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Elecciones 2018

“Iván Duque es como un Robín Hood al revés”: Gilberto Tobón Sanín

Este politólogo, quien fue profesor en la Universidad Nacional, se ha hecho célebre en Medellín por sus certeros y oscuros análisis del panorama político del país. En entrevista con SEMANA hace un análisis de lo que puede pasar en los próximos cuatro años.

Maria Andrea Botero
31 de mayo de 2018

Gilberto Tobón Sanín —abogado, filósofo y politólogo de Medellín— se ha vuelto famoso en su jubilación como profesor de la Universidad Nacional, pues sus análisis de la política colombiana, más que desoladores, parecen certeros, atinados. Hace unas semanas pronosticó que los escándalos alrededor del expresidente Álvaro Uribe Vélez no afectarían la votación del candidato Iván Duque. Además, vio desde las elecciones legislativas que el barco de Germán Vargas Lleras se hundía sin remedio. SEMANA habló con el profesor sobre el panorama electoral para la segunda vuelta.

SEMANA: ¿Cuál es el escenario que queda para Colombia después de los resultados del domingo?

Gilberto Tobón Sanín: El ganador en segunda vuelta va a ser Uribe, no Duque. Uribe tiene una personalidad es muy dostoyeskiana; Dostoyevski dijo: “Llamamos justicia a nuestras propias venganzas” y el primero de esa lista de justicias es Juan Manuel Santos, porque es muy fácil hacerlo judicializar, porque fue un pésimo presidente y muy poco ético en el manejo de lo público. La primera prueba es su alfil caído, Roberto Prieto, quien ya está en la cárcel. Entonces lo que se viene es el derrumbe de Santos y se dará muy rápido.

SEMANA: ¿Las maquinarias políticas de Vargas Lleras no funcionaron? ¿Qué va a pasar con ellas en un eventual gobierno del Centro Democrático?

G.T.S.: La clase política tradicional está en peregrinación de rodillas hacia el Ubérrimo y hacía la finca de Rionegro, van a pedir la bendición de Uribe y a pedirle perdón por los equívocos que pudieron haber tenido  a raíz de su apoyo a Santos. Uribe sabrá repartir bendiciones a su haber y entender. Ya comenzaron los deslizamientos, el primero de ellos fue César Gaviria, quien es un taimado y piensa enrocar en el poder a su hijo Simón Gaviria para ponerlo en los alfiles de los presidenciables. El cambio de opinión de Gaviria se explica muy fácil, en su discurso está una máxima de Groucho Marx: “Señoras y señores, estos son mis principios si no les gusta tengo otros”. Por lo tanto, hay uribismo para rato.

SEMANA: ¿Qué pasa con Uribe que ni siquiera los archivos desclasificados de los Estados Unidos lo afectan?

G.T.S.: Uribe es un fenómeno político que se sustenta en la atonía moral y absoluta del pueblo colombiano. A Colombia no le importa que la gente cometa actos de corrupción con tal de que salgan adelante. Eso es parte del inconsciente cultural del país. El caudillismo crea un fanatismo casi religioso: “Lo que diga el jefe eso es”. Un ejemplo es Donald Trump, quien llego a decir: “Si me cogen con la pistola humeante en Manhattan, aun así votarían por mí”. Trump dice y hace atrocidades y no cae. Uribe es una especie de súper héroe, es súper teflón, no se le pega nada. 

SEMANA: ¿Por qué después de 16 años Uribe sigue vigente en la política y otros candidatos patinan?

G.T.S.: La diferencia está en que Uribe sabe aprovechar las coyunturas políticas y engrandecerlas. Por ejemplo, hablemos de Petro, es un político hábil pero es un pésimo administrador y lo demostró en Bogotá. A las personas no hay que juzgarlas por lo que dicen sino por los hechos. Petro causa pánico en las clases medias y la oligarquía del país y la derecha sabe aprovechar eso y engrandecerlo con la propaganda negra del castrochavismo, que les funciona a la perfección.

SEMANA: ¿Duque es un voto de opinión de la derecha?

G.T.S.: El domingo no ganó el clientelismo. Uribe no tiene clientela ni Petro y fueron unas votaciones masivas, esto quiere decir que la gente está cansada del clientelismo. Entonces, Duque si tiene votos de opinión pero de derecha. Colombia es muy derechista.

SEMANA: ¿Qué tanto se parece Uribe a Chávez en buscar quedarse en el poder en cuerpo ajeno?

G.T.S.: El caudillismo se parece mucho entre sí, sea de derecha o de izquierda. Desaparecido el caudillo, desaparece el movimiento. Esa es la característica del caudillismo, porque depende de un líder. Ambos arrastran masas que los siguen irracionalmente. Eso explica la idea de hacer “lo que diga Uribe, el que diga Uribe”.

SEMANA: ¿Entonces Duque sería el títere de Uribe?

G.T.S.: Uno no podría decir hasta donde va hacer caso, pero el mandato de Duque va a ser un gobierno de derecha donde lo más grave que puede pasar es que los acuerdos de paz se destruyan y el país vuelva a entrar en una guerra de décadas, porque la guerra colombiana se alimenta del narcotráfico y Colombia tiene miles de hectáreas sembradas de coca. Entonces creo que Uribe va a gobernar pero con discreción, él no necesita libreto.

SEMANA: ¿Duque se tragó la maquinaria de Vargas Lleras?

G.T: La derecha tiene espíritu de cuerpo, no es como la izquierda que se dispersa y se confronta. Cada senador que tiene la maquinaria ya está negociando con el Centro Democrático diciendo “esta vez sí voy a mover esos votos y qué hay para mí”. Duque se tragó totalmente la maquinaria y eso de que no hay acuerdos burocráticos es mentira. Los acuerdos programáticos son una manera elegante de hacer acuerdos burocráticos. Debajo de la mesa están diciendo “¿qué me toca a mi?”. Yo creo que Uribe vuelve a ganar, él es el dueño del país.

SEMANA: ¿Qué está pasando con los partidos políticos en Colombia?

G.T.S.: El responsable de esa crisis es Uribe con su caudillismo. Primero él hizo parte del liberalismo 30 años y después resulta que no es liberal. Fundó el partido de La U y se fue y vemos en qué está La U hoy, en nada. Luego montó el Centro Democrático y si no le funcionara más puede irse y montar otro, porque el Centro Democrático es él. La crisis de los partidos lo que muestra es que la gente está fatigada de la política tradicional.

SEMANA: Más del 50 por ciento de los electores del domingo expresaron su deseo de querer un nuevo modelo, ¿a qué se debe esto?

G.T.S.: La gente expresó su ansia de cambio, de derrocar a la clase política. Hay una parte del país que se está movilizando y ya sale a votar, por eso hubo menos abstencionismo que en cualquier otra elección.

SEMANA: ¿En esa medida, qué significa Gustavo Petro para el país?

G.T.S.: Petro está desesperado por el poder y prueba de ello es que le ofreció cogobernar a Fajardo. El cambio de idea en las propuestas de Petro hay que tomarlas con beneficio de inventario. En la política las personas no se juzgan por los discursos sino por los hechos. Petro quiere poner un proyecto social-demócrata en Colombia, pero Colombia no es Venezuela y la oligarquía colombiana resistiría por la fuerza esa opción. Yo veo a Petro con posibilidades dentro de cuatro años y dependiendo de cómo maneje las cosas en ese tiempo. Petro es un tipo muy soberbio en su personalidad, tanto como Vargas Lleras.

SEMANA: ¿Cómo se explica que Petro se alce con casi cinco millones de votos?

G.T.S.: Petro montó un discurso sobre las necesidades de la gente: una sociedad más igualitaria y acabar con la corrupción política. Es decir, se montó en la ola que es, en lo que se necesita, y hablando de una manera sencilla con la gente. Petro es un candidato que se puede apalancar mucho en esta realidad, que no tiene solución a corto plazo. Uribe, por su lado, se montó en la ola de la gente desgastada por la violencia. La guerrilla dejó unas heridas gigantescas en el conjunto de la población colombiana porque la guerra se degradó; además, Uribe metió la idea del aumento de salarios bajando impuestos a las empresas, pero eso es mentira porque los salarios no los van a aumentar. Iván Duque es como un Robín Hood al revés, le va a quitar a los pobres para darles a los ricos. Él dice: “Pobres los ricos como están de asfixiados con los impuestos”.

SEMANA: ¿Qué cercanía hay entre lo que representaba Gaitán y Petro?

G.T.S.: Lo primero es que ambos tienen capacidad de comunicación con las masas, se explican fácil, sus discursos no son intelectuales y elevados, pero no tratan al espectador de tonto. Petro hace un inventario de las necesidades de la gente y de eso habla. Lo segundo es que Petro sabe hacer oposición, lo hizo con éxito durante el gobierno de Uribe.

SEMANA: ¿Cómo sería un gobierno de Petro en los próximos cuatro años?

G.T.S.: No lo dejarían gobernar. Primero habría una crisis económica porque los capitales se irían del país. Buena parte de estos capitales serían los especulativos: capital financiero, negocios en bolsa con liquidez muy grande y capacidad de migrar fuera del país. Ocurriría una especie de paro patronal, es decir, se deja fuera de servicio esa maquina financiera. Lo harían por miedo y por asegurar sus intereses. El hecho que Petro diga que no va a expropiar no le da seguridad a la gente. En cuanto a temas de paz, no se desbaratarían los acuerdos y continuaría la mesa con ELN. En cuanto a la no dependencia del petróleo e industrializar el campo, es un tema que requiere de mucho tiempo. El programa de Petro es para mediano y largo plazo, en consecuencia se tendría que quedar gobernando.

SEMANA: ¿Quien puede ganar en los próximos debates, que es lo mismo que decir, en los argumentos?

G.T.S.: Petro es un hombre muy hábil en los debates, él se informa sobre lo último de su opositor, estudia el debate y a su contendor. Siempre pone los puntos sobre las íes, es un gran contradictor. Duque tiene que ser muy hábil para evadirlo, no irse a intercambio de golpes porque lo pueden noquear.

SEMANA: ¿Que candidato le conviene más al país?

G.T.S.: Los dos van a tener la intención de perpetuarse en el poder. Uno porque su programa es a largo plazo y con el otro porque no quiere entregar el poder, es como un niño chiquito que no quiere entregar el juguete. En las elecciones de segunda vuelta será como escoger entre la peste y el cólera.