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El llamado de Uribe está dirigido al expresidente César Gaviria, jefe único del Partido Liberal, como al exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical. | Foto: Fotomontaje SEMANA

POLÍTICA

Objeciones a la JEP: ¿es viable el acuerdo político que propone Uribe?

Convencer al Partido Liberal y a Cambio Radical de que apoyen al menos dos objeciones a la ley estatutaria de la JEP no es tarea fácil. Existe la ley de bancadas, tienen la palabra empeñada y el ambiente está crispado. Este es el panorama.

29 de abril de 2019

En la pasada plenaria del Senado tanto la oposición como el Centro Democrático decidieron recurrir a las cartas más poderosas que tenían a su alcance. Por un lado, los primeros usaron el Estatuto de Oposición que les daba la posibilidad de determinar el orden del día, para pedir que la votación de las objeciones a la ley estatutaria de la JEP fuera el único punto del día, y así agilizar la votación que estaba empantanada (lograron que este lunes se lleve a cabo). Por el lado del uribismo, fue el propio expresidente Álvaro Uribe quien tomó la batuta y propuso un acuerdo político para intentar frenar una derrota en el Senado.

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Uribe pidió públicamente un acuerdo “con las mayorías” para por lo menos salvar dos objeciones: “La objeción que tiene que ver con la extradición y la que tiene que ver con el riesgo de que personas ajenas (terceros) sean involucradas en este proceso”. En este último punto, el fiscal Néstor Humberto Martínez también expresó sus preocupaciones. El viernes pasado, aseguró que "por la vía de la ley estatutaria, cualquier tercero podrá concurrir a la JEP a contar su verdad. Y por eso quedaría sustraído de la extradición".

La estrategia del uribismo para poder voltear las mayorías en el Senado está en Cambio Radical, el Partido Liberal y La U, que sumados podrían dar un vuelco total a la ecuación. Pero esto no será nada fácil. Estos tres partidos tienen en común la orden de votar en bancadas. Por tanto, aunque hay algunos congresistas que están de acuerdo con el Gobierno, la disciplina de bancadas los frena. Tanto así, que el senador José David Name decidió renunciar a la subcomisión que estudiaba las objeciones para no faltar a dicha ley, ya que no había firmado el informe en contra de las objeciones y quería firmar el que estaba a favor.

Entonces, quedaría otro camino, que los partidos internamente decidieran votar a favor de las objeciones -al menos las dos que plantea Uribe-. Pero esta decisión sería bastante arriesgada, porque los tres partidos empeñaron su palabra y acogieron la bandera de la defensa de la JEP como sinónimo de defensa del proceso de paz. Una voltereta de esta naturaleza los dejaría mal parados, sobre todo porque en estos últimos días no se han presentado cambios sustanciales alrededor de la discusión de las objeciones.

En este escenario se entendería que los jefes de los partidos hicieron un acuerdo político con Uribe. Fue la senadora Paloma Valencia quien hizo el llamado tanto al expresidente César Gaviria, jefe único del Partido Liberal, como al exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical.

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Paloma Valencia llamó a Gaviria para tratar de convencerlo de cambiar de parecer, sin embargo, el expresidente no habría dado su brazo a torcer, pues él mismo consultó a las altas cortes para ver si efectivamente el uribismo tenía o no la razón en que en la ley estatutaria se estaba acabando con la extradición. “El Partido Liberal continúa firme con la paz y no modificará su negativa a esas objeciones que podrían afectar los acuerdos de paz “, afirmó el expresidente Gaviria.

Por el lado de Vargas Lleras tampoco la tienen fácil. El exvicepresidente ha plantado postura desde sus columnas, se ha convertido en un crítico asiduo del Gobierno, e incluso denunció que estaban ofreciendo mermelada para intentar voltear votaciones. Además, Germán Varón Cotrino, un senador muy cercano a Vargas, asegura que se mantienen en su postura.

A esto hay que sumarle que la fuerte pelea entre Álvaro Uribe y Gustavo Petro durante la plenaria de Senado crispó los ánimos. El expresidente llamó en tres oportunidades “sicario” a Petro.

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Esto sucedió justo después de que Uribe convocara a un “diálogo” alrededor de las objeciones. No pocas voces, de parte y parte, han cuestionado este propósito después de que subiera el tono del debate. La deliberación se alargó durante cuatro horas y poco o nada quedó de fondo sobre las objeciones, la discusión entre los dos líderes antagónicos opacó el tema de fondo.

Uribe había hablado de ambas objeciones. La primera tiene que ver con una norma de la ley estatutaria que establece que "la Sala de Amnistía e Indulto podrá excepcionalmente estudiar e incorporar los nombres de las personas que por motivos de fuerza mayor no fueron incluidos en el listado de acreditados por el Gobierno nacional”. En sus objeciones, Duque no solo se refiere al artículo concreto, sino a la interpretación que hizo la Corte Constitucional del mismo.

Los magistrados consideran que quitarle este poder a la JEP puede resultar problemático teniendo en cuenta que le impide ejercer su competencia frente a personas que no tengan el visto bueno del alto comisionado, incluso, si se trataba de excombatientes de las Farc que suscribieron el acuerdo y que cumplieron con las condiciones de acceso. El alto tribunal considera que de este modo se podría desconocer la competencia "prevalente y exclusiva" que tiene la JEP sobre estas personas.

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Para Duque,"la falta de certeza en el ejercicio de dicha competencia resulta particularmente inconveniente desde el punto de vista político, si se tiene en cuenta que la facultad para negociar y suscribir acuerdos de paz radica exclusivamente en cabeza del presidente". También asegura que queda un vacío legal en la función atribuida a la Oficina del Alto Comisionado, ya que establece una indeterminación a la hora de definir las razones políticas y fácticas que se deben considerar a efectos de decidir sobre las personas que son destinatarias de beneficios administrativos y judiciales.

La segunda objeción tiene que ver con la extradición."Insistimos en un acuerdo de mayorías en el Senado para aprobar la objeción que evite anular la extradición y la que precave la aparición de colados", dijo el exmandatario. Esta objeción está en el corazón del malestar del uribismo con los acuerdos de paz. Para ellos, no está bien que se puedan practicar pruebas en el trámite llevado por la JEP.

SEMANA le consultó a distintos senadores qué tan viable les parece el pacto político que propone Uribe. Estas son sus posturas:

Roy Barreras (La U):

"Aceptar dos objeciones, que son dos heridas mortales al proceso de paz, es imposible. Lo primero es entregarle al comisionado Ceballos, claramente hostil a la paz, la posibilidad de que él en su escritorio excluya a quien quiera y traicione a todos los desmovilizados. Y lo segundo es aceptar que los agentes del Estado, militares y terceros financiadores del paramilitarismo no tengan que decir la verdad a favor de las víctimas y los extraditen. Eso por supuesto tampoco es aceptable por que es extraditar la verdad. Así que un acuerdo para negarle la verdad a las víctimas es imposible".

Jonatan Tamayo (ASI):

"Tratemos de buscar un consenso entre las bancadas, así como ahora lo propone el senador Uribe. El afán que tuvieron algunos senadores por radicar un informe, es lo que demuestra que tienen es un afán más político en contra del Gobierno nacional que un verdadero querer por la paz del país. Este es un tema de trascendental importancia que conlleva un trabajo y análisis pausado, y conscientes de que están de por medio todos los sectores del conflicto armado,debemos ser responsables en no pisotear nuestra justicia ordinaria, ni violar acuerdos internacionales como en el caso de la extradición".

Germán Varón (Cambio Radical):

"Para mí como senador de Cambio Radical es evidente que los argumentos jurídicos que se expusieron siguen vigentes y no ha habido ningún hecho que cambie esas argumentaciones. Por lo tanto persistimos en acompañar la negativa a las objeciones que el Gobierno presentó a la ley estatutaria de la JEP".

Paloma Valencia (Centro Democrático):

“Yo creo que aquí hay un tema de fondo señor presidente, y es pedirle al presidente Gaviria que ha sido un emblema de la lucha contra el narcotráfico en este país, que vuelva a reunir al Partido Liberal que ha sido un partido que ha defendido este país y a las instituciones del narcotráfico, para que digan no a los micos del narcotráfico; pedirle al doctor Vargas Lleras que ha sido un hombre férreo y de carácter, que nadie duda de su lealtad con la patria, que reúna su partido Cambio Radical y que no le voten los micos a los mafiosos de este país”. (Intervención de la senadora en la plenaria del Senado)

Antonio Sanguino (Alianza Verde):

"La propuesta de un pacto nacional alrededor de dos de las objeciones de la ley estatutaria de la JEP hecha por el senador Álvaro Uribe Vélez es, por un lado mentirosa, porque se hace al mismo tiempo que él y el uribismo desatan toda una andanada de ofensas, de descalificaciones, de ataques y de estigmatizaciones a los sectores de oposición e incluso a los sectores independientes en el Congreso. Es mentirosa, además, porque a ese pacto no se convoca al partido de las Farc que es la contraparte del Estado colombiano en los acuerdos de paz. No puede haber un acuerdo unilateral. Cualquier ajuste debe ser el resultado de un pacto con la antigua guerrilla. Pero además es una propuesta peligrosa porque los dos puntos sobre los cuales están proponiendo el pacto nacional atacan la médula de la JEP. La búsqueda de la verdad es un derecho de las víctimas y es la condición más poderosa para la no repetición de los hechos de violencia. 

Finalmente, es una propuesta inoportuna porque las objeciones a la ley estatutaria no son el escenario para un acuerdo nacional que ajuste asuntos que merezcan ser precisados entre el Gobierno y las Farc. Lo que procede es negar las objeciones y después ver si es posible realizar acuerdos posteriores que no pongan en riesgo la paz".