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Pedro Freire fundó la firma de comercio electrónico Linio y dice que la convertirá en el Amazon latinoamericano. A la derecha, Andrés Gutiérrez y Juan Salcedo, fundadores de Tappsi. | Foto: Guillermo Torres

ECONOMÍA

Los empresarios de la web colombiana

SEMANA habló con los fundadores de firmas digitales y encontró que, aunque todavía queda camino, ya hay ideas que transformarán la forma de hacer negocios.

10 de enero de 2015

Cuando la empresa de comercio electrónico Linio comenzó a operar en Colombia en abril de 2012, solo cinco personas, que solían reunirse en una pequeña sala en el norte de Bogotá, conformaban su equipo de trabajo. Hoy, casi tres años después, la firma opera en una confortable sede de cuatro pisos, tiene más de 600 empleados en nueve dependencias y ya piensa mudarse a instalaciones más amplias, pues, según su cofundador Pedro Freire, el actual edificio les está “quedando pequeño”.
 
Linio es ejemplo de algunas empresas en Colombia que han comenzado a entender no solo cómo adaptarse a la dinámica digital, sino también a innovar el modelo de negocio para usar a su favor las redes sociales y las costumbres de un mundo interconectado. Lo que Freire y su equipo hacen pertenece a una tendencia mundial que lleva varios años revolucionando la cultura del mercado. Las redes han acortado la distancia entre los comerciantes y sus clientes, pues han puesto en un segundo plano el rol de muchos intermediarios y han beneficiado de manera decisiva al comprador: ponen a disposición prácticamente cualquier producto, lo hacen más barato y agilizan su entrega.

Esta tendencia permite concluir que internet y las redes sociales han empezado a tomarse el mercado. Las cifras son contundentes. El comercio electrónico, conocido por expertos como ‘E-commerce’, generó en 2014 ventas por 1,5 billones de dólares a nivel mundial, y para 2015 se proyectan ventas de 1,7 billones. Colombia todavía es un pichón en el tema, pues al país aún le falta mucho para alcanzar las grandes ligas. Pero la buena noticia es que ya hay cientos de iniciativas y que algunas han empezado a recoger frutos.

En Colombia existe desde 2008 una Cámara de Comercio Electrónico, cuya misión es “educar, divulgar y promover el desarrollo y expansión del comercio electrónico y sus servicios asociados”. Bernardo Vanegas, cofundador y miembro del consejo directivo de la entidad, le contó a SEMANA que comenzar fue difícil y que la gente apenas se vino a interesar en el tema en 2011. Ese año, la Cámara tenía solo 20 afiliados. Sus fundadores tocaban todas las puertas posibles para encontrar aliados, pues sabían que las semillas que dejaban algún día iban a florecer. Y así fue. La Cámara terminó 2014 con 300 afiliados y aspira a llegar en 2015 a los 450. Basado en estos resultados, Vanegas no teme apuntar muy arriba y quiere ubicar a Colombia en el top 3 de los países más activos en ‘E-commerce’ en América Latina.

La Cámara ha llevado a cabo algunos estudios que permiten entender cómo se ha desarrollado el mercado online en Colombia en los últimos años. En 2013, las empresas más consolidadas generaron 700 millones de dólares en ventas. En 2014, llegaron a los 1.000 millones. En la actualidad, la edad promedio de un comprador digital varía entre 25 y 35 años, y el 85 por ciento de quienes mercan en internet pertenecen a los estratos 5 y 6. Las industrias de dispositivos electrónicos, de moda y de turismo son las que más venden.

A Pedro Freire no le tiembla la voz cuando dice que quiere convertir a Linio en la versión latinoamericana de Amazon. Su proyecto, respaldado por el grupo Santo Domingo, tiene aproximadamente 3 millones de seguidores y ofrece en la red más de 150.000 productos de 200 categorías diferentes. Además, ya llega a todos los rincones de Colombia.

Ese tipo de esfuerzos caracterizan el espíritu de una empresa digital, la cual, en el fondo, es un emprendimiento. En inglés, muchos la llaman incluso “aventuras digitales”. Una de las más exitosas del país es la filial de una firma brasilera, que llegó a Colombia hace tres años. Se llama Dafiti y vende zapatos, camisas, pantalones y otros artículos de moda por internet. Se ha caracterizado por usar redes sociales como Facebook e Instagram para interactuar con sus clientes, conocer sus gustos y acelerar procesos de devolución o cambio. Sebastián Jordana, su gerente general para Colombia, le dijo a SEMANA que Dafiti ofrece más de 20.000 productos de 350 marcas y ha llegado a 900 poblaciones del país. Varias empresas tradicionales como Grupo Éxito, Falabella, Juan Valdez, Homecenter, Viva Colombia, LAN y Avianca, entre otras, han comenzado a adaptarse al mundo digital y a usar las redes sociales con éxito.

La revolución de las ‘apps’

El mundo digital no solo viene dejando su huella en la compra y venta de artículos, sino que también ha transformado el mercado de los servicios. Antes de que Steve Jobs diseñara los teléfonos inteligentes y las llamadas ‘apps’ que hoy todo el mundo conoce, muchos colombianos se quejaban permanentemente de los dolores de cabeza y los costos que les producía reservar un cuarto en un hotel, esperar un taxi o pedir un domicilio. Las nuevas tecnologías han eliminado buena parte de los problemas de antaño. Hoy basta hacer un barrido con un dedo sobre la pantalla de un dispositivo móvil para obtener, sin costos adicionales, esos servicios.

Unos de los pioneros en este terreno en Colombia son Juan Salcedo y Andrés Gutiérrez, quienes implementaron en Bogotá un servicio tecnológico que estaba teniendo éxito en varias ciudades del mundo. En 2012 fundaron la empresa Tappsi para conectar, mediante un sistema de ubicación geográfica, a la mayor cantidad posible de taxistas directamente con la gente que busca un servicio. Hoy, Tappsi transporta a más de un millón de personas, tiene 80 empleados y está presente en 13 ciudades. Una empresa que ofrece el mismo servicio es Easy Taxi, fundada en 2012 por Sebastián Salazar, quien le contó a SEMANA que ya está en 20 ciudades y proyecta abarcar 6 millones de usuarios en 2015.

Otro sector que vivió un importante giro es el de los domicilios. Miguel McAllister, un joven programador de 28 años, es el responsable de esto. En 2012, él y un grupo de amigos decidieron que querían cambiar la forma como se prestan esos servicios en Colombia. Crearon ClickDelivery, una empresa que diseña y administra ‘apps’ que le permiten a la gente saber en un instante y desde el teléfono móvil qué restaurantes están cerca, qué pueden pedir, hacer el pago en línea y recibir la orden en poco tiempo. Arrancaron con la aplicación DomiciliosBogota, y hoy están no solo en las principales ciudades del país, sino también en Ecuador, Perú y Argentina. Tienen 350.000 usuarios y, según le contó McAllister a SEMANA, generan 3,5 millones de dólares en ventas.

La revolución digital va por buen camino en el comercio y los servicios en Colombia. Y ese logro se debe, en parte, gracias a los esfuerzos del Ministerio de las TIC y su iniciativa Apps.co, que han incentivado la creación y el crecimiento de emprendimientos como, por ejemplo, Tappsi. Sin embargo, todavía quedan desafíos. La cobertura de internet debe mejorar, y las formas y costumbres de pago aún no permiten enlazar a una mayor clientela. Los problemas que ha enfrentado la aplicación Uber con las autoridades de transporte, reflejan el desafío de una normatividad atrasada con respecto a esos avances tecnológicos. Además, los emprendedores insisten en que es necesario definir una legislación más clara para el comercio electrónico y llegar a un público más variado en diferentes regiones del país.