Té de manzanilla
Té de manzanilla | Foto: Getty Images

bienestar

Infusión de manzanilla y menta: estas son sus propiedades y beneficios

Estas plantas se caracteriza por tener propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, calmantes, entre otras.

23 de septiembre de 2021

La menta tiene propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antisépticas, analgésicas, antibacterianas, antitusivas, entre otras. Principalmente, está compuesta por agua, fibra y minerales como calcio, potasio, cobre o magnesio, además de vitaminas A, B, C y D. A esto se suma que contiene un muy bajo nivel de grasa y carbohidratos.

Sin embargo, puede generar insomnio si se consume en altas cantidades. Por su contenido de mentol, no es recomendable para niños menores de dos años. Consumirla en exceso puede generar náuseas y diarrea, y no debe tomarse durante el embarazo porque puede provocar un aborto espontáneo.

Por su parte, a la manzanilla, una planta originaria de Europa, se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y sedantes, entre otras. Además, en ungüento puede aplicarse directamente en la región del cuerpo que quiera tratarse y se puede consumir en infusiones; esta una de las prácticas más comunes.

Sobre la misma línea, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, ciertas personas usan la manzanilla para tratar diversos trastornos digestivos, incluyendo el malestar estomacal (indigestión), las náuseas, los vómitos, la pérdida del apetito y los gases intestinales (flatulencia).

La biblioteca explica que algunas personas ponen manzanilla en un baño de vapor y la inhalan para tratar la inflamación de los senos nasales, la rinitis alérgica y el dolor de garganta.

Otra de sus características es que es vasodilatadora, lo que significa que produce relajación de los vasos sanguíneos, y esto permite que la sangre fluya con mayor facilidad.

En consecuencia, cuando se mezcla la manzanilla con la menta se obtienen beneficios para los músculos, ya que las propiedades de ambas plantas actúan como antinflamatorias y relajantes. Es decir, minimizan el dolor. Además, son ideales para aliviar los malestares como indigestión y problemas digestivos.

Por tal razón, el portal de salud Mejor con Salud señaló lo necesario para preparar la infusión: 1 taza de agua de 250 ml, una cucharada de flores de manzanilla, media cucharada de hojas de menta y cinco gotas de aceite esencial de limoncillo. En seguida, se debe poner a hervir el agua y cuando llegue al punto de ebullición se debe agregar la menta y la manzanilla. Después, se deja reposar 15 minutos. Posteriormente, se deben colar para, finalmente, agregar las gotas de limoncillo y consumir.

El portal explicó que esta bebida se debe ingerir en el momento en que la persona siente rigidez muscular y como método preventivo; lo ideal es consumirla después de trabajar o realizar alguna actividad física.

No obstante, hay que señalar que, de acuerdo con Medline Plus, las hierbas medicinales (o remedios herbales) son plantas usadas como medicamento y las personas las emplean para ayudar a prevenir o curar una enfermedad. También, para aliviar síntomas, incrementar la energía, relajarse o perder peso. Sin embargo, no son reguladas ni probadas como los medicamentos.

Han sido usadas como medicina popular durante cientos de años, pero “natural” no quiere decir seguro, pues algunas hierbas pueden interactuar con otros medicamentos, ser tóxicas en dosis altas o causar efectos secundarios.

Sobre la misma línea, la biblioteca señala que las personas deben saber acerca de las hierbas medicinales:

  • No son reguladas como los medicamentos.
  • No necesitan someterse a estrictas pruebas antes de venderse.
  • Es posible que no funcionen como se cree.
  • Las etiquetas no necesitan aprobación. Podrían no mostrar la cantidad correcta de un ingrediente.
  • Algunas hierbas medicinales pueden contener ingredientes o contaminantes no mencionados en la etiqueta.
Infusiones
Infusiones | Foto: Getty Images

Por tal razón, antes de consumir alguna infusión, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guie el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.