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"“Tanto Guillermo (Botero), como Carlos (Holmes Trujillo) son amigos míos desde hace años, colegas de gobierno" | Foto: SEMANA

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Francisco Santos pide perdón a Guillermo Botero y Carlos Holmes Trujillo

El acto de contrición del embajador de Estados Unidos parece ponerle punto final a la tormenta desatada por la filtración de su conversación con Claudia Blum. Pero esto no significa que no hayan quedado heridas.

27 de noviembre de 2019

La tormenta que generó la filtración de la conversación entre Francisco Santos y Claudia Blum parece estar llegando a su fin. El embajador en Estados Unidos, después de una conversación franca en la Casa de Nariño, fue ratificado en su cargo por el presidente de la República. Después de ese espaldarazo, el alto funcionario hizo un pronunciamiento que parece ser el punto de cierre de este episodio. “Tanto Guillermo (Botero), como Carlos (Holmes Trujillo) son amigos míos desde hace años, colegas de gobierno. Y quiero, personalmente y de manera muy clara y sin ninguna ambigüedad, pedirles excusas por los comentarios que hice”, dijo Santos. Ese acto de contricción no necesariamente significa que no hayan quedado heridas. Sin embargo, si le da un aire a una situación que habría podido desatar una crisis sin reversa.

En ese escenario, las consecuencias de haber hecho público ese audio tenían dos frentes. El primero, el de los Estados Unidos. En el fondo, muchas cosas de las que habló Santos sobre el país ante el cual representa a Colombia se consideran verdades en las que muchos están de acuerdo. En ese país hay quienes piensan que el Departamento de Estado en la administración Trump está en crisis. El mismo magnate se ha referido en algunas oportunidades a esa idea. La opinión de Francisco Santos sobre la “destrucción” del Departamento de Estado la comparte todo el cuerpo diplomático, incluyendo al embajador de Singapur, quien terminó metido en el baile de la charla. 

Vea el video con la filtración de la conversación entre Pacho Santos y Claudia Blum

A Pacho no es al primer embajador que le pasa un acto de esta naturaleza en la era Trump. El embajador inglés en Washington, sir Kim Darroch, le mandó a su Cancillería el siguiente e-mail: “No creo que esta administración tenga arreglo. Para mí va a seguir siendo igual de disfuncional, impredecible y polarizada internamente”. Y al presidente de Estados Unidos lo describió como “inepto, inseguro e incompetente”. Nadie sabe quién hackeo ese cable diplomático. Pero tan pronto se hizo público, Trump trinó: “El embajador que nos mandó Inglaterra es un estúpido… No lo conozco personalmente, pero me dicen que es un imbécil pomposo. Lo que pasa es que Theresa May no me hizo caso en mis recomendaciones de cómo manejar el ‘brexit’ y lo que hizo ella resultó un desastre. Por eso están así”. 

Otra cosa pasaba en el frente interno, en el que Pacho abrió un frente de críticas con sus propios colegas de gabinete. Por ejemplo, el argumento de que Carlos Holmes no tenía una estrategia definida frente a los Estados Unidos no es exacto. Él se la jugó por ser el aliado  latinoamericano de Donald Trump para tumbar a Maduro. Para ese efecto, a nivel operativo trabajó con John Bolton y con los congresistas halcones de Washington. A esa tarea el canciller se dedicó con cuerpo y alma, y tanto él como Bolton y Trump llegaron a ilusionarse con que los días del dictador venezolano estaban contados. Eso no pasó. Hoy Bolton ha sido destituido, Trump enfrenta un proceso de impeachment, y Maduro está atornillado. Pero ese resultado no significa que no hubiera estrategia. El problema fue que fracasó.

En cuanto a las críticas que intercambiaron Santos y Blum sobre el exministro de Defensa, Guillermo Botero, estas tuvieron algo de injustas. Sobre él Pacho dijo “que no trabajaba”. Botero podía no entender de asuntos militares, hacer declaraciones imprudentes y no haberle ido bien en su cartera, pero que trabajaba, trabajaba. Cuando explotó el escándalo, el propio Francisco Santos aclaró que lo que quiso decir fue que por concentrarse Botero tanto en los problemas de orden público y en la erradicación de las 200.000 hectáreas de coca no le paró bolas a la interlocución con Estados Unidos.

Vea el video con la filtración de la conversación de Pacho Santos

El propio Francisco Santos aclaró que lo que quiso decir fue que por concentrarse Botero tanto en los problemas de orden público y en la erradicación de las 200.000 hectáreas de coca no le paró bolas a la interlocución con Estados Unidos.

El Centro Democrático tiene una línea blanda y una línea dura y no se sabe cuál de las dos habla peor de la otra. Por lo general, ese tipo de conversaciones no se limitan a criticar ministros, sino también al propio presidente. Pacho Santos se salvó de que no le apareciera una frase desobligante sobre su jefe. Porque en ese partido todo el mundo se queja. Los que no tienen puesto hablan mal de los que tienen. Y muchos de los que tienen puesto piensan que las buenas intenciones y la capacidad de trabajo del presidente no han estado acompañadas de realismo político.

En todo caso, aun hechas las aclaraciones sobre la conversación filtrada, la armonía entre los protagonistas colombianos de este episodio de aquí en adelante no se ve fácil. Con Botero no hay problema porque ya salió del gabinete. Pero con Carlos Holmes, que cumple su primera semana como ministro de Defensa, la cosa puede ser más complicada. Para un hombre que busca la candidatura oficial de su partido, ser descrito como “un desastre” es una ofensa mayor. La frase de Pacho, “no hizo nada”, no es menos grave. La única referencia relativamente inofensiva fue la de Claudia Blum de que el canciller estaba dedicado a hacer política. Eso no es un secreto para nadie, y el mismo Carlos Holmes dijo que quiere ser presidente en 2022. Todos los ministros con aspiraciones de llegar a la Casa de Nariño se han dedicado a hacer política, comenzando por Juan Manuel Santos y Germán Vargas.

Todos los ministros con aspiraciones de llegar a la Casa de Nariño se han dedicado a hacer política, comenzando por Juan Manuel Santos y Germán Vargas.

Ante la situación, Carlos Holmes Trujillo, mostrando sus dotes diplomáticas, ocultó su indignación y se limitó a decir que por Pacho no sentía sino aprecio y respeto. Lo que quedó claro con la ratificación de Santos y de Blum en el cargo es que el presidente Duque consideró sus frases un pecado venial y no un pecado mortal. Por eso en pleno día del paro la confirmó en su cargo para acabar con cualquier especulación.

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La pieza que le falta a todo este rompecabezas es quién hizo la grabación. Gran parte de las especulaciones de estos días han girado alrededor de ese interrogante. Se ha dicho que pueden haber sido los gringos, los cubanos y hasta los rusos. Ninguna de estas interpretaciones es muy convincente. De ser verdad la versión de Pacho de que él y Claudia Blum estaban solos en el reservado del hotel Mandarin Oriental de Washington, sería falsa la de Publimetro de que se trató de un tercero en la mesa de al lado. Como la escogencia del recinto por parte del embajador de Colombia fue de último minuto, se descarta la posibilidad de micrófonos en el lugar, pues nadie sabía que algo iba a pasar ahí. Eso deja como opción tecnológica que el celular de Pacho Santos o el de Claudia Blum estuvieran intervenidos para convertirse en grabadoras. Eso hoy es posible y no se requiere que el teléfono esté prendido. Un móvil apagado encima de una mesa puede registrar lo que dice la gente sentada en ella.  Aunque lo más posible es que nunca se va a saber, este episodio ya tiene elementos para un guion de espionaje. 

Si quiere ver el programa de Vicky Dávila sobre el escándalo político por las grabaciones de Pacho Santos: