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Humberto de la Calle

LA ENTREVISTA

“Al Gobierno le ha faltado empatía en las marchas”: Humberto de la Calle

El ex jefe negociador piensa que al Gobierno le ha hecho falta empatía con los jóvenes para desenredar las marchas, aunque al mismo tiempo reconoce que parte de la agenda del autodenominado Comité del Paro tiene similitudes con la plataforma política del ELN.

Luis Carlos Vélez
21 de diciembre de 2019

Luis Carlos Vélez: ¿Cómo ve el paro?

Humberto De la Calle: Ahí hay muchos ingredientes. Algunos son agenda sindical obvia que el Gobierno debería negociar de frente y otros una cosa más difusa de juventud. Hay que reconocer que al equivocado diagnóstico del Gobierno ahora se suma una multiplicidad de peticiones nuevas, muchas de ellas imposibles de resolver en una mesa de negociación. Hay una sospecha de que esto puede diluirse, que ese es el juego del Gobierno, y que sectores extremistas van a terminar haciéndole el favor al presidente a base de la proliferación de propuestas.

L.C.V.: ¿Qué tal le pareció el nuevo pliego del Comité del Paro con más de 100 puntos?

H.D.L.C.: Es una exageración. Unos válidos, otros no, pero eso lo que termina es desvertebrando los ejes principales de la protesta que era una acción sindical de las centrales obreras y de los maestros, y una cosa juvenil que a mí me parece que no tiene antecedentes. Es comprensible que un Gobierno no puede responder a eso en ocho días, pero lo que sí le ha faltado es empatía y un deseo de comprender las inquietudes.

L.C.V.: Algunas de las peticiones del comité fueron negadas en el acuerdo de paz, ¿qué significa que se estén reencauchando?

H.D.L.C.: Eso lo que demuestra es que ahí están ingresando otras fuerzas, algunas bastante más radicales y no sabemos con qué propósito, con cosas descartadas que reviven. Dijéramos: es una dispersión que lo que va a terminar es diluyendo los propósitos de la marcha.

L.C.V.: ¿Con fuerzas radicales se refiere al ELN?, ¿se puede ver de alguna forma una mano política de esa guerrilla?

H.D.L.C.: Es posible. Hay algunos rumores de que el ELN y sus organizaciones civiles, ante la dificultad de una mesa de negociación, puedan derivar una serie de peticiones aprovechando las circunstancias del paro. Eso me parece una mala decisión al igual que no haber aceptado una tregua navideña. Por esto, realmente puede llegar un momento en el que las marchas se vuelvan extraordinariamente impopulares.

L.C.V.: ¿Este autodenominado Comité del Paro representa a la mayoría de los jóvenes que se manifestaron de forma pacífica?

H.D.L.C.: Los representa en cuanto que recoge una insatisfacción general, pero no necesariamente punto por punto. Un fenómeno espontáneo como el de las cacerolas en los barrios de Bogotá no puede ser representado por una organización meramente sindical. El Gobierno debió haber diferenciado el paro, siempre entendiendo que hay una muy profunda insatisfacción de buena parte de los colombianos.

L.C.V.: ¿Cómo ha manejado el paro el Gobierno?

H.D.L.C.: Yo creo que muy mal por el diagnóstico. La visión ha sido absolutamente enconchada. Por ejemplo, hay que condenar los ataques a la fuerza pública, pero también hay que reconocer que el Esmad ha cometido abusos. Yo no entiendo cómo el Gobierno frente a la Ocde aceptó reestructurar el Esmad, pero cuando vienen unos jóvenes y se lo piden se enconcha y se cierra. Hasta Piñera aceptó que había que reestructurar el cuerpo antidisturbios de Chile.

L.C.V.: Usted encabezó el proceso de paz, la negociación más dura que ha tenido el Estado colombiano, ¿cómo destrabaría esta situación?

H.D.L.C.: Frente a las agendas concretas de clásico corte sindical hay que sentarse a negociar y negociar de verdad. La palabra no es conversar, sino negociar. Y frente a las inquietudes juveniles, hay temas que no pueden ser resueltos de la noche a la mañana, pero por lo menos uno sí tiene el deber como gobernante y como presidente joven, de tratar de sintonizarse con una situación que es muy desesperada. Yo veo una desesperanza de la juventud en un fenómeno mundial.

L.C.V.: ¿Utilizar la palabra negociar no significa para el Gobierno claudicar y mostrarse débil?

H.D.L.C.: Ese es el punto. Ahí hay una resistencia y un negacionismo. Lo que hay que hacer es negociar sin vergüenza porque esta situación de inconformidad generalizada puede continuar y llevarnos a un estallido social muy preocupante.

L.C.V.: ¿Negociar con el Comité del Paro sí tiene sentido si nadie los eligió?

H.D.L.C.: Eso es negar la organización de la sociedad, uno de cuyos elementos ha sido la actividad sindical que es legítima y totalmente reconocida.

L.C.V.: ¿Cómo le ha ido al Gobierno con la implementación del acuerdo de paz?

H.D.L.C.: Hay que reconocer la gestión del doctor Archila. Me parece que los temas de reincorporación van bien, con dificultades fiscales, pero en la línea correcta. Mi preocupación es que el acuerdo no es solo una visión militar en donde unos señores dejaron las armas, para reincorporarse. El acuerdo es más una hoja de ruta para Colombia. Lo que se hizo en La Habana fue generar una ruta a través de comisiones de expertos para que todas las fuerzas políticas discutieran. Allá no entregamos la democracia en manos de unos terroristas. Pero todas las recomendaciones se han ido diluyendo.

L.C.V.: Pero Dr. De la Calle, este es el Gobierno del candidato del partido que rechazó los acuerdos en el plebiscito. ¿No está haciendo el presidente lo que le corresponde?

H.D.L.C.: El presidente es un presidente legítimo. Aquí nadie hablado de tumbar al presidente a excepción de Fernando Londoño. Ahora, como presidente legítimo puede tomar el camino de decir: yo voy a modificar los acuerdos, que fue lo que nos prometió en campaña. El presidente no está engañando en ese sentido. A lo que sí no puede jugar es a la retórica de la construcción de una paz ficticia o una paz vergonzante. Es como si a veces el Gobierno se moviera hacia la paz, pero después se arrepiente y le da vergüenza.

L.C.V.: ¿Qué tal le pareció la investigación de SEMANA sobre el cementerio de Dabeiba, es realmente el Cementerio del terror?

H.D.L.C.: En esto hay que ser muy institucional. Hay supuestamente una concentración de cadáveres y puede ser que no todos provengan de los llamados falsos positivos, pero lo que no se puede aceptar es que se trate de tapar la realidad de los falsos positivos cuando todos sabemos que existieron centenas de civiles muertos. El doctor Alfredo Rangel dijo que esto demuestra que la JEP quiere perjudicar al Ejército. Quienes perjudicaron al Ejército fueron los que violaron las normas para conseguir ventajas. Aquí vamos a contarnos todas las verdades, tampoco se deben tapar las atrocidades de las Farc. Precisamente la justicia transicional se basa como esencia en el reconocimiento de todas las responsabilidades.

L.C.V.: ¿Este Gobierno esconde falsos positivos?

H.D.L.C.: No, esto viene del pasado. Aún cuando ha habido equivocaciones, que no creo que sean sistemáticas. Ahora, el anterior ministro de Defensa se precipitó a dar declaraciones sobre hechos que la realidad luego demostró que eran distintos, pero no creo que haya una acción sistemática de falsos positivos.

L.C.V.: ¿Este Gobierno es culpable de la muerte de líderes sociales?

H.D.L.C.: No podemos ser injustos con el presidente Duque. La muerte de líderes sociales es un fenómeno viejo que había declinado y que renació. Pero decir que esto viene de atrás no soslaya la responsabilidad del Gobierno que es quien tiene que enfrentar la situación. Hay una multiplicidad de acciones contra los líderes sociales que muestran cierto grado de organicidad. Existe un enjambre de acciones y aun cuando no han sido gestadas por el Gobierno, tiene la responsabilidad de controlar la situación. Lo que sí es nuevo y es grave, es la muerte de desmovilizados de las Farc, porque ahí hay unos enormes compromisos.

L.C.V.: ¿A quién ve en las elecciones de 2022?

H.D.L.C.: Hay una coalición de centro-izquierda que no puede caer en los radicalismos de izquierda, pero tampoco en los populismos de la derecha. El centro es la solución, siempre y cuando cuente con matices de izquierda y persistiendo en la defensa de los acuerdos de paz. Eso en la práctica puede significar una consulta en marzo de todos esos sectores para escoger un candidato.

L.C.V.: ¿Ese sería Fajardo?

H.D.L.C.: Es el que más votos ha tenido en su historia electoral, pero no creo que vaya a ser el ungido. Habrá una multiplicidad de candidatos.

L.C.V.: ¿Nos hubiera ido mejor con Petro?

H.D.L.C.: No creo que esa fuera la solución.

L.C.V.: ¿Nos hubiera ido mejor con Fajardo?

H.D.L.C.: Probablemente sí porque creo que habría tenido más empatía con este tipo de situaciones.

L.C.V.: Volviendo a las marchas, algunos dicen que esto se soluciona tumbando al presidente. ¿Hay que tumbar a Duque?

H.D.L.C.: No creo que les vaya mejor con Marta Lucía.