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Las imágenes de la avalancha mostraron la gravedad de una emergencia que es atendida por las autoridades nacionales. | Foto: Juan Pablo Otálvaro

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Una emergencia que no da espera: ¿Qué viene para Mocoa?

Las alarmas se encendieron en el municipio del Putumayo el pasado domingo por las fuertes lluvias que dejaron cerca de 2.000 personas damnificadas. Aunque no hubo víctimas mortales, el gobierno activó varias medidas para atender la emergencia.

13 de agosto de 2018

Este domingo, las lluvias irrumpieron con fuerza en Mocoa. Las inundaciones que dejaron afectadas viviendas, centros educativos y la mayoría de vías recordaron la tragedia vivida hace poco más de un año.

El presidente Iván Duque, envió  a los ministros de Vivienda, Jonathan Malagón; al ministro de Ambiente; al director de la Oficina de Atención y Prevención de Desastres, Eduardo José González, y a funcionarios de la Red Unidos para que se desplazaran hasta Mocoa y atendieran las afectaciones que sufrieron más de 150 familias.

Foto: Juan Pablo Otálvaro

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En la madrugada de este domingo más de 20.000 personas tuvieron que ser evacuadas debido a fuerte aguacero que se ensañó sobre la región y afectó el nivel de varios ríos. Mocoa, hasta ahora se reponía de los estragos causados en marzo del año pasado cuando una trágica avalancha dejó 335 muertos y 400 heridos.

Esta tarde, Duque entregó un balance de lo que lo que ocurrió en esa población. Después de una conferencia con el comité, el presidente anunció que después de que se tomaron las medidas de atención, se restableció el servicio de agua en casi un 70 por ciento y se espera que mañana el servicio haya regresado a la normalidad en su totalidad.

Foto: Juan Pablo Otálvaro

Por el momento, el suministro de agua potable se realizará a través de carro tanques hasta el jueves, cuando se normalice el servicio en otros cuatro municipios afectados por las condiciones climáticas de la ola invernal. El comité designado por el presidente realizó además un censo para establecer el número de personas damnificadas por la emergencia. 

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"Podemos decir que para el día de hoy, un 100 por ciento de las casi 169 familias afectadas van a tener asistencia humanitaria básica, alimentación y un kit de provisión", aseguró el mandatario en una declaración a los medios de comunicación. Según Duque, a mediano plazo se espera trabajar en medidas de prevención.

Foto: Juan Pablo Otálvaro

La alerta no cesa

Sin embargo, las afectaciones que ha sufrido el municipio desde el 2017 no dejan de ser una preocupación. Aunque la emergencia se detectó a tiempo y hubo un sistema de alertas tempranas, que impidió que el pueblo volviera a vivir una tragedia mayor, el aumento del nivel de los ríos Mulato, Sangoyaco y Mocoa, no es un asunto menor. 

De acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo del Desastre, cinco barrios y tres veredas resultaron afectadas por las inundaciones. Además, se presentó el colapso de un puente peatonal, dos más tienen afectaciones en los muros y 50 viviendas se vieron afectadas. 

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Según la entidad, "en estos momentos el nivel del río Sangoyaco ha disminuido y se encuentra en nivel seguro. Por su parte, el río Mulato se mantiene en nivel amarillo a pesar de presentar disminución en su cauce". Sin embargo, la evaluación de los daños no es suficiente para determinar la urgencia del municipio. 

Foto: Juan Pablo Otálvaro

Varias de las viviendas y las estructuras que resultaron afectadas, habían sido reconstruidas después de la avalancha del 2017. Y muchas de las familias que lo habían perdido todo, quedaron otra vez en condiciones vulnerables. Además, más del 80 por ciento del municipio se encuentra en riesgo, por eso, ante la amenaza de posibles inundaciones, la mayoría de los habitantes deben trasladarse a los lugares establecidos por las autoridades como zonas seguras. 

Mocoa es víctima de la inclemencia climática, pero también lo es de las medidas que en muchas ocasiones no llegan a tiempo. Aunque el gobierno aseguró que en dos meses se iniciará un proceso para estudiar las posibilidades de reubicar el lugar, las las autoridades locales exigen soluciones urgentes que le permitan al pueblo seguir levantando cabeza.