalmente se había dado por superado, no fue así y pese al reiterado compromiso por buscar una salida negociada al conflicto, las noticias que llegan no son las mejores para la salud del proceso.

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Tanto el Gobierno como el ELN están enfrentados en los micrófonos. Mientras que el Gobierno puso la entrega de todos los secuestrados como un inamovible, el jefe del equipo negociador de esa guerrilla le pide al Gobierno que "haga una oferta en vez de solo exigir".

El primero que tomó la palabra horas antes de que se cruce la linea roja que trazó el presidente fue Pablo Beltrán: "Hay una hoja de ruta trazada muy precisa, unos avances y unos puntos de llegada muy precisos", señaló el jefe negociador del ELN, en un comunicado difundido en las redes sociales del movimiento. 

Según dijo: "Esperamos seguir avanzando, reanudar las conversaciones con el Gobierno de Duque y que toda la participación de la sociedad siga siendo protagónica, que toda esta presencia de la comunidad internacional siga siendo muy activa, porque esos son los soportes para que toda esta agenda termine".

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En la otra orilla, el alto comisionado de paz, Miguel Ceballos, aprovechó este jueves para reunirse con el Comité Permanente del Episcopado, conformado por los 13 arzobispos del país, para evaluar el estado de las conversaciones con el ELN. En la Universidad Nacional, mientras tanto, un grupo de acádemicos preocupado por el futuro de la Mesa entregó una propuesta de nueve puntos enfocada en desescalar el conflicto y pactar acuerdos parciales de vigencia inmediata".

"El Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Diálogos de Paz de la Universidad Nacional considera que las condiciones sí están dadas para que el diálogo entre el Gobierno y ELN continúe, haciéndole los ajustes que las nuevas condiciones imponen y que sean acordadas entre las partes. Pero, sobre todo, por el hecho evidente de rechazo cada vez más amplio en la sociedad a la continuación de la guerra y el reclamo de muchos sectores por una paz completa", advierte el grupo de académicos.

Pese a los consensos que ha alcanzado la mesa en casi dos años, para muchos, el cambio de Gobierno, regresó la discusión hasta donde estuvo parada días antes de anunciar el inicio de la fase pública de la negociación en 2016. Esto, sin embargo, no implica que se daba tirar por la borda la agenda y los procesos ya construidos.

"No sería recomendable que se arranque de cero, a partir de borrón y cuenta nueva. Se imponen unos acuerdos que pueden implicar modificaciones y precisiones, sin que se altere su caracter principal ni se desconoca los muchos elementos positivos construidos estos años", advierte el Centro de Pensamiento.

Y es que exactamente como ya lo había vivido el país, el ELN puso el dedo en la llaga y con el secuestro volvió a envenenar la discusión el mesa. “Tanto va el cántaro a la fuente, hasta que al final se rompe”, dice el adagio popular. Falta ver si está vez la reanudación de la discusión tiene otro efecto en la mesa. Y es que hoy, cuando se discute la posibilidad de sacar adelante una mesa de diálogo bajo el amparo de un nuevo gobierno, el gran interrogante es: por lo pronto, ¿dejarán de secuestrar?

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Al flagelo del secuestro le esperan por lo menos tres escenarios: 1) mantener la premisa del Gobierno anterior y aceptar que la práctica puede seguir en marcha dado que la negociación se adelanta en medio del conflicto. 2) Para más tempestades como la que atraviesa la mesa, que sin hacer un anuncio, el ELN opte por suspender la práctica. 3) Que el ELN, aprovechando que la discusión vuelve a estar en la agenda, empiecen a discutir ese tema y terminen en un anuncio de no secuestro. 

Estas son las nueve propuestas:

1. Establecer como objetivo central y explícito del proceso: "sacar la violencia de la política".

2. Reorientar las conversaciones hacia el desescalonamiento gradual del conflicto armado que terminen con el secuestro y la extorsión y permita llegar a un cese bilateral definitivo como punto de llegada y no de partida.

3. Acelerar e intensificar el componente de la participación de la sociedad.

4. Compromisos diáfanos y efectivos frente a la defensa de la vida de los líderes sociales.

5. A partir de la noción de que es posible y deseable firmar y empezar a implementar un acuerdo final con el ELN en los 4 años del actual mandatao presidencial; se debe establecer una calendarización. Que se le dé una señal al país de que el proceso va hacia un puerto. 

6. Establecer el principio de negociación basado en "acuerdos parciales de vigencia inmediata" que permitan que la implementación no esté desfasada del proceso de conversaciones.

7. En cuanto a la participación de la comunidad internaiconal, se debe aprovechar su inmenso potencial de colaboración y todo ajuste o ampliación de la arquitectura actual debe ser el resultado de acuerdos bilaterles.

8. Sería recomendable contemplar, lo más pronto posible, traer la mesa de diálogo a territorio colombiano, con la iglesia como garante, ojalá con el apoyo del Vaticano.

9. Diseñar e implementar un plan de comunicación y pedagogía para la paz desde la mesa de conversaciones a lo largo del proceso.