No todos los días deben ser memorables, pero Wallman sostiene que darle tratamiento especial al fin de semana puede generar más valor.

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Por qué debería invertir su tiempo en ser feliz y no en ganar dinero

Un nuevo libro señala que la gente hoy tiene más horas diarias para sí misma. Pero muy pocos saben cómo usarlas de forma satisfactoria.

5 de abril de 2019

“Todas mis posesiones por un poco más de tiempo”, dijo a punto de morir la reina Isabel I de Inglaterra en 1603. Aunque la pronunció hace más de cuatro siglos y en un contexto distinto, la frase sigue vigente. La gente hoy tiene más de cuatro horas diarias para el ocio, pero la mayoría no lo percibe. En su nuevo libro, titulado ‘Time and How to Spend It‘, el escritor británico James Wallman asegura que a las personas no las agobia la falta de tiempo, sino su incapacidad para invertirlo bien. Y así como hay que saber gastar bien el dinero para llevar una vida más feliz, dice que también hay que saber disponer del tiempo en cosas que generen mayor satisfacción.

Igual que la comida chatarra o los superalimentos, existe un tiempo “basura” y un tiempo “bien utilizado”.

“Saber disfrutar de la vida y aprovechar el tiempo es una habilidad”, dijo a SEMANA. La gente no tiene consciencia sobre en qué gasta las horas, minutos y segundos de su vida. Para no ir más lejos, según el Informe Digital 2019 de Hootsuite, pasan en promedio de seis a ocho horas diarias conectados a internet. Y si se sumara el tiempo que la humanidad estará en línea en 2019, la cifra llegaría a 1.200 millones de años. No todo ese lapso resulta improductivo, pero pasar muchas horas en las redes sociales al final no deja nada satisfactorio. Otro problema consiste en creer que el tiempo es dinero y por eso solo hay que invertirlo en trabajar. “Nos enseñan a gastarlo en el trabajo porque de ahí viene el éxito, mientras que al ocio se le considera un lujo frívolo”.

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Para poder disfrutar más, Wallman señala que las personas deben quitarse la idea de que el valor del tiempo está relacionado con el dinero y el trabajo.“Las personas ricas e importantes siempre dicen estar ocupadas, entonces el resto quiere imitarlas, pero eso no tiene lógica”, señala el autor. Tom Gilovich, experto en felicidad de la Universidad de Cornell, y Cassie Mogilner, de la Universidad de California, han comprobado que aunque al principio el dinero puede producir bienestar, al alcanzar cierta cantidad o condición deja de ser importante. Y como dice Warren Buffet, una de las tres personas más ricas del mundo, “uno puede comprar todo lo que quiere, pero no el tiempo”.

Sin embargo, es posible hacerlo rendir al seleccionar bien en qué consumirlo, como con los alimentos. Según Wallman, igual que la comida chatarra o los superalimentos, existe un tiempo “basura” y un tiempo “bien utilizado”, aunque la gente no sabe diferenciarlos. Para el autor, el tiempo perdido transcurre frente al televisor, la internet y algunos juegos digitales como Candy Crush, que, aunque a simple vista “parezcan interesantes, en el fondo nutren muy poco”, dice.

No todos los días deben ser memorables, pero Wallman sostiene que darle tratamiento especial al fin de semana puede generar más valor.

No lo afirma a la ligera, sino con base en evidencia científica que demuestra que tener pocas actividades al aire libre y gastar el tiempo en ocupaciones sedentarias tiene múltiples impactos negativos. No solo porque sube el peso y el colesterol, sino también porque trae más riesgos de deprimirse, tener pocos amigos y menos actividad sexual. Ni hablar de las probabilidades de morir antes de tiempo. Como dato curioso, Wallman dice que los niños de hoy gastan menos tiempo al aire libre que un preso en la cárcel.

En la categoría de tiempo bien utilizado, Wallman incluye hacer cosas novedosas como asistir a un festival, ir a un restaurante o a un destino turístico desconocido. En 2016, un estudio de la Universidad Estatal de San Francisco demostró que viajar es una de las mejores inversiones de tiempo y dinero. En efecto, más allá de romper con el estrés cotidiano, genera un placer más duradero que comprar ropa o muebles. La gente siente felicidad antes, durante y después de un viaje porque la anticipación le genera sensaciones positivas, lo mismo que cuando lo está disfrutando.

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Después, los recuerdos de lo vivido vuelven a producir alegría. Así ocurre con otro tipo de experiencias novedosas, como ir a bares nuevos, asistir a conciertos o realizar deportes extremos. Pero no todo es ocio. Wallman sostiene que en la vida sobresalen también los momentos en que la persona tuvo que retarse y hallar una solución.

Nadie quiere llegar al final de su existencia culpándose por no haberlos aprovechado en cosas importantes.

Otro problema llegó con los dispositivos móviles, que hacen casi imposible enfocarse en algo. Para dejar de andar distraído, el autor propone acabar con la idea de hacer multitasking. Aunque parezca posible contestar un correo mientras habla con su hijo, “lo único que hace es contaminar el tiempo”, dice. Al final, no habrá invertido bien el momento en el trabajo ni en la familia. El mismo Wallman ha cambiado. Antes, mientras asistía a la práctica de fútbol de su hijo, miraba los resultados de la Premier League, pero ahora deja el celular en casa.

Usa su tiempo libre para compartir con otros sin distracciones digitales, pues hay evidencia de que oír historias, ya sea de viva voz, en un cine o leyendo un libro, crea la sensación de que el tiempo abunda. Además, de esta manera ganan todos, pues cuando dos personas intercambian historias, ambos se benefician por un mecanismo que los neurólogos conocen como “neuronas espejo”, una especie de resonancia que promueve empatía. Cultivar relaciones sociales significa tiempo bien invertido, según un estudio de la Universidad de Harvard. Este concluye que la familia, los amigos y los vecinos juegan un papel fundamental en el bienestar personal.

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No todos los días deben ser memorables, pero Wallman sostiene que darle tratamiento especial al fin de semana puede generar más valor. La idea es que en esos días se haga algo extraordinario, desde ver un atardecer hasta dar un paseo en bote. Asimismo, es importante dedicar tiempo al crecimiento personal. También es posible sacarle provecho a un rato con planes que llevan a la sensación de tiempo fluido, es decir, en los que este pasa sin darse cuenta. Las actividades varían según la persona y la etapa de la vida; pero deben ser intensas, extraordinarias, memorables, transformadoras y, sobre todo, libres de distracciones digitales.

Los colombianos tienen un promedio de expectativa de vida de 75 años, es decir, un poco más de 27.000 días. Nadie quiere llegar al final de su existencia culpándose por no haberlos aprovechado en cosas importantes. Según Wallman “la felicidad consiste en saber que uno hace todo lo posible por disfrutar el poco tiempo que tiene”.

Sin minutos
Para Wallman, estas frases hacen sentir a las personas sin tiempo.

1. El tiempo es oro: esto impide que la gente valore pasar un rato con un amigo.
2. Estar ocupado da estatus: lo que lleva a contestar e-mails a las cinco de la mañana.
3. El exceso de información: digerirla consume tiempo.
4. Hay que ser multitask: esto solo contamina el tiempo.
5. Hay más que hacer: es cierto que hoy los eventos se han duplicado.
6. Los aparatos digitales: roban casi el 60 por ciento del tiempo libre.
7. El ocio es mal visto: por eso hay que trabajar.