Luz artificial y dormir
La luz artificial puede afectar a la salud antes de descansar o toma runa siesta. | Foto: Montaje: Getty Images

Vida Moderna

Consecuencias para el cuerpo de dormir con la luz o el TV encendidos

Con una sustanciosa muestra de población, una pareja de investigadores lograron determinar los principales causales en la salud que produce la luz artificial al dormir.

18 de febrero de 2022

Dormir es una acción necesaria que el organismo pide para adquirir energía y funcionar de la mejor manera posible en el transcurso del día. Por lo general, en la noche, al momento de tomar un plácido descanso, las personas suelen ver la televisión, en muchos casos, mantienen la luz prendida, pues factores como el miedo a la oscuridad hacen que haya la presencia luminosa.

Cada persona tiene una forma favorita para dormir. Sin embargo, no todas las prácticas son beneficiosas y un grupo de estudio de Carolina del Norte, en Estados Unidos, dice que dormir con la televisión o luz encendida puede ser un causal de aumento de peso.

De acuerdo con la investigación de Dale Sandler y Yong-Moon Mark Park, del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud y el Medio Ambiente de Carolina del Norte, la luz artificial que se emite en el cuarto o espacio donde se toma una siesta no es la más óptima para el cuerpo.

Para llegar a este tipo de conclusiones, la dupla de investigadores tomaron una muestra de población donde 44 mil mujeres participaron. Cada una de ellas, quienes tenían entre los 34 y 74 años de edad, dieron a conocer la cantidad de luz a la que se exponen, antes de cerrar los ojos cada noche para descansar.

Todo indica que, según los análisis, las mujeres que dormían con la luz de la tv o una bombilla encendida tienen un 22 % de probabilidades de aumento de peso. Por otro lado, el estudio que se publicó en la revista internacional de medicina interna JAMA, consigna que más del 30 % de las personas que se acuestan con la presencia de luminosidad artificial pueden sufrir de obesidad a mediano o largo plazo, según el nivel de salud que presenten.

La obesidad es una afección mundial que las personas suelen sufriri por malos hábitos, foto: Thinkstock

La argumentación científica radica en que la luz artificial no generan un buen sueño, se considera como un alterador de la siesta que no solo impide cerrar lo ojos rápidamente, también hace que las hormonas del apetito se desajusten y, por lo tanto, una persona quiera consumir alimentos en altas horas de la noche, algo que le suele suceder a muchos después de las 12:00 a.m., según expertos.

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Ver televisión es una de las acciones más comunes que una persona lleva a cabo antes de dormir. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Sumado a esto, la dupla de investigadores afirman que, con su estudio de la asociación de la exposición a la luz artificial durante el sueño nocturno con el riesgo de obesidad, se pudo precisar que dormir con la televisión y la luz encendida puede causar estrés.

Otro de los hallazgos indica que el estrés puede presentarse y aumentar considerablemente al momento de dormir y exponerse a la capacidad luminosa emitida por varios artefactos. Debido a que el cuerpo no descansa como debe ser, los sujetos pueden sufrir de estrés prolongado y, como consecuencia, empezar a alimentarse desproporcionadamente; con alimentos grasos que se asientan en el organismo, principalmente en el abdomen.

En adición, no descansar correctamente puede generar sedentarismo y, por obvias razones, hacer que el cuerpo no tenga un proceso metabólico rápido, todo esto marca el índice de aumento de peso, según la investigación la cual concluye que “otros prospectivos y de intervención podrían ayudar a dilucidar esta asociación y aclarar si la reducción de la exposición a la luz artificial durante la noche, mientras se duerme, puede promover la prevención de la obesidad”.

De acuerdo con la neuróloga Celia García Malo, del Instituto del Sueño en Madrid, una persona adulta promedio necesita mantener su tiempo de sueño en ocho horas para no caer en un sueño ligero que ni es reparador ni es constante. Factores como la calidad del sueño, privación del sueño anterior, embarazo y envejecimiento pueden influir en la siesta, aseguran expertos.

Dormir (Getty)
Se debe descansar, por lo menos, ocho horas diarias. | Foto: Getty Images