Home

Nación

Artículo

En un enfrentamiento con hombres de la Dijín que descubrieron su paradero murió alias Gallero. | Foto: Dijín

CRIMEN

Murió el jefe de la Constru, la despiadada banda criminal del sur del país

En un enfrentamiento con hombres de la Dijín que descubrieron su paradero, murió alias Gallero, la cabeza de ese grupo reconocido por sus macabros métodos criminales.

3 de septiembre de 2018

La Constru es reconocida por las autoridades como una de las bandas criminales más importantes del sur del país. Esa organización, dedicada principalmente al narcotráfico, lleva a cabo sus negocios junto con despiadados métodos que incluyen torturas y hasta desmembramientos, además de extorsiones, desapariciones forzadas y homicidios selectivos, entre otros ilícitos.

Hasta la vereda San Cayetano, en Putumayo, su centro de operaciones, llegó una unidad de la Dijín de la Policía que le estaba siguiendo los pasos a alias Gallero, el jefe máximo de la estructura. El hombre no se rindió ante el operativo, y terminó muerto en medio del cruce de disparos con los policías. Dos supuestos integrantes más de la Constru fueron capturados en el mismo lugar. Una de ellos sería su compañera sentimental.

Según las investigaciones de las autoridades, Gallero llevaba 7 años dentro de esa organización, en los que había ascendido de jefe de un brazo armado de La Constru, en la jurisdicción de Puerto Caicedo, hasta ser el líder máximo de la organización que surgió como heredera de los grupos paramilitares, tras su desmovilización.

Puede leer: El despiadado proceder de una banda criminal

Gallero tenía bajo su mando al menos unos 60 hombres que facturaban cerca de 10.000 millones de pesos cada mes, producto del crimen. Por eso, tenía órdenes de captura por los delitos de tráfico de drogas y armas, extorsión y concierto para delinquir. Su grupo tenía influencia en el Putumayo, principalmente, pero también se extendía a Nariño, Cauca, Caquetá e incluso a Ecuador y México.

La Constru, pese a ser un grupo residual de los paramilitares, llegó a mantener relaciones con varios de los extintos bloques de las Farc, con los que negociaba la droga. Esa estructura se hizo reconocida por lo sanguinario de sus métodos. Hay múltiples relatos de torturas y desmembramientos de sus víctimas y enemigos.